Lentamente la noche se iba, dándole espacio al Sol, las estrellas empezaron a desaparecer conforme el cielo se aclarecía…
Profundamente dormida se encontraba Aqua. Los años han pasado y esta dulce criatura que alguna vez vivió con la humanidad se encontraba ahora viviendo eternamente.
Años atrás, Aqua estuvo en un accidente que le provoco la muerte y claro todos nos preguntamos… ¿Qué hay después de la muerte? Pues, a Aqua se le respondió.
Por sus actos reflejados en su vida en la tierra se le concedió la entrada al Cielo. Desde entonces ella vive con una paz que ella nunca pensó encontrar. Tomo tiempo el acostumbrarse al “vivir eternamente” pero con los años se termino acostumbrando.
A Aqua se le fue encomendado un Guardián, Yareth quien con el tiempo cuido y le enseño a como ser un Ángel. Ahora Aqua se ha convertido en una persona con todas las virtudes que se puedan imaginar.
Constantemente Yareth ha atrapado a Aqua mirando a la tierra muy de cerca cosa que los Ángeles muy jóvenes tienen prohibido pero Aqua no lo puede evitar, hay algo que siempre observa, algo que cuando estuvo ahí nunca tuvo la oportunidad de experimentar.
Y este día como todos no era la excepción para Aqua.
El día comenzó como todos, los Ángeles se reunían para saludar al nuevo día que comenzaba…
Yareth: Esta niña nunca cambia –dijo mirándola-
Yareth: Vamos, levántate –dulcemente le decía- Arriba dormilona…
Aqua: No, cinco minutos más –volviendo a taparse con las sabanas-
Yareth: Ok, entonces te perderás la Aurora Bolear asique tu sigue –lo interrumpió-
Aqua: AH?! Nooo!! Ahorita me levanto! – Se sentó en su cama y lo miro seria-
Yareth: Y ahora qué? …Cambiaste de parecer? –decía sonriendo-
Aqua: Pues, que tengo que cambiarme y no lo haré contigo aquí –le devolvió la sonrisa-
Yareth: Oh, perdón, ahí sales pequeña….-dijo saliendo del cuarto
Luego de que saliera, Aqua se cambió poniéndose un vestido largo de un tono rosa pálido.
Estando lista se dirigió a las afueras del palacio y se reunió con su querido Guardián. Ni unos segundos pasaron y deleitando sus ojos, ahí se encontraba lo que tanto anhelaba ver todas las mañanas, cada vez que presenciaba la Aurora Bolear ella podía sentir como el tiempo se detenía dejándola sin aliento, su cuerpo se estremecía de tal manera que le producían cosquillas y como siempre él le decía…
Yareth: De que te ríes? –mirándola fijamente-
Aqua: Eh? No nada – volvió la mirada al horizonte-
A simple vista se podría confundir el cariño que él tiene hacia con ella. Pero no sé confundan; desde el momento en que Yareth se convirtió en el Guardián de Aqua le tomo un cariño como si ella fuera su propia hija. Y ella lo consideraba como un padre.
En ese momento risas salieron de los labios de Aqua.
Yareth: Bueno, no me contaras? –Caminando de regreso al Palacio-
Aqua: Contarte qué? –brincando delante de él-
Yareth: El chiste, que más.
Aqua: No hay ninguno –seguía brincando-
Yareth: Entonces, me dirás porque siempre que vemos la Aurora te ríes.
Aqua: Pues –se detuvo- No te lo sabría responder, tan solo siento algo raro dentro de mí y me río- lo decía dando vueltas-
Yareth: Nunca cambiarás –negando con la cabeza- Bueno, ahora vamos al Gran Salón.
Aqua: Ehmmm, está bien pero adelántate… -dándose la vuelta-
Yareth: Se puede saber a dónde se dirige señorita – mientras le ponía su mano en el hombro-
Aqua: Ah, ves yo iba a…….al Baño! Si al baño, asique ahorita voy.
Yareth: Sabes algo, no eres buena mintiendo pero haré de cuenta que te creo pero no tardes, ok? –lo dijo serio-
Aqua: Ay! –Hizo puchero- Bueno, bueno…ya vuelvo – y se fue corriendo…
¿Qué haré con ella? Fue lo único que alcanzó a decir Yareth mientras entraba a los pasillos que conducían al Gran Salón, en donde se encontraban todos los Ángeles.
Todos los días en el Gran Salón los Ángeles se reunían para ver a la humanidad. Como guardianes se ocupaban de mirar que las personas no caigan en las tentaciones que los Demonios diariamente incitaban. Como su Guardián, Yareth quería que Aqua empezara participar de estas reuniones ya que muy pronto la ascenderían y sería un Ángel Puro. Esto no era algo normal pero al demostrar un gran progreso en estos años, los Arcángeles con la recomendación de Yareth la ascenderían. Esto indicaba que le darían ciertos poderes que solo los Ángeles más viejos poseen. Ella tiene poderes pero no tan fuertes como un Ángel con más edad.
Mientras que la reunión transcurría en el Gran Salón, cierta angelita estaba otra vez observando la tierra…
Profundamente dormida se encontraba Aqua. Los años han pasado y esta dulce criatura que alguna vez vivió con la humanidad se encontraba ahora viviendo eternamente.
Años atrás, Aqua estuvo en un accidente que le provoco la muerte y claro todos nos preguntamos… ¿Qué hay después de la muerte? Pues, a Aqua se le respondió.
Por sus actos reflejados en su vida en la tierra se le concedió la entrada al Cielo. Desde entonces ella vive con una paz que ella nunca pensó encontrar. Tomo tiempo el acostumbrarse al “vivir eternamente” pero con los años se termino acostumbrando.
A Aqua se le fue encomendado un Guardián, Yareth quien con el tiempo cuido y le enseño a como ser un Ángel. Ahora Aqua se ha convertido en una persona con todas las virtudes que se puedan imaginar.
Constantemente Yareth ha atrapado a Aqua mirando a la tierra muy de cerca cosa que los Ángeles muy jóvenes tienen prohibido pero Aqua no lo puede evitar, hay algo que siempre observa, algo que cuando estuvo ahí nunca tuvo la oportunidad de experimentar.
Y este día como todos no era la excepción para Aqua.
El día comenzó como todos, los Ángeles se reunían para saludar al nuevo día que comenzaba…
Yareth: Esta niña nunca cambia –dijo mirándola-
Yareth: Vamos, levántate –dulcemente le decía- Arriba dormilona…
Aqua: No, cinco minutos más –volviendo a taparse con las sabanas-
Yareth: Ok, entonces te perderás la Aurora Bolear asique tu sigue –lo interrumpió-
Aqua: AH?! Nooo!! Ahorita me levanto! – Se sentó en su cama y lo miro seria-
Yareth: Y ahora qué? …Cambiaste de parecer? –decía sonriendo-
Aqua: Pues, que tengo que cambiarme y no lo haré contigo aquí –le devolvió la sonrisa-
Yareth: Oh, perdón, ahí sales pequeña….-dijo saliendo del cuarto
Luego de que saliera, Aqua se cambió poniéndose un vestido largo de un tono rosa pálido.
Estando lista se dirigió a las afueras del palacio y se reunió con su querido Guardián. Ni unos segundos pasaron y deleitando sus ojos, ahí se encontraba lo que tanto anhelaba ver todas las mañanas, cada vez que presenciaba la Aurora Bolear ella podía sentir como el tiempo se detenía dejándola sin aliento, su cuerpo se estremecía de tal manera que le producían cosquillas y como siempre él le decía…
Yareth: De que te ríes? –mirándola fijamente-
Aqua: Eh? No nada – volvió la mirada al horizonte-
A simple vista se podría confundir el cariño que él tiene hacia con ella. Pero no sé confundan; desde el momento en que Yareth se convirtió en el Guardián de Aqua le tomo un cariño como si ella fuera su propia hija. Y ella lo consideraba como un padre.
En ese momento risas salieron de los labios de Aqua.
Yareth: Bueno, no me contaras? –Caminando de regreso al Palacio-
Aqua: Contarte qué? –brincando delante de él-
Yareth: El chiste, que más.
Aqua: No hay ninguno –seguía brincando-
Yareth: Entonces, me dirás porque siempre que vemos la Aurora te ríes.
Aqua: Pues –se detuvo- No te lo sabría responder, tan solo siento algo raro dentro de mí y me río- lo decía dando vueltas-
Yareth: Nunca cambiarás –negando con la cabeza- Bueno, ahora vamos al Gran Salón.
Aqua: Ehmmm, está bien pero adelántate… -dándose la vuelta-
Yareth: Se puede saber a dónde se dirige señorita – mientras le ponía su mano en el hombro-
Aqua: Ah, ves yo iba a…….al Baño! Si al baño, asique ahorita voy.
Yareth: Sabes algo, no eres buena mintiendo pero haré de cuenta que te creo pero no tardes, ok? –lo dijo serio-
Aqua: Ay! –Hizo puchero- Bueno, bueno…ya vuelvo – y se fue corriendo…
¿Qué haré con ella? Fue lo único que alcanzó a decir Yareth mientras entraba a los pasillos que conducían al Gran Salón, en donde se encontraban todos los Ángeles.
Todos los días en el Gran Salón los Ángeles se reunían para ver a la humanidad. Como guardianes se ocupaban de mirar que las personas no caigan en las tentaciones que los Demonios diariamente incitaban. Como su Guardián, Yareth quería que Aqua empezara participar de estas reuniones ya que muy pronto la ascenderían y sería un Ángel Puro. Esto no era algo normal pero al demostrar un gran progreso en estos años, los Arcángeles con la recomendación de Yareth la ascenderían. Esto indicaba que le darían ciertos poderes que solo los Ángeles más viejos poseen. Ella tiene poderes pero no tan fuertes como un Ángel con más edad.
Mientras que la reunión transcurría en el Gran Salón, cierta angelita estaba otra vez observando la tierra…
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