domingo, 27 de febrero de 2011

Fic Enemys or Lovers Capitulo 64




CAPITULO 64


Con furia estampó la puerta, destrozando las vigas que la sostenían. Ni se inmuto al ver el desastre que había causado, alzó su mano y la paso sobre la puerta…al voltearse ya estaba reparada. Se recostó sobre su cama e intentó respirar calmadamente pero se le hacía imposible. Sus pensamientos estaban luchando por aclararse, encontrar si quiera una respuesta que la sacara de la locura que ahora era su mente. Cerró sus ojos y se frotó el rostro frustrada. Una y otra vez veía el rostro de Bill sonriéndole, abrazándola, riéndose junto a ella…diciéndole cuanto la quería. Su pecho se oprimió y toda la felicidad se derrumbó al recordar su encuentro en el bosque. No podía haber sido más desastroso. Aun estaba sorprendida por cómo pudo mentirle, tan descaradamente. Al principio parecía la mejor opción que tenía para sacarlo de su vida pero conforme los minutos pasaban, se daba cuenta que no existía manera alguna en la que pudiera borrar todo lo que habían pasado y lo que ella sentía por él. Se odiaba por ser tan débil. Jamás debí conocerlo, pensó. ¿Sería todo mejor? Imaginó su vida sin él…probablemente estaría camino a destruir a todos los clanes para que ninguno los persiguiera. Lucharía hasta ver al último vampiro caer ante sus ojos y por fin sería la dueña de todas las tierras, no más enemigos. Y seguiría vacía por dentro. Resopló fuertemente, ¿tanto la había cambiado él? y ni se había dado cuenta.
Se levantó de golpe y fue hacia el balcón, esperando relajarse estando con el viento alrededor suyo. Cerró las puertas detrás de ella, caminó hasta quedar pegada a la baranda y apoyó sus brazos sobre esta. El bosque estaba en completo silencio, como si nada o nadie se atrevieran a alterar la tranquilidad que lo rodeaba; se estremeció al sentir una corriente helada correr por su espalda. Se abrazó a sí misma tratando de entrar en calor pero sus manos le temblaban de tal manera que apenas si podía confortarse
Afrodisia – ¡¿qué me pasa?! –gritó al vació, hastiada de las reacciones que su cuerpo estaba teniendo últimamente. Ignorando los espasmos que recorrían todo su cuerpo, guió sus pensamientos hacia Bill…por más dolorosos que fueran pero tenía que encontrar una solución en donde no lo lastimará en el camino. ¿No ya lo has hecho?, escuchó una pequeña voz en su mente. Una lágrima cayó por su mejilla. ¿La odiaría por lo que le había dicho? No querrá ni verte…tú lo sabes, el te debe odiar con toda su alma, nuevamente esa suave voz resonó en sus pensamientos. Frunció el ceño extrañada, miró por el rabillo del ojo a sus espaldas esperando encontrarse con alguien pero no había nadie…muy extraño. Sacudió su rostro y suspiró. ¿Acaso se estaba volviendo loca? Seguro.
“Bill –quería preguntarte…si… –oyó unos suspiros –si tu…. Afrodisia –si yo?... Bill –si quisieras salir conmigo hoy?....”
¿Por qué tuvo que aceptar? Miró al cielo, recordando aquella llamada. Si se hubiera negado a salir con él, todo habría sido diferente. ¿O no?
Pero ahora no importaba cuantas suposiciones quisiera hacer, las cosas ya estaban hechas. Tenía que encontrar una solución a todo y rápido. Mañana sería la unión entre los clanes y daría inicio la guerra…por más que quisiera luchar contra él no podría…no después de todo lo que sentía
Afrodisia –maldito seas Bill –sollozó –no puedo matarte…no puedo –lágrimas cayeron por sus mejillas, dejando un rastro negro por su maquillaje. ¿Cómo podría hacerle daño? – ¿qué…qué voy a hacer? –su voz salió entrecortada por el llanto, su cuerpo temblaba…se abrazó a sí misma y agacho su rostro ocultándolo tras sus brazos
–su alteza, tiene que juntarse con los generales ahora mismo –levantó el rostro y miró hacia la puerta, no tenía fuerzas para hablar con él ahora, sin responder se desvaneció al único lugar en donde encontraría alivio –está ahí? –el pomo de la puerta giró y se abrió la puerta solo unos centímetros por los cuales se metió una cabeza –niña estúpida, se fue –suspiró –bueno…cuanto más sus emociones la ataquen mejor para mí luego será el momento…

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jueves, 17 de febrero de 2011

Fic Enemys or Lovers Capitulo 63


CAPITULO 63

Observó la puerta por donde se había ido su hermano, tenía razón. No podía rendirse…no mientras su futuro junto a Afrodisia fuera lo que se jugará. Le probaría a ella y a todo el que estuviera enfrente que no importaba esa barrera que sus antepasados habían creados para ellos.
Sintió un impulso de ir con ella, buscarla pero se contuvo. Ahora que había conversado con su hermano tenía una diferente perspectiva “¿no piensas que tan solo estaba asustada?”. Al principio lo único que quería era golpear a cualquiera que estuviera frente a él, esperando descargar la ira y tristeza que sentía atravesar por todo su cuerpo, no podía entender lo que sucedía. Tan solo pensar en ella se le revolvía su estomago, su mente iba y venía con recuerdos de cada momento que compartió junto a ella…y su odio hacia ella crecía. Como si pudiera odiarla…odiaba la sangre que llevaba en sus venas. Si no fuera por ella…podría estar con ella sin problemas.
Ahora entendía el por qué de su reacción. Porque lo había mirado como si se estuviera muriendo por dentro de tan sentir su presencia. No era por él sino por lo que su nombre y titulo marcaban con fuego. Un dolor lo sobrecogió…su querida Afrodisia, estaba sufriendo tanto como él. Condenados a ser enemigos ante los ojos de quienes llamaban “familia”…y ser amantes siendo únicos testigos sus corazones. Pero todo eso se terminaría mañana por la noche. No importando si obtuviera el respalda de sus padres…él se quedaría con ella y lucharía a su lado. Se froto sus ojos y clavó su vista en el balcón, sintiendo una necesidad del viento rozando su rostro se levantó de la cama y abrió las puertas dejando entrar el helado aire dentro de su habitación. Dio unos pasos hasta quedar pegado al borde, posó sus manos en las piedras cubiertas por ramas viejas. Mirando hacia el bosque suspiró
Bill –donde quiera que estés…no olvides de que te amo –sus mejillas brillaron ante la luz de la luna por las lágrimas que salieron al cerrar sus ojos…


Sintió un nudo apoderarse de su garganta al ver la silueta de Sindra alejarse conforme su motocicleta corría por el gastado sendero del bosque. No sabía a dónde ir…que hacer. Quería gritar hasta que su garganta le doliera…hasta que ni un solo sonido saliera de ella, pero no se atrevía. Todo su cuerpo temblaba en pequeños escalofríos, poniendo torpe el agarre de sus manos sobre el manubrio. A lo lejos escuchaba los gritos de su amiga pero se negó a volver, no quería que la viera débil. Sin embargo sabía que a pesar de lo dura que había querido sonar…al final del día no podía engañarla. Sindra sabía tan bien como ella que jamás podría poner un dedo sobre Bill…mucho menos matarlo.
Quería odiarlo…odiarlo con todo su ser hasta tener las suficientes fuerzas para encararlo sin ningún sentimiento más que el odio de por medio. Pero cuanto más luchaba por lanzar fuera de su cuerpo todo el amor que le tenía…más sufría.
¿Por qué?
Gimió en su interior. ¿Por qué la torturaban enviándole a este ángel caído del cielo para verlo morir por sus propias manos? Una y otra vez podía ver su rostro lleno de sangre…su cuerpo en agonía por heridas que ella había causado. Apretó sus ojos ante tal visión. Ella no sería capaz… ¿o sí? Una fuerza en su interior emanaba, consumiéndola poco a poco…por saborear la sangre de sus enemigos…ver el miedo en sus ojos esperando la eminente muerte…el poder, la llamaba. Negó repetidas veces ante esos pensamientos que la atormentaban desde hace unos días. ¿Qué le estaba pasando?
Gustav
Su nombre apareció en su mente como si pudiera presentir que él tendría la respuesta que tanto anhelaba. Sin absolutamente nada que perder giró bruscamente y cambio el rumbo hacia el castillo en donde él la estaría esperando…lo sabía.

En el camino al castillo su celular vibró incontables veces en su bolsillo. Ni una vez se detuvo para contestarlo, ya sabía quien la estaba llamando. Bill. Con todos sus sentidos más alertas que nunca podía en su mente crear la imagen de él en una gran habitación con un decorado antiguo, sosteniendo el celular en su palma mientras marcaba su número. Con un dolor en su pecho no le contestó, si lo hacía podría mandar al diablo todo e irse con él pero solo lograría su muerte con ello…y se rehusaba hacerlo. Sin parar sacó su celular de su ropa y lo aventó hacia un árbol logrando que se partiera en pequeños trozos. Al menos así tendría más tiempo para aclarar lo que estaba sucediendo y más importante…decidir que sería lo que haría para alejarse de él…

Apenas llegó al castillo brincó de la moto y la apagó con solo un movimiento de su mano. Normalmente lo haría con las llaves pero no estaba de humor para hacerlo de la manera “humana”. Mientras se acercaba a las escaleras de la entrada las puertas se abrieron y sin dudar entró. Estando dentro sintió los pasos de su tan protector concejal, bajando de las escaleras con los brazos en su espalda y una sonrisa en su rostro
Gustav –veo que has vuelto, alteza –al llegar junto a ella se inclinó – ¿cómo le... –no pudo continuar puesto que ella al instante lo acorraló contra el barandal de mármol
Afrodisia – ¿a qué estás jugando? –el bufó, cansado
Gustav –me temo que no entiendo a que se refiere –sin ejercer presión se soltó de su agarre y le dio la espalda –si su alteza se explicara…quizás podría responder –sonrió y se volteó para encararla –la veo muy exaltada… ¿hay algún problema?
Afrodisia –no te hagas el listo conmigo –suspiró enojada –sabes de lo que hablo
Gustav –lamento contradecirla pero no lo sé –cruzo sus brazos –presiento que no le fue muy bien ¿tuvo problemas matando al príncipe? –su corazón se encogió… ¿Cómo podría matarlo si lo amaba? –hay cierta confusión en su mirada
Afrodisia –te equivocas –mintió –fui a donde me fuiste pero no vi nada que valiera mi tiempo
Gustav –perdón?
Afrodisia –te perdono –se rió –para la próxima vez solo avísame si es algo importante, no basura –se giró para irse hacia su habitación
Gustav –entonces me imagino que los mato –aferró su mano a la baranda –después de todo ellos asesinaron a parte del clan…amenazaron contra nosotros
Afrodisia –no lo hice –se mordió el labio –porque para cuando llegamos ellos ya no estaban –volvió a mentir –además esos no eran de nuestro clan
Gustav –claro que lo eran
Afrodisia –detalles mi querido Gustav…detalles –resopló –no sé qué es lo que estás intentando hacer pero no dejare que me engañes –lo miró por el rabillo del ojo –yo sé cuando son mi gente y esos…no lo eran –una sonrisa apareció en su rostro –ellos morirán…pero a su debido tiempo –sin decir una palabra más subió hacia su habitación dejándolo solo.
Siguió su figura hasta que entró a su habitación, solo hasta entonces soltó un gruñido y la sonrisa que tenía se esfumo ensombreciendo su rostro
Gustav –yo me aseguraré de que su tiempo llegue muy pronto…
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miércoles, 9 de febrero de 2011

Fic Enemys or Lovers Capitulo 62


CAPITULO 62

Tom –espero que tenga mejor suerte hablando con ella de la que yo he tenido hablando con Bill –bufó –mejor salgo a ver si sigue ahí –salió de su cuarto dejando la puerta abierta, mientras caminaba hasta quedar frente a la puerta de su hermano. Dudó en tocar pero lo hizo luego de unos minutos –Ey…Bill? –No se escuchó ningún ruido –tengo que hablar contigo…déjame entrar –se reclinó sobre la puerta –vamos hermanito, solo quiero charlar y…
Bill –y una mierda! No quiero hablar con nadie! –Se estremeció al escuchar su voz entrecortada –déjame solo Tom
Tom –no seas inmaduro –se rió –sabes que igual entraré –oyó un gruñido antes de que la puerta se abriera solo unos centímetros dejando ver unos ojos enrojecidos. Había estado llorando
Bill –te odio –susurró. Podía ignorar a todo aquel a quien quisiera pero nunca a su hermano –en serio Tom…yo –agachó su rostro para ocultar las lágrimas que querían brotar de sus ojos. No dejó que terminará de hablar, empujó la puerta y estando dentro cerró. Al ver el dolor en su rostro se encogió, odiaba verlo de esa manera. Se acercó y lo abrazó
Tom –tranquilo pequeño –se separó y le revolvió el cabello –siempre pensando que es el fin del mundo –le sonrió intentando transmitirle un poco de la serenidad que el ahora tenía
Bill –papá tiene razón –el frunció el ceño ante su nombramiento –cuando todo se complica, lo único que hago es llorar –se alejo y se sentó en la cama –nunca puedo tener esa calma que has tenido –se sentó junto a él y palmeó su hombro
Tom –seremos gemelos pero somos diferentes por dentro –lo miró –al ser el mayor fui al primero que papá le enseño a no demostrar sus sentimientos…diciendo que nos hacía débiles –cerró sus ojos y pudo sentir el dolor volver en su espalda –él no se detuvo hasta que veía que yo ya no gritaba ni pedía que parara –suspiró –no tarde en entender que si quería cesar las palizas tendría que aguantar todo lo que me diera y nunca dejarle ver cómo me sentía al saber que mi propio padre disfrutaba de verme sangrar –Bill se quedo atónito y recordó cuantas veces el se había tirado jugando sobre su espalda y su hermano se había quejado pero aún así le permitía treparse encima de él –todo se detuvo una día que mamá por descuido vio lo que él hacía, solo recuerdo sus gritos y la discusión que tuvieron…al final prometió no hacerlo contigo –horrorizado miró fijamente su rostro y sintió odio surgir por todo su cuerpo –mamá siempre decía que era bueno demostrar tus sentimientos…creo que la enseñanza llego algo tarde en mi caso –se rió
Bill –lo siento
Tom –no lo hagas, eso es el pasado –se acomodo de manera que quedaron frente a frente –lo que importa ahora es que harás con Afrodisia –suspiró al oír su nombre, ¿qué se supone que debería hacer? –o te quedarás aquí sin hacer nada?
Bill –a diferencia tuya no tengo tanta suerte –lo miró extrañado –se que Sindra vino –a pesar de no ser tan poderoso su presencia no había pasado desapercibida como tampoco el valor que debió haberle tomado el venir al castillo para encontrarse con él. Contra su voluntad había espiado su conversación…y cuanto más escuchaba…más envidiaba a su hermano…“Tom – ¿quieres que te suelte? –se sorprendió al escuchar a su hermano hablar en ese tono –si no sientes nada por mí yo lo respetaré y te dejaré ir…y no habrá tregua cuando nos toque pelear –palideció al imaginarlo peleando contra ella –es eso lo que quieres? –se odio a sí mismo por estar escuchando algo tan privado. Pero tenía que saber que diría ella. Seguramente le diría lo mismo que Afrodisia le había dicho a él o quizás algo peor. Espero en silencio hasta que una débil voz sonó Sindra –te…odio Tom –lo sé –su pecho se agitó al escuchar una risa leve de parte de Sindra –pero muy…muy…muuuy adentro tuyo me quieres –ella se rió más fuerte –tengo razón o no? Sindra –por esta vez sí”
No pudo seguir oyendo. Todo su cuerpo estaba en una lucha interna. No cabía duda que se alegraba inmensamente por su hermano y por ella, no merecían separarse por una pelea que ellos no habían comenzado pero…por otro lado…estaba destruido. Afrodisia…ella le había dado la espalda. Tan rápido como su amor había florecido…se había marchitado delante de sus ojos. No entendía el por qué. De sus labios tiernos y dulces habían salido palabras que lo hirieron en lo más profundo de su ser. ¿Tan poco había sido su amor hacia él? o…se estremeció ante su pensamiento. No…ella no le había mentido. Cuando lo miraba él podía ver la sinceridad en sus ojos, cada vez que se sonrojaba. Pero allá en el bosque…su mirada había sido titubeante. O al menos eso es lo que quería creer. Sintió un codazo leve, se sobresaltó y miró a su costado –que?
Tom –no me oíste? –el asintió –entonces?
Bill –no es tan fácil –gruñó –ella al parecer parece más segura de su decisión que Sindra…trata de localizarla y lo único que consigue fue un shock eléctrico seguido de una nota mental –suspiró –“no me hagas matarte antes de tiempo” –dijo imitando su voz –no quiere nada conmigo
Tom –como puedo ser gemelo tuyo? –Preguntó mirando al techo y bufó –no has aprendido nada de las mujeres no?
Bill –no me vengas con tus consejos Tom –se tiró boca abajo sobre la cama
Tom –como crees que ella esta ahorita? No es una situación fácil en la que esta…si te quería muerto ya lo hubiera hecho…no lo crees?
Bill –puede que haya estado esperando el momento para sacar la verdad a la luz
Tom –y no piensas que tan solo estaba asustada? –no quiso mirarlo, se quedo acostado –eres inteligente…piénsalo –sintió como jalaba de su brazo para forzarlo a voltearse…hasta que lo logró –no seas testarudo…la quieres no? –asintió aguantando un sollozo –que vas a hacer para recuperarla?
Bill –no puedo obligarla a que este conmigo y por sus poderes sé que no me dejara estar cerca suyo
Tom –para suerte tuya…tu adorado hermano ya tiene un plan –se rió pomposo –hay que estar listos para mañana
Bill –mañana?
Tom –Sindra vendrá junto con Afrodisia al castillo –sonrió como si fuera el mejor plan del mundo, creado por “él”
Bill –no es algo estúpido considerando que nadie aquí las quiere vivas?
Tom –Sindra entró y solo nuestra madre se dio cuenta…asique que peligro hay?
Bill –que dijo mamá? –preguntó alarmado al descubrir que su madre sabía de “la situación”
Tom –fue bastante comprensiva y está dispuesta a tenerla como cuñada –sonrió –y estoy más que seguro que pensará lo mismo de Afrodisia
Bill –tu crees?
Tom –claro…no seas tan pesimista –le golpeó su hombro
Bill –gracias –se sentó –no sé qué haría sin ti Tom
Tom –nada –dijo seguro –pero no te preocupes…le diré a Afrodisia que tienes un retraso para que sea paciente contigo –se levanto riendo, acercándose a la puerta lo miró –animo hermanito…esto aun no termina asique no lo des por perdido
Bill –no lo haré…


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jueves, 3 de febrero de 2011

Fic Enemys or Lovers Capitulo 61




CAPITULO 61


Cerró sus ojos esperando el dulce contacto de sus labios, sintió la leve respiración salir rozando contra su rostro cuando

–Tom? –al instante se paralizó al escuchar una voz delicada y madura llamando tras la puerta –hijo ábreme la puerta –alzó su rostro nerviosa, al mirarlo espero que le dijera alguna idea sobre que hacer pero él no dijo nada –estas ahí?
–“Contesta” –le dijo introduciéndose en su mente –“si no le dices nada entrara sin permiso” –aturdido clavo sus ojos en ella, ¿cuántos poderes tendría ella? sacudió su rostro, evitando pensar en esos detalles en un momento tan inoportuno y contestó
Tom –que paso mamá? –ella agachó su rostro y se alejó, no podría quedarse estando la reina ahí…tenía que marcharse antes de que la encontraran
–como que “que pasó”? –dijo imitando su voz, ella sonrió al escuchar el temperamento de la reina…si, definitivamente era su madre –acaso ya no puedo entrar a tu cuarto? –se escuchó un resoplido –Tom Kaulitz ábreme la puerta en este instante –posó una mano sobre el hombro de Tom llamando su atención
–“está bien…ábrele, yo me esconderé” –le sonrió mientras él se acercaba a la puerta, antes de quitar el seguro de la puerta se volteó…ya no estaba. Buscó por todos lados pero no había un solo lugar en donde se pudiera ocultar –“aun estoy aquí tonto…solo estoy con un campo de fuerza, con suerte ella no me verá” –asintió y abrió la puerta
Madre –y pensé que tendría que abrirla yo –le dijo achicando sus ojos, entró y se sentó al borde de la cama –quería hablar contigo –suspiró –su padre maldice cada segundo que pasa debido a que ustedes no le han comentado nada –llevó una de sus manos a su frente y frotó sus ojos –no he podido calmarlo pero porque no me cuentas que paso –le sonrió tiernamente. Sindra pudo ver los nervios en el rostro de Tom, este se sentó jalando antes la silla y miró a su madre
Tom –no encontramos nada más que los cuerpos muertos –mintió. Asombrada por su respuesta Sindra fijo su vista en su madre esperando que se creyera la mentira
Madre –no se toparon con las del clan Wendorf entonces? –su cuerpo se agitó. ¿Ella también las odiaría? No es que ella dudara de su relación con Tom debido a eso pero, era la madre de él. No quería verlos en guerra solo por ella. Sabía por los propios labios de Tom lo que sentía el, por haber estado desde una temprana edad alejado de su madre. Y ella…a quien la habían apartado repentinamente de su familia…conocía ese dolor –no entiendo porque ellas los atacaron pero supongo que estará en su naturaleza –mordió sus labios al escucharla…ellas no eran animales, es cierto que sus poderes eran muchos pero jamás abusarían de ellos y menos sobre alguien indefenso –estas bien?
Tom –eso creo –su voz sonaba débil –si…estoy bien –le guiño, sacándole una sonrisa maternal –no te preocupes
Madre –eso hacen las madres –estiró su brazo y acarició su mejilla suavemente –ustedes dos son lo único por lo que lucho y no quiero verlos así y menos que me mientan –dijo seria, el abrió sus ojos –algo más sucedió allá y lo sé…en serio ustedes creen que me pueden engañar así nomas? –Se rió negando con su rostro –mi pequeño cree que es más inteligente que su madre –Sindra sonrió, al mirar a Tom lo vio sonrojado
Tom –má –se quejó –no soy pequeño –bufó rolando sus ojos ¿Sindra aun estaría en el cuarto? Con el rabillo del ojo miró hacia las esquinas, su armario… ¿en qué parte estaría ella?
Madre –se te perdió algo? –se tensó por la pregunta –o es que hay alguien aquí de quien no esté enterada? –pasando saliva, se aclaró la garganta y se rió sonoramente. Sindra estaba estrujando su chaqueta mientras esperaba la respuesta de Tom –y?
Tom –creo que estas muy tensa, solo miraba mi cuarto…nada más –le sonrió confiado de su respuesta –“en serio no se te ocurrió nada mejor? Ella notara que estas mintiendo” –cruzó sus brazos enojada –“di algo más” –déjame –susurró esperando que ella lo escuchara
Madre –perdón? –frunció el ceño extrañada, a los segundos se dio cuenta que lo había dicho en voz alta
Tom –no, nada –mordió su labio –no me hagas caso
Madre –bueno…y por cuánto tiempo no te tengo que hacer caso? –le preguntó jugando –o es que ella dejará de esconderse? –Al decir esto último giro su rostro hacia donde ella estaba “oculta” –puedes salir querida
Tom –mamá…
Madre –sssh... –lo calló –no te preocupes –la miró –puedes salir –no estaba segura de que hacer. Fue una tonta al pensar que un conjuro tan sencillo funcionaría, hubiera sido mejor irse…estúpida. Pero ahora tenía que decidir rápido que hacer. Podía irse o salir. Tom le sonrió, esperaba no ser demasiado confiada. Quitando el campo energético se dejo ver, no sin antes dejar de sonreír. No demostraría debilidad, no ante ella –mucho mejor –se levantó de la cama y se acercó hasta quedar a un metro de distancia –supongo que has oído todo –ella asintió –de todos modos me presentaré, soy Simone la madre de Tom y…
Sindra –la reina del clan Kaulitz –se inclinó para saludarla tal como lo haría a uno del clan Wendorf. Al subir la mirada vio el ceño fruncido de ella y de Tom, se rió…interiormente –es un honor conocerla
Madre –en serio? –cruzó sus brazos y levantó una ceja intrigada –teniendo en cuenta quien soy…estás segura que es un honor? –volvió a asentir –y…tu eres? –por unos segundos titubeó en decirle su nombre pero ya la había visto asique de nada servía querer ocultar su “identidad”
Sindra –mi nombre es Sindra –relajó su postura –primer general al mando del clan Wendorf
Tom –primer? –se volteó para mirarlo, se sentía aliviada de escuchar su voz a pesar de la pregunta que había hecho, lo necesitaba
Madre –pareces sorprendido hijo –lo miró juguetona
Tom –yo…no lo sabía –se acercó al lado de su mamá –creí que eras segunda –ella negó
Sindra –los informaron mal –se quedo callada. “Vete” escuchó la voz en su interior que le repetía esa simple palabra, ¿Por qué no le hacía caso? Estaba abusando de la tregua si así podía llamarse, que la reina le había dado pero si se descuidaba ella podría ser atrapada. Pero que se supone que diría “bueno, gracias por todo pero tengo que planear como atacarlos…un gusto conocerla”, no…eso no funcionaría. “Un gusto conocerla suegra pero me voy no vaya a ser que sus guardias me maten”…eso tampoco. Estaba confundida, deseaba que Tom la sacara de ese apuro pero parecía que el estaba tan confundido como ella. Sus pensamientos se ahuyentaron cuando vio que “Simone” iba hacia la ventana que daba hacia el balcón de la habitación. Aprovechó la situación para mirar a Tom directamente a sus ojos esperando que se diera cuenta de la peligrosa situación que tenían –“esto ha sido divertido pero tengo que irme…sino te has dado cuenta ando en campo enemigo” –el frunció el ceño al oírla –“no me hagas esas caras porque sabes que es cierto” –miró por el rabillo del ojo a su madre –“estoy segura que tu madre apreciara que me largue de aquí…yo no estaré en buenos ojos ante ella si sabe que…tu y yo…bueno…no lo hará” –suspiró –“mmm…nos vemos, creo” –antes de que ella intentara salir por la puerta él le bloqueó el paso –“Tom, por favor…no estoy jugando”
Tom –yo tampoco –le susurró y le dio un beso en la comisura de sus labios
Madre –ella es tu novia…no? –dijo sin quitar su mirada del paisaje que ofrecía la ventana. Respiro profundo y le respondió entrelazando su mano con la de ella
Tom –si…ella es –se aclaró la garganta –se que la querías conocer pero yo…
Sindra –yo me negué el conocerla majestad –su cuerpo se estremeció al sentir la mirada atenta de la reina sobre ella –se que usted conocerá mis razones
Madre –no –se acercó, con su mano levantó el rostro de Sindra hasta que la miró –pero puedo ver la respuesta en tus ojos niña –la miró melancólica –veo tu dolor…el sufrimiento que has pasado por la muerte de tus padres, la vida solitaria que has tenido en estos años… –apretó la mano de Tom, estaba nerviosa –eres fuerte Sindra, lo eres…pocos tienen esa convicción…y me reconforto al saber que tus sentimientos por mi hijo son puros –le sonrió a él –ahora sé lo que has visto en ella
Sindra –yo…
Madre –querida –suspiró –puedo sentir como te sientes ahora…no temas –posó una mano sobre su hombro –no pretendo matarte
Sindra –pero –la miró desconcertada –yo…soy
Madre –mi enemiga? –Se rió suavemente –es tan deprimente que tantas generaciones hayan estado en guerra por un una traición causada en nuestra propia casa –juntó sus manos con las suyas –a pesar de lo que crees no somos enemigas, no será por mí que tu sangres –sin esperárselo la abrazó –se que no podrás ahorita pero espero confíes en mí –se alejo un poco y miró a Tom –sabes hijo…por fin hiciste algo inteligente
Tom –ey! –Achino los ojos –no es justo que digas eso –se cruzó de brazos –yo siempre hago las cosas bien
Madre –debería empezar a nombrar todas las travesuras que hiciste de pequeño? –Sus mejillas se tornaron rojas –es una lástima que no puedas estar mucho tiempo aquí –miró a Sindra –mi Tom es tan tontuelo…hubo una vez que
Tom –ma! –un escalofrió lo recorrió al imaginar lo que podría soltar enfrente de ella –no tienes que ir a algún lado?
Madre –ten cuidado jovencito –lo regañó –aun estas bajo mi tutela pero creo que me iré, me siento más tranquila ahora que conozco a tu novia –le guiñó un ojo a ella –eres muy linda
Sindra –emm…yo –se sonrojó –gracias
Madre –los dejó –estando frente a la puerta, se giró y los miró –no dejes que esta barrera de los clanes los separe querida –suspiró –y espero que en el momento indicado decidas lo correcto –abrió la puerta y se fue. Toda la tensión que había se esfumó, ambos se miraron incrédulos de lo que acababa de pasar –por cierto –abrió de golpe la puerta
Tom –que? –se quejó
Madre –como dijiste? –el bufó
Tom –si mamá? –su voz sonaba suave
Madre –mucho mejor –le sonrió –se que querrán estar un rato juntos asique he puesto un campo de energía para que no te descubran –dijo mirando a Sindra –ok?
Sindra –gracias por su hospitalidad, mi señora –dijo haciendo una leve venia
Madre –no seas tan formal linda –le sonrió –tienen mi apoyo…bueno, los dejo –cerró la puerta. Sintiendo un gran peso fuera de ella y a la vez como si hubieran puesto una carga más se acercó lentamente a la cama y se tiró boca arriba. Tenían el apoyo de la reina del clan, ¿cuán raro era eso? Cerró sus ojos tratando de calmarse pero por más que lo intentaba no funcionaba. Sintió hundirse el colchón y una mano rozar su mejilla
Tom –estas bien? –le acarició su mejilla suavemente mientras esperaba su respuesta
Sindra –te mentiría si te digo que si –suspiró –no me esperaba esto –se volteó quedando frente a él y lo abrazó –y tú?
Tom –la verdad –le correspondió el abrazo –creía que me daría el típico discurso de ser un mal hijo o algo así pero no es algo bueno?
Sindra –no quiero que ella este metida en esto –suspiró –quizás se haya ablandado porque eres su hijo pero estoy segura que tu padre no me recibirá con los brazos abiertos, lo he visto y se cómo se comporta con quienes lo ‘traicionan’ o están en su camino
Tom –ya conocías a mi padre? –la apegó a su pecho y dejo que se recostara
Sindra –de lejos –las imágenes de aquel día cuando lo vio se aparecieron en su mente –estaba escapando cuando vi acercarse sus tropas en el camino
Tom –escapando? –ella se rió traviesa
Sindra –me había peleado con unos lobos en un bar –la miró serio –ey…no me mires así, si hubieras estado ahí…estarías de mi lado
Tom –dejaré eso de lado –suspiró –que paso con lo de mi padre?
Sindra –ah sí –dio un fuerte respiro y continuó –estaba saliéndome del bar cuando me fije que venían por el mismo camino, no era muy grande y aún con algo miedo me escondí entre unos camiones que estaban cerca. Observe a través de una de las ventanas como ellos se acercaban, al ver el emblema que todos llevaban en sus ropas supe que clan era. Yo sabía que ese bar estaba encargado por una familia de lobos, a pesar de que los lobos no se llevaban con los vampiros tu padre había hecho un acuerdo con ellos…sino atacaban a los vampiros que llegaran a descansar en las habitaciones que ellos rentaban dentro del bar…su familia estaba a salvo –bajo la mirada –tu padre se había quedado fuera dejando entrar a su escolta…a los minutos salieron junto con los lobos y sus dos pequeñas –su cuerpo se estremeció, cerró sus ojos y aferró sus manos a la espalda de él –separaron a las niñas y las dejaron al lado de tu padre sostenidos por dos guardias. Las niñas estaban asustadas sin saber que estaba pasando mientras su madre las tranquilizaba llamándolas dulcemente –suspiró melancólica –tu padre acusó al lobo de romper el trato, dijo que había matado a dos vampiros hacía dos noches
Tom –los lobos no son de fiar Sindra –jugó con unos cabellos que le caían en su rostro –he tratado con ellos en mis viajes
Sindra –esos vampiros merecían morir –su voz se lleno de ira –yo me estaba hospedando cuando sucedió todo…los lobos protegían a sus hijas de esos vampiros que las querían lastimar solo por diversión…ellos solo las estaban protegiendo –se separó un poco de su cuerpo y continuó –el padre trató de explicarle lo que había sucedido esa noche en el bar pero tu padre no escuchó y enfrente de ellos mató a sus hijas clavándole las garras a cada una en sus cuellos –lágrimas se acumularon en sus ojos –solo se escuchó unos pequeño gritos y sus sollozos antes de que cayeran al suelo muertas –subió su rostro y lo miró mientras lágrimas corrían por sus mejillas –esas niñas…eran inocentes Tom…y tu padre no vaciló en matarlas solo porque unos bastardos murieron. Me quede sin poder moverme al ver sus cuerpos ahí tirados como si no fueran nada…la madre gritaba desesperada, sacudiéndose para poder abrazar por última vez a sus pequeñas cuando los guardias la mataron también…jamás olvidaré como el pobre lobo gritaba lleno de odio y tristeza…perdió a su esposa e hijas en unos pocos segundos…de ahí tu padre le dijo que esto le pasaba por haber sido un traidor y lo mató –se sentó, rápidamente se quitó las lágrimas –no quiero que te maté Tom o a tu madre
Tom –ey... –se levantó, rodeó su cintura con sus brazos y apoyo su rostro en su hombro –no te deprimas si? –le besó en la comisura de los labios –conozco a mi padre y se de lo que es capaz….pero no por él dejare de estar contigo…te amo demasiado para hacer semejante locura
Sindra –y tu prometida? -giró su rostro para verlo –se que mañana es su ceremonia en donde harán los votos de matrimonio
Tom –por mi que espere toda la noche si quiere
Sindra –no deberías ser tan malo Tom –le sonrió
Tom –entonces le digo que si? –le pegó –auch! No era necesario
Sindra –me tengo que ir –bufó –tengo que buscar a Afrodisia…oh cierto… ¿cómo esta Bill?
Tom –no muy bien –agacho la mirada –he intentado hablarle pero no me dirige la palabra desde que ustedes se fueron en el bosque
Sindra –hablare con ella y vere que entre en razón…nos daremos una escapada y la traeré mañana por la noche
Tom –mañana?
Sindra –si…Bill también rechazará el matrimonio no? –el asintió –ella tiene que saber que él la quiere asique vendremos para hacerla entrar en razón –se rió –ya luego…veremos qué hacer con esa guerra ok?
Tom –de acuerdo, te esperare mañana entonces –se acercó y la beso tiernamente
Sindra –hasta mañana –le guiño un ojo y desapareció….
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