martes, 7 de junio de 2011
Fic Enemys or Lovers Capitulo 71
CAPITULO 71
Los sollozos de la pequeña sostenida por dos guardias hacían eco en el bosque mientras cruzaban el tramo de los arbustos que las ocultaban de los soldados y del rey quien sonreía ampliamente al escuchar las súplicas de la niña. Bastardo, pensó Afrodisia.
Estando a pocos metros se detuvo analizando la situación. Con la niña no podrían arriesgarse a pelear con los soldados…eran buenas peleando pero si cometían un error, la niña pagaría con su vida. De rabillo miró a Sindra quien tenía sus ojos fijos en la niña, levantó una mano captando su atención. Sin hablar le hizo señas indicándole lo que harían. Sindra tomaría a la niña mientras ella las cubriría de cualquiera que intentará atacarlas y saldrían lo más rápido que pudieran. Estaba levantándose cuando vieron entrar a los jardines a la reina... –qué demonios hacen ellos aquí?, sonrió al tono irritado de Sindra en su mente –esperaremos unos segundos para ver que quieren, si no hay ninguna señal de que la liberan, entramos...lista a mi señal , le respondió. Observó como ellos se acercaban rápidamente al lado de su padre quien los miraba desconcertado, agudizó sus sentidos para escuchar lo que le decían…
Padre –vienen a ver el show? –sonrió orgulloso –no pensé que se quisieran unir –miró a su esposa –no deberías estar aquí, entra
Madre –no me voy de aquí sin la niña –dio unos pasos delante de él y se dirigió a los soldados –quitenle esas cadenas de las manos y pies y llévenla dentro –los guardias no se inmutaron por la orden y se quedaron parados sosteniendo a la niña, lágrimas corrían por sus mejillas -¿Qué les sucede? –ambos agacharon sus miradas –les he dado una orden y espero que se cumpla!
Padre –me temo que no –se tensó al escuchar la voz de su esposo en su oído –ellos me obedecen solo a mí, asique no gastes saliva
Bill –esto…
Padre –que? –los miró de reojo –desde cuando todos se han ablandado? –bufó –es una espía…y se le castigará como tal!
Bill –no dejaremos que mates... –caminó hacia él, pero antes de que pudiera terminar de hablar una ráfaga de energía lo mandó a volar metros detrás. Apoyo sus brazos e intentó levantarse pero estaba sangrando del estomago –que... –sintió un brazo detrás de él
Tom –no te muevas –levantó la vista –eres mi padre pero no vacilaré en atacarte si vuelves a atacarlo
Madre no puedo creer que hayas hecho esto! –corrió hacia sus hijos –son tus hijos!
Padre –no son lo suficientemente hombres para eliminar al enemigo…esos no son mis hijos –se volteó –terminaré esto ahora –dijo acercándose a la niña –los soldados la tenían sujeta por las muñecas, estaba a pocos metros de ella cuando escuchó unos pasos corriendo hacia él. No tuvo tiempo de pensar cuando vio como los guardias caían al suelo sangrando y la niña ya no estaba frente a él. Su rostro se petrificó al darse cuenta que lo habían burlado. Aturdido giró sobre si mismo mirando, esperando encontrar a quien se atrevía a hacerlo quedar como inútil pero solo vio a sus hijos y esposa detrás de él confundidos tal como él estaba –muestrate! –gritó agitando su espada al aire, escuchó una risa a su costado, al voltearse no vio a nadie. Cerró sus ojos concentrándose en el aura de su atacante….la encontró. Abrió sus ojos lentamente y sin moverse estiró su mano rápidamente y tiró una daga envenenada hacia uno de los arboles que tenía enfrente, esperó escuchar un gemido pero solo oyó una risa aun más fuerte
Para un rey tienes muy, muy mala puntería –ante él apareció una mujer vestida con un traje de guerra negro, su cabello pequeño estaba cortado sobre sus hombros, sus ojos la miraron de abajo hacia arriba….su cuerpo era una delicia, sonrió cruzándose de brazos ante su “amenaza” –sorprendido Rey? –con pasos seguros se acercó hacia él pero se detuvo a cinco metros, mujer sabia
Rey –quien eres?
mmm…pregunta incorrecta –ella de reojo miró hacia su costado –llévatela de aquí mientras trato con la basura –siguió la mirada de ella y se encontró con otra mujer quien tenía en brazos a la niña, indignado movió su espada apuntando hacia ella cuando sintió un frío metal punzando contra su cuello. Lentamente se volteó y vio unos ojos llenos de odio mirándolo –ni si quiera lo pienses –gruñó ella
Rey –muy valiente o…muy tonta –se quedaron mirándose el uno al otro, sin hacer ningún movimiento –que quieres?...
Gustav –donde dices que esta? –preguntó al guardia, mientras acomodaba sus libros en la mesa ya desempolvada
Guardia –salió hacia el castillo Kaulitz para rescatar a alguien del clan, mi señor…su primera al mando ya volvió al castillo con una niña en brazos y fue directo a una de las habitaciones reales
Gustav –excelente, sigue informándome de todo lo que sepas
Guardia –si señor –hizo una venia y se giró, yendo hacia la puerta
Gustav –espera –sonrió lentamente –serás muy bien recompensado por tus servicios….no me decepciones Georg
Georg –tiene mi palabra, mi señor
Gustav –puedes retirarte –estando solo miró de reojo el libro de maldiciones. Faltaba tan poco para cumplir su plan pero... –una invocación más antes del momento no haría daño –rió –si…vamos a ver cómo se las arregla esta vez –caminó hacia la mesa, con cuidado de no romper las hojas ya viejas fue pasando una por una hasta llegar a la maldición que quería, cerró sus ojos y empezó una invocación menor….
Bill observaba desde el suelo como su padre estaba frente a la mujer que el amaba, con su espada desenvainada. Su corazón latía rápidamente, desesperado por sacarla sin que alguien sospechara de sus intenciones pero estando herido no podía hacer mucho. El golpe que le había dado su padre le había atravesado parte del pecho, rasgándole la piel. Su hermano le sostenía mientras su madre usaba sus poderes curativos para cerrarle las heridas pero tendría que esperar para estar con todas sus fuerzas. Maldijo en su mente, ella no debería estar ahí sin embargo ahí estaba…dispuesta a peligrar su vida por un infante. ¿Cómo sería ella como madre? No es momento para soñar, se dijo a sí mismo
Rey –que quieres? –le había preguntado su padre
Afrodisia –yo... –un jadeo salió de su garganta, se tambaleó alejándose y se abrazó a sí misma como si le ¿doliera? Antes de que pudieran prohibirle se puso en pie preparado para llevársela, su piel se había tornado pálida en segundos y su mirada era perdida ¿Qué le estaba pasando?
Rey –parece que todo se gira a mi favor –se rió arrogante –muy bien, muy bien –dijo mientras se acercaba lentamente a ella –que pena que tú seas la heredera del clan Wendorf –Afrodisia lo miró sorprendida –si, ya sé quién eres, conocí a tus padres –resopló –de tal palo…tal astilla….tan patéticos –escupió. Al instante se giró y miró a sus hijos –llévenla a los calabozos pienso divertirme con la tortura que le tengo planeada –volvió su vista hacia ella y torció sus labios –y pensar que todos te temen –se terminó de acercar, la tomo del cuello y la alzó apretando su piel –tu…perra sufrirás
Bill –padre basta! –alzó sus hombros despreocupado y la tiró al suelo. Afrodisia incapaz de levantarse por el dolor que crecía en su cuerpo, abrasando su piel con tanto calor… solo pudo retorcerse en la tierra, gimiendo –no…
Rey –llévala al calabozo ahora! – ¿que debía hacer?, si no la llevaba sería demasiado sospechoso y su padre podría querer matarla al acto. Mordiendo su labio se acercó hacia su padre, se inclino haciendo una venia y la tomó de los brazos tratando de no lastimarla –así se hace hijo mío…
Sindra –tranquila pequeña, ya casi estamos ahí –le susurró a la pequeña, quien estaba aferrada a su cuello mientras caminaban atravesando los pasillos hacia las habitaciones reales. Observó cada puerta, al divisar unos soldados custodiando la penúltima habitación se dirigió ahí –abran las puertas –le dijo al guardia, este la obedeció y sin decir otra palabra entró –ya puedes bajar linda –se agachó para que ella pudiera soltarse, sin embargo no lo hizo, ella sonrió –está bien…hay alguien que quiere verte…Cloe?
Lily: a…abuelita? –al verla recostado sobre la cama corrió a su encuentro –ABUELITA! –Sollozó al abrazarla –abuelita….te quiero mucho –se abrazaron
Cloe –gracias….oh gracias –lágrimas se escaparon de sus ojos –gracias –sin hacer ruido salió de la habitación para que ellas pudieran estar tranquilas. Antes de irse se volteó hacia los guardias
Sindra –que nadie las moleste –ellos asintieron. Se alejó para poder comunicarse con Afrodisia, ya debería haber llegado sin embargo nadie tenía noticias de ella –Afrodisia donde estas? –resopló, en la mierda…aght... –se tensó al escuchar la voz de su amiga, estaba débil –la niña…llego bien? –sí, ahorita la dejé con su abuela, en donde estas, para ir por ti –pasaron minutos para su respuesta, estoy en los calabozos y no vengas por mí –tú crees que te voy a dejar? Estás loca! –resopló indignada, no es una petición…es una orden Sindra además yo puedo salir sola de aquí –y Bill?, está en la habitación de al lado con su padre, preparando lo que van a hacerme –y tu quieres que me quede aquí sin hacer nada? Pff…, estaré bien…Bill distraerá a su padre para que yo luego pueda escapar pero si tu vienes no podre hacerlo…entiendes? –si no vuelves antes del anochecer iré por ti…lo sabes….
Una sonrisa se formó en los labios de Afrodisia al escuchar la voz de su amiga en su mente. Si, lo sabía muy bien. Las dos estaban en las buenas y en las malas….aunque por algún motivo siempre habían más malas que buenas. Sonrió y miró en la celda en donde se encontraba encadenada. Hace unos veinte minutos Bill la había llevado arrastrada por las escaleras agrietadas que descendían a los calabozos del viejo castillo. “Lo lamento” le dijo con los labios mientras la empujaba hacia la celda, ella solo había asentido levemente. El no podía tratarla bien debido a los guardias reales que los escoltaban a pedido del rey. ¿Sospecharía? La reina ya lo sabía pero ¿se atrevió a contarle de su relación con su hijo al rey? Esperaba que no, eso les dejaría menos tiempo. Suspiró. Bill y su padre hace un rato salieron de la celda para discutir cómo sería el interrogatorio, claro que se refería a su…tortura. Como si ella se fuera a quebrar por sus golpes, resopló. Numerosas veces había sido herida en batalla, heridas que le podían haber costado su vida pero nunca se rindió. El rendirse no era algo que sus padres le hayan enseñado.
Espero unos segundos más sin embargo no venían ¿Qué tanto estaban planeando? Frunció el ceño desesperada, si ellos no venían y Bill hacía la farsa de torturarla entonces ella no esperaría más. Se levantó rápidamente sintiendo el dolor de sus piernas que habían sido golpeadas antes de dejarla sola, tenía el jean sucio y manchado de sangre, le habían quitado sus botas y sus pies ahora estaban helados. Tenía otro juego de cadenas en sus muñecas, las cadenas estaban atrancadas en la parte superior de la pared asique le daban cierto espacio para moverse. Observó fijamente como estaban puestas las cadenas y sin hacer mucho ruido empezó a jalarlas para que se soltaran del cemento, en ningún momento dejó de mirar la entrada de la celda mientras jalaba. Pero no funcionó, no se movían ni un solo centímetro. Cerró sus ojos, no entraría en pánico…aún no. Por nada entrenaba todos los días, ella no era ninguna debilucha. Acomodó sus manos sobre la parte de arriba de la cadena que sostenía sus brazos y jaló con todo su peso para hacer vencer las cadenas. Una, dos, tres…veinte veces y la cadena seguía en su lugar. ¡Demonios!, maldijo en su mente. Sangre corría por sus brazos debido a la fuerza que había puesto en sus muñecas sacudiendo la cadena…a este paso se arrancaría las muñecas. Vamos…piensa, se dijo a sí misma. No tenía ninguna arma cortesía de los guardias que se las habían arrebatado todas, hasta el más pequeño objeto. Inteligentes, no lo negaría. Pero ahora tenía que encontrar una manera de….
Afrodisia –magia –susurró, como si alguien la pudiera oír. Sonrió. ¿Cómo no lo había pensando antes? Estabas destrozándote las muñecas, recuerdas?, bufó ante su conciencia. Se posicionó para tele transportarse, cerró sus ojos. Al abrirlos observó lentamente en donde se encontraba. En la celda –pero… ¿Qué demonios? –escuchó a una voz reír y se puso en alerta mirando hacia los barrotes de la puerta que ahora estaban abiertos
Rey –creíste que podrías usar tu magia para salir? –Sonrió –todas estas celdas están bloqueadas para que nadie…absolutamente nadie pueda salir, asique…ya puedes irte acostumbrando a tu nuevo hogar –dio unos pasos dando espacio para que Bill entrará
Afrodisia –tengo tanto miedo –dijo riéndose –con eso se supone que este temblando? –lo miró y suspiró –y yo que creí que por ser rey sería más fuerte…supongo que me equivoque
Rey –ya veremos si te sigues riendo… Bill –lo miró mientras se apoyaba sobre la reja –empieza –lentamente él asintió y se acercó hacia ella llevando consigo un estuche viejo, lo dejó sobre una silla desgastada, al extenderlo ella vio varias navajas, látigos de púas…todo lo necesario para lo que el rey quería –estoy esperando –ambos se miraron, Afrodisia trató de disimular su desconcierto, Bill al instante se volvió hacia su padre
Bill –yo me encargaré solo de esto padre, no tienes que estar aquí –su voz era tan tranquila, esperaba que lo logrará –estoy seguro que desde arriba podrán escuchar sus gritos
Rey –prefiero verlo con mis propios ojos –una gota de sudor bajo corriendo por su frente hasta su cuello, su plan se había ido a la basura –quiero ver como corre su sangre….quiero oír de sus labios que ruegue por piedad –sonrió mostrando sus colmillos –ponla contra la pared de espaldas –se encaminó hacia la silla y se detuvo mientras observaba y levantaba cada uno de los objetos, con cuidado tomó el látigo con pequeñas cuchillas al final –y utiliza este…es uno de mis favoritos
Bill –padre…
Rey –hazlo –bajo la mirada hacia ella, dio unos pasos y estiró su mano agarrando su mejilla –que no te engañe su rostro….no es más que una perra… y la trataremos como tal –se dio la vuelta y lo enfrentó, de acuerdo? –el asintió –excelente….pero antes –sin decir una palabra más se giró levantando el puño y la golpeó haciendo que saliera sangre de sus labios. Afrodisia levantó el rostro sonriendo y escupió la sangre que se había acumulado en su boca, de reojo observó como Bill se ponía detrás de su padre, en posición de ataque. Estoy bien, no lo hagas o no podre salir de aquí, le proyectó sus pensamientos a su mente. Vio dolor en sus ojos….dolor por ella, imagina que soy otra persona…eventualmente tu padre se irá…hazlo –y que estas esperando? O lo tengo que hacer por ti?
Bill –no…lo haré yo –temblando tomó el látigo, lo apretó en su mano mientras se acercaba, sin poner fuerza la puso mirando la pared de cemento, se apegó a su espalda mientras con sus manos acomodaba las cadenas –cae rápido para que no tenga que lastimarte –sintió como se estremecía –no quiero hacerte daño…cae rápido y se acabará
Afrodisia –sabes que no me dejará tan fácil…estaré bien maldita sea…hazlo –su voz sonó dura pero al final se quebró, tenía miedo pero no quería demostrárselo…su corazón se partió
Rey –y bien? –se alejó a una distancia en donde el látigo apenas si le llegaría a rozar la espalda. Tiró de la cuerda para atrás, observó el cuerpo de ella…sus manos temblaron –ahora! –cerró sus ojos y lanzó –otro! –retrocedió el látigo y volvió a tirarlo esta vez mirando hacia ella, las púas apenas habían rasgado su ropa –acércate más y tira –dio unos pasos y volvió a tirar, la ropa se rasgó dejando al descubierto su espalda –otro más! –lanzó la cuerda y las púas al arrastrarlas de regreso tenían sangre impregnada en cada punta –qué acaso tu madre dio a luz a una niña?! –gritó enfurecido –te he dicho que más fuerte! Eres un inútil! –se lanzó y lo tiró estampando su espalda a la pared –porque te ablandas?! Ah?! –sus ojos se paseaban por su rostro –te da pena? Es eso?! –resopló –es tu enemiga! O es que eres tan idiota que no te das cuenta de eso?! Ella debe morir…no vale nada! –se apartó y tomó el látigo –yo te demostraré como se hace esto –el miedo se incrementó en Bill, ¿Tom…porque te tardas tanto? Como si le hubieran escuchado las alarmas del castillo sonaron llegando hasta los calabozos, en segundos los guardias reales estaban formados frente a la celda
Guardia –mi señor…hay un ataque hacia el castillo –dijo temeroso de la reacción del rey –son cientos de hombres rodeando el castillo
Rey –estoy ocupado que no ven?! –ellos retrocedieron unos pasos
Guardia –el general pide su presencia señor, perdóneme que lo interrumpa pero dice que es urgente que usted venga –Bill observó a su padre, estaba meditando si se iría o no –señor?
Rey –de acuerdo –dio unos pasos y se detuvo, lo miró a él –si no me sirvieras para la unión con el clan Müller te mataría…tener debilidad por el enemigo –se mofó, por el rabillo del ojo observó el cuerpo de Afrodisia –toma este como un recordatorio de lo que te vendrá –terminó de hablar y tiró fuertemente del látigo dándole por toda la espalda, rasgando su piel y dejando a su paso un rastro de sangre
Afrodisia –aght –jadeo –sus piernas temblaron un poco pero se mantuvo en pie. Sonriendo salió el rey seguido por sus soldados. En cuanto Bill dejó de escuchar los pasos se apresuró a quitarle las cadenas –si me desatas sabrá que tuve ayuda…no es muy inteligente de tu parte –las cadenas hicieron eco al caer, se volteó y lo miró –y eso del ataque?
Bill –antes de llevarte aquí le avise a Tom que contactará a
Afrodisia –Sindra –terminó la oración por él –demonios de chica –suspiró –muy bien…me tengo que ir antes de que alguien venga
Bill –yo….bueno yo –sonrió al ver su rostro sonrojado, se acercó y lo abrazó –te duele mucho?
Afrodisia –un poco pero estaré bien, soy una chica fuerte –se rió y se separó –nos vemos mañana ok? –se inclinó hacia delante y le besó los labios suavemente –te quiero –corrió afuera de la celda y desapareció. También el estaba dejando la celda cuando al salir se apareció a unos pasos Afrodisia –no quiero que te acusen de nada…asique…perdón –saltó y le dio una patada en el estomago, al instante se cayó –perdoname…si? –le ayudó a recostarse sobre la pared, vio como lentamente ella pasaba su mano sobre su rostro sin tocarle –he puesto un hechizo sobre tu rostro…cuando salgas solo imagina que tienes heridas y las tendrás solo que no tendrás el dolor de ellas, el hechizo se quitará apenas entres en tu cuarto –se escucharon voces adentrándose al calabozo
Bill –ten cuidado –ella asintió –ve –y se fue del castillo….
---- ° ----
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hola, te comento por aca porque no me deja ese chat nose que T.T la verdad nose manejar el blog muy bien que digamos :$ la cosa es que te queria felicitar por las noves que escribis, me encantaron absolutamente todas lastima que no se pudo seguir fallin' for you
ResponderEliminarantes seguia las noves por el fotolog, pero como no tenia no comentaba XD asique ahora que se cual es tu blog, bueno te lo repito TE FELICITO y espero que sigas escribiendo...
buena suerte... rho