CAPITULO 51
Intentó levantarse pero no pudo puesto que él se lo impidió aferrándose de su cintura. Lo escuchó reírse y se separó lentamente de él
Sindra –tengo que…
Tom –no… –suspiró –no…tienes que –acarició su mejilla –deja que suene –antes de que pudiera contradecirle metió su mano dentro del bolsillo de su jean, sacó el celular que no paraba de sonar y lo tiro al suelo sonriendo
Sindra –puede... –jadeó –puede que sea urgente…solo deja que… –se quedo callada al sentir como los labios rozaron levemente sobre su pecho –que... –cerró sus ojos y se mordió el labio inferior –eres…
Tom –apuesto…sexy? –Se rió suavemente, se acercó y mordió el lóbulo de su oreja, ella gimió y se sonrojó –te ves hermosa
Sindra –lo sé –sonrió juguetona. Aprovechó que se había quedado quieto, se impulsó y rodaron sobre las almohadas quedando ella encima de él –y que…tramas ah? –Le sonrió coqueta –solo veníamos a que te dibujara…y ya lo hice –fue subiendo poco a poco sus manos acariciando su abdomen
Tom –no seas… –posó sus manos sobre su cintura, movió su cadera dando un ligero brinco logrando sacarle un gemido –mala…quedemos aquí un rato más –dijo jugando con el piercing que tenía en su labio
Sindra –no…sé –dijo mientras se acercaba a su rostro –como haces…para convencerme –lo besó apasionadamente al mismo tiempo en que se mecía sobre sus caderas de adelante hacia atrás sintiendo como el calor se esparcía, adueñándose de todo su cuerpo –ah... –tapó sus labios con su mano acallando los jadeos…sintió una manos posarse suavemente sobre la suya
Tom –no hagas eso preciosa –bajó sus manos entrelazándolas –quiero…escucharte –se sonrojó al oír aquella petición –no me niegues ese…placer –le besó la palma de la mano mordiéndole al final –tu voz es tan…sensual… –gimió al sentir los dedos de ella acariciar su entrepierna levemente –no… ¡aaah! …no me tortures
Sindra –sshh…. –lo calló rozando sus labios levemente. Acarició las trenzas que caían por su cuello, al separarse le sonrió –Tom…yo –su cuerpo tembló al reaccionar hacia donde los estaba llevando cada caricia –no puedo –suspiró –no puedo
Tom –no entiendo –acomodo los cabellos que caían ocultando su rostro ante él –que no puedes?
Sindra –esto…yo jamás he estado con alguien y aún no…me siento lista –se mordió el labio nerviosa –perdóname…no debí dejar que…. –titubeó –perdón –agacho el rostro acurrucándose en su pecho desnudo. Al instante sintió como él rodeo con sus brazos su espalda –debes creer que soy infantil –oyó una suave risa, subió su rostro y lo miró extrañada
Tom –crees que me voy a enojar porque no quieras? –suspiró. Con cuidado se movió dejándola recostada del borde de la cama y el a su lado aun abrazándola –no lo estoy linda
Sindra –pero…
Tom –más estoy enojado conmigo por ir muy rápido –le sonrió –debí de saberlo y no presionarte…no tienes que disculparte…okey? –Ella asintió –solo... –se aclaró su garganta –deja…que me ponga mi ropa –ella se sonrojó
Sindra –oh…claro –apoyándose en una de sus manos se sentó, se acomodo su ropa bajando el top y se abrocho el jean… ¿Cuándo lo desató?, pensó sonriendo
Tom –y esa sonrisa? –detuvo sus pensamientos al darse cuenta que la estaba mirando fijamente mientras se ponía su jean –y?
Sindra –acaso no puedo sonreír?
Tom –si puedes –se terminó de poner su polo –te gustó no? –dijo riendo
Sindra –no sé de que hablas –se levantó rápidamente y se quedo al lado de la mesa en donde tenía las pinturas
Tom –ah no? –camino hasta quedar detrás de ella y la abrazo por la cintura –te…lo recuerdo? –dijo presionando su cadera contra el cuerpo de ella logrando que suspirará fuertemente –ya?
Sindra –mmm…aun no –acarició sus manos y le sonrió
Tom –eres única –se acercó y besó su cuello –por eso me gustas
Sindra –te gusto? –dijo alzando una ceja
Tom –te quiero –caminó y quedo frente a ella
Sindra –me quieres? –cruzó sus brazos
Tom –te... –estiró su mano, tomo su mentón y lo levantó dejando sus rostros a escasos centímetros –amo
Sindra –mucho mejor –se rió y lo abrazó –ya terminaste de cambiarte?
Tom –si…tienes algo en mente?
Sindra –de hecho... –lo miró picara –si…
Tom –sabes…esto no era lo que tenía en mente –dijo frunciendo el labio, ella se rió
Sindra –no te gusta? –Dijo mientras se recostaba en el respaldar de la silla, la miró serio –jajajaja…pero si te ves bien
Tom –me veo ridículo –se alejo de la mesa y la miró –esto es necesario? –Señalo el mandil –que cruel eres
Sindra –te miras bien sexy –se rió –además que en serio estoy cansada –dijo recordando todo lo que había caminado para buscar información sobre los gemelos Kaulitz –si? –le guiñó
Tom –a la próxima no caeré en los pucheros que me hagas –se rió. Volteó quedando frente a una de las ollas en donde hervía el chocolate –que más desea la señorita? –lo miró sonriendo, se levantó y fue hacia el refrigerador que estaba en una de las esquinas de la cocina, abrió la puerta y se inclinó, para buscar entre los anaqueles –que haces?
Sindra –yo deje... –escuchó los ruidos de envases de vidrio –unas fresas por…aquí están! –al levantar su cabeza se golpeó con el borde de la puerta y dio un brinco –auch! –dejó el envase de vidrio en donde estaban las fresas
Tom –con que te golpeaste? –dijo dejando a fuego lento la hornilla, se acercó –estás bien?
Sindra –refrigerador del demonio! –se llevó sus manos a su nuca
Tom –supongo eso responde mi primera pregunta –suspiró –déjame verte
Sindra –no fue muy duro el golpe –dijo mientras el acariciaba el punto de su nuca en donde se había golpeado
Tom –ten más cuidado –la regañó sonriendo –ve a tu cuarto, ahorita subo esto
Sindra –seguro?
Tom –si…ve –asintió y se encamino hacia las escaleras, antes de subir dio un vistazo a la cocina y sonrió. Rápidamente subió y entro a su cuarto. Acomodo unas ropas que había dejado en el suelo y se recostó en su cama
Sindra –no he llamado a Afrodisia –dijo recordando que la llamada perdida había sido de ella –la llamo ahorita? –Buscó su celular entre sus ropas y lo sacó –mejor…no vaya a ser que luego me mate por no haberla llamado –marcó unos botones y se pegó el celular al oído –vamos…contesta –bufó –genial…ahora ella es la que no contesta…habrá ido con Bill? –suspiró –espero que este todo bien –se volteó al escuchar unos pasos que venían de las escaleras y sonrió –necesitas ayuda?!
Tom –no! –se mordió el labio inferior, se quedo mirando la puerta…esperando a que apareciera –aaah!
Sindra –que paso? –se acercó al borde de la puerta
Tom –nada…nada –estaba apoyado en el barandal –creo que tienes que hacer unas reparaciones en ese escalón –al mirar hacia abajo vio como estaba roto
Sindra –perdón? –Tomó la bandeja en donde traía la comida –no creí que estuvieran en tan mal estado –dejo las cosas en la mesita que tenía cerca de su cama –no te lastimaste ni nada?
Tom –pff…no es para tanto –levantó una ceja riéndose –soy muy fuerte como para que una simple caída me haga daño
Sindra –no me digas –dijo burlona –uuuy que fuerte…le ganas a una escalera
Tom –ya sabes que no puedes jugar con fuego –le rodeo su cintura con sus brazos –mejor... –se recostó con ella en la cama –nos quedamos un rato tranquilos
Sindra –que milagro que estés calmado –le sonrió –me parece –dejó que el se acomoda sobre sus almohadas y ella luego se recostó sobre su pecho y se acurrucó…
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