Bueno, perdon por la tardanza para quienes aun leen.. mil gracias! me alegran sus comentarios.. en fin.. la foto xD me la dio una amiga..jejeje..
y pues. que decir del fic.. lo quiero terminar. y espero hacerlo pronto...
CAPITULO 55
Con el ceño fruncido colgó fuertemente causando que se rompiera el auricular. Se quedo mirando fijamente el teléfono mientras pensaba en la persona a quien se había avocado. ¿Se equivocaría? Suspiró tensándose. Nada podía fallar, absolutamente o perdería su única oportunidad de tener el control. El no permitiría que eso sucediera….se aseguraría que hicieran bien su trabajo o si no sería lo último que ellos harían
Gustav –lo que tengo que hacer –bufó –y yo que pensé que ellos serían más inteligentes –sonrió. Días había buscado mercenarios, o cualquier alma perdida que vagara por las calles de la ciudad y por “suerte” se encontró con ellos….justo lo que necesitaba. Dos vampiros dispuestos a servirle a cambio de tener todo el poder que pudieran soñar –que ilusos –poder…que él no daría. Llevo sus brazos a su espalda mientras caminaba lentamente meditando en su habitación. Todo iba de acuerdo al plan. En unos pocos días vendrían el clan Müller a esas tierras y Afrodisia pronto estaría lista, solo tenía que esperar un poco –creo que es hora de provocar unos disturbios –sonrió…
Bill –asique…tanto tiempo has estado viniendo a este lugar? –dijo mientras le acariciaba su cabello. Estaban recostados en las raíces de un árbol
Afrodisia –yo... –se detuvo al ver en sus pensamientos a su concejal, esperándola en la puerta del castillo… –tengo que irme –se levantó rápidamente y acomodo su ropa –ha surgido algo y tengo que irme –lo miró tratando de pedir disculpas
Bill –que paso? Estábamos aquí y de repente…
Afrodisia –digamos que se que me necesitan…en mi casa si? –el asintió –gracias
Bill –está bien –dijo estando frente a ella –yo también debería regresar a mi casa…tengo mucho que ver y no me di cuenta de cómo pasaron las horas –le sonrió –nos hablaremos más tarde, te parece?
Afrodisia –claro
Bill –pero esta vez… –se acercó, le beso suavemente sus labios y se quedo a escasos centímetros sintiendo el aire que salía de sus labios –responde –ella suspiró y frunció el ceño
Afrodisia –no me lo dejarás olvidar no? –dijo cruzando sus manos
Bill –mmm….no –se rió. Rolando sus ojos ella se volteó para caminar hacia los matorrales que escondían el lugar. Escuchó como él se acercaba a ella, lo miró sonriendo y salieron juntos…
Tom –linda…tu celular está sonando –oyó como la llamaba –Sin…
Sindra –si…si... –se levantó bostezando –ya escuche –se frotó sus ojos y tomo su celular de la mano de Tom y contestó –alo?...ay dios mujer…cálmate, ¿qué sucede?...a ver espera –con cuidado salió de la cama y fue al pasillo mirando de reojo a Tom –porque dices eso? –Suspiró –okey…segura?...bueno yo no he sentido nada –escuchó como él se levantaba de la cama, al voltear lo vio cerca de la ventana –ahora que lo dices…si…es que estaba…bueno estaba... –sonrió –si, lo sé…estaré más atenta…si, ya voy para allá –al cerrar su celular se tensó. ¿Cómo es que no pudo sentirlo? Estás muy distraída, se dijo a sí misma. Sonrió….sí que lo estaba. Suspirando entró al cuarto –y este… a donde se fue? –miró alrededor pero no lo vio, se acercó a la puerta que daba con el cuarto de baño, sin tocar abrió la puerta y se quedo tiesa al cruzar miradas con él –perdón! –Rápidamente cerró la puerta y se recostó sobre ella –debería aprender a tocar…que tonta –antes de que se alejara, la puerta se abrió de golpe dejándola caer…pero no se golpeó. Sino sintió unos fuertes brazos alrededor de su cintura. Al mirar arriba vio como sonreía travieso
Tom –sabes? –Con cuidado la levantó y abrazó –si querías mirarme…solo tienes que decírmelo y yo con gusto me desvisto –se rió sonoramente
Sindra –eres muy creído…lo sabías? –Resopló –y no…no quería verte –mentirosa…si quieres, pensó –solo te buscaba –dijo aclarando su voz
Tom –okey, te creeré –se agacho y le dio un beso en su mejilla, al instante se sonrojó –quien llamaba?
Sindra –ah?
Tom –quien te llamo? –dijo señalando su celular que aun lo sostenía en la mano
Sindra –oh…fue Afrodisia –se sentó al borde de la cama –tengo que salir y encontrarme con ella –él se sentó a su lado –supongo que nos hablamos más tarde –el asintió…
Tom –pórtate bien –le dijo acomodando su cabello –no hables con extraños…y
Sindra –no sabía que ahora eras mi papa –se rió –se cuidarme sola –roló los ojos mientras se subía a su moto
Tom –y no le hagas caso a otros chicos –la miró serio
Sindra –sino? –encendió su moto –te pondrás celoso? –el sonrió y la abrazó
Tom –muy celoso –le besó suavemente su cabello
Sindra –como si pudiera ver a otro –suspiró –para mi mala suerte no te sales de mi mente…–resopló y lo miró traviesa –en fin… me voy –con una mano rodeo su cuello acercándolo a ella y lo besó –nos vemos! –espero unos minutos tras su partida, y se fue.
Finalmente pudo divisar las torres del castillo. No hacía mucho que se había ido de la casa de Sindra, a pesar de no tener su moto había llegado bastante rápido gracias a su velocidad.
Estando cerca de los jardines sintió una vibración en el bolsillo de su jean, al instante sacó su celular
Tom –Bill?...sí, estoy…de hecho estoy llegando –miró la entrada –si me hablas tan rápido no puedo saber qué es lo que me dices…que paso? –cerró la puerta y se encaminó hacia el salón principal –que? Pero…estas seguro? Si…no te preocupes, ahorita voy y veremos que hacer –guardó su celular dentro del bolsillo y corrió hacia el salón de los generales… ‘Tom…tenemos que salir inmediatamente, hay una pelea a un costado de la ciudad…fue iniciada por los Wendorf’…las palabras de su hermano resonaban en su mente….
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CAPITULO 56
¿El clan Wendorf? Malditos. Su enojo crecía con cada paso que daba. Por las historias que se relataban en los libros, se sabía que ese clan cientos de años atrás cuando los líderes de los tres clanes se juntaron para realizar un mutuo acuerdo de paz, ellos se resistieron y asesinaron sin piedad a los otros. Al enterarse de la traición los ejércitos del clan Müller y Kaulitz fueron tras ellos esa noche y los mataron. Desde entonces no había paz en los tres reinos. Por eso querían eliminarlos…a todos.
Abrió las puertas que llevaban hacia el salón de estrategias, el segundo al mando, su padre y su hermano se encontraban alrededor de la mesa. Por sus expresiones supo que las noticias no eran muy alentadoras. Kel, segundo al mando del ejército lo saludo, respondió el saludo y vio a su padre
Tom –hola padre –inclinó su rostro, de reojo miró a su hermano quien estaba serio –que fue lo que paso?
Kel –mi señor –lo miró –nos enteramos de que la líder del clan Wendorf junto a su segunda al mando atacaron a unas familias que pasaba en el cruce del bosque hacia las montañas
Padre –por lo que sabemos, solo atacaron –dijo asqueado, se quedo callado por unos minutos y los miró –Bill…Tom…vayan, ellos aun están luchando mientras hablamos –se volteó –Kel
Kel –dígame rey
Padre –reúne unos cinco hombres y escolta a los príncipes
Kel –como usted mande –se salió del cuarto. Con la mirada fría miró a sus hijos –no las maten
Tom –que?
Padre –aun no... –Sonrió –en pocos días vienen sus prometidas….cuando este hecho el pacto de matrimonio, iremos tras ellos uniendo ejércitos y los haremos sufrir –cruzó sus brazos sobre su pecho –obtendremos venganza por su traición hacia nosotros –ambos cruzaron miradas –vayan hijos míos…y denles una probada de nuestro poder
Bill –si padre
Tom –si padre –hicieron una pequeña venia y salieron de la habitación rápidamente. Al verlos salir sonrió….
Habían tomado sus armas, caminaban hacia la puerta del castillo…al salir vieron a Kel y cinco hombres más esperándolos. Todos estaban armados y con sus trajes de batalla.
Kel –por este camino príncipes –se posiciono delante de ellos para guiarlos hacia la pelea. Tom miró a su hermano fijamente y le palmeó la espalda
Tom –tienes que estar sereno –le dijo mientras empezaban a correr a través de los arboles. Si iban en motos los detectarían al instante –lo entiendes?
Bill –si –dijo volviendo su vista a su hermano –no puedo creer que hagan esto…pagaran caro –sintió el odio correr por todo su cuerpo…
Freno fuertemente marcando las llantas de su moto en la tierra, al subir la mirada se encontró con Afrodisia quien ya la esperaba en la puerta del castillo. No tuvo tiempo de salir de su moto puesto que ella se acercó de un salto y montó la suya
Sindra –que está pasando? –mientras acomodaba sus armas en los compartimentos de su moto le habló
Afrodisia –necesito que me sigas a los bosques, creo que algo va mal
Sindra –no entiendo…que va mal?
Afrodisia –no puedo hablarte aquí –la miró seria –adentrémonos en el bosque y te cuento –encendió su moto y se fue. Sin perder tiempo la siguió intrigada por lo que su amiga le tendría que decir.
Habían avanzado varios kilómetros cuando escuchó la voz de Afrodisia en sus pensamientos
“usaremos este método por si alguien nos espía” –extrañada la miró mientras esquivaban los troncos caídos en medio del camino –“hace unos momentos Gustav me localizo y me pidió que inmediatamente fuera con él…”
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