martes, 4 de enero de 2011
Fic Enemys or Lovers Capitulo 53
En cuestión de segundos estaba en el espeso bosque corriendo, dando todo lo que sus piernas podían. Por la rapidez que mantenía no se percató de las cortadas que una a una aparecían en sus brazos, cuello y rostro debido a las ramas que no evitaba al correr. Tenía que estar ahí. No sabía que había pasado pero su corazón le gritaba que fuera…
Con cada paso que daba se sentía más perdido. ¿Por qué no se detenía? No lo sabía. Sin más cuestionamientos siguió abriéndose camino a través de los matorrales que habían crecido entrelazados como si fueran una muralla.
“Sigue…”
Escuchó nuevamente. Alterado puso su cuerpo en posición de defensa. Desde que había entrado al bosque una extraña pero melodiosa voz lo había estado acechando en sus pensamientos. Por más que quiso entender lo que estaba pasando no pudo, solo se dejo llevar. Casi pudo escuchar la voz de su hermano “no hagas ninguna estupidez” pero claro, el nunca escuchaba. Por alguna razón que desconocía no tenía miedo de aquella voz o del poder que influía sobre él. Empujó con una de sus manos abriéndose camino entre aquel gastado sendero. Se detuvo por unos minutos. Sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al ser empujado por la suave brisa de la noche. Siguió su camino.
No tardó en salir de las enredaderas, sacudió el polvo y algunas ramas secas que se habían quedado incrustadas en su ropa. Al levantar la vista, enmudeció. Era lo más hermoso que había visto….no…se equivoco. Era lo segundo….ya que Afrodisia ocupaba el primer lugar. Sonrió al recordarla y al instante esa sonrisa traviesa se borró. Era claro que ella no quería volver a saber de él…su pecho se comprimió. Pero no se rendiría tan fácilmente, el nunca se rendía. Suspiró calmándose y paseó sus ojos por aquel lugar que había encontrado. Parecía un paraíso y muy bien cuidado…la persona que viniera seguido seguro lo apreciaba mucho. Caminó hasta dar con un viejo tronco hueco, se agachó acariciando la rugosa corteza aspirando un aroma…lo reconoció al instante, era….
Afrodisia –inmundo pedazo de carne, más te vale haber encomendado a tu dios porque de aquí no sales vivo –reconoció esa voz, al instante se volteó enfrentándola –Bill?
Bill –vaya forma de recibirme…yo también te quiero –se cruzó de brazos
Afrodisia –qué haces aquí? –Ignoró su comentario –como encontraste este lugar? –el se quedo callado –habla – ¿qué pudiera decir que no lo hiciera sonar loco? –te pregunte algo vampiro –le dolió percibir una tristeza en la voz de ella –que sucede…no dirás nada?
Bill –porque me has ignorado? –le preguntó tratando de que olvidara el cómo y porqué estaba él ahí –sabes cuan preocupado estaba?
Afrodisia –no y no me importa –mentía. Lo podía oler
Bill –sabes que estás mintiendo…y yo lo sé, porque no nos ahorras todo este teatro y me dices la verdad –notó como una ira llenaba su corazón –linda
Afrodisia –calla –dijo seria –acaso creías que tengo que responder ante cada cosa que hago? A ti? –Bufó –estás loco si piensas eso….yo no respondió ante nadie y menos tú
Bill –te gusta complicar las cosas no? –se rió, intentando suavizar el ambiente –que ganas diciendo todo esto? La verdad que no me molesta quedarme aquí todo el tiempo que sea necesario hasta que me digas la verdad –dijo sentándose en el tronco. No respondió. Agacho la mirada agotada. ¿Qué estás haciendo? Se preguntó a sí misma. Aquí estaba ella tratando de alejarlo de nuevo cuando había dicho que haría lo contrario. Mordió levemente su labio inferior mientras se sentía culpable. ¿Por qué no podía controlar su ira? Algo no estaba bien. Su rostro se calmó al notar la confusión en los ojos de Afrodisia. Quería confortarla. Sin causar mucho ruido se levanto acercándose a ella y la abrazo. Temió por sentir su rechazo pero nunca llegó, en cambio sintió sus brazos rodear su cintura con fuerza. Acarició su cabello tiernamente mientras escucha sus suspiros. Lo desgarraban. Podía sentir todos sus miedos –no me lastimarás –ella sollozó –eres más fuerte de lo que crees….
Afrodisia –eso es lo que temo –lo interrumpió y se alejo suavemente mirándolo seria –no entiendes Bill
Bill –entonces ayúdame a entenderte –le dio la espalda –no puedo ayudarte si no me dices que está pasando –sabía que él tenía verdad, lo sabía pero… ¿podría acaso decirle?
Afrodisia –no es tan sencillo
Bill –tengo toda la noche –dijo sonriéndole tiernamente, lo odió por eso –ven –palmeó levemente el espacio que quedaba libre en el tronco…con miedo se acercó y se sentó junto a él –tienes que confiar en mí –en toda su vida siempre había confiado en una sola persona…Sindra. Sabía que traidores abundaban y sus padres lo habían probado de primera mano –hey…confías en mí? –no debería hacerlo
Afrodisia –si –dijo respirando fuertemente –confío en ti –el asintió –no me interrumpirás okey?
Bill –no lo hare
Afrodisia –bien –suspiró –tu….te acuerdas lo que te conté sobre mis padres? –Asintió –yo…tengo otro presentimiento…una pesadilla –la miró extrañado –antes de que mis padres murieran, meses antes no podía parar de tener una pesadilla…no era muy clara pero conforme pasaban los meses todo tomaba más sentido, les conté a mis padres que tenía un presentimiento por ello
Bill –y no te creyeron
Afrodisia –si –tembló –ahora…lo mismo…lo mismo me está pasando –miró al cielo –he tenido la misma pesadilla por más de seis meses sin poder encontrarle sentido pero –lo miró –ahora lo sé y no puedo dejar que la historia se vuelva a repetir…no me permitiré a mi misma matar una vida inocente
Bill –el destino es algo que no puedas controlar –le sonrió –tú lo sabes
Afrodisia –no –suspiró –pero puedo detener mis acciones antes de que condenen a otros…no me quedare de brazos cruzados mientras alguien muere sabiendo que puedo evitarlo –lagrimas amenazaron con salir, cerró sus ojos y las ignoró –es difícil de entender pero yo sé lo que hago –se levantó, caminó hacia la orilla del lago y se quedo en silencio por unos minutos –he perdido a mis padres…no perderé a nadie más –contuvo su llanto –no puedo
Bill –amor –susurró –no puedes salvar la vida de todos –la abrazó por detrás, al instante ella giró quedando frente a él
Afrodisia –lo haré
Bill –pero
Afrodisia –¡no quiero perderte! –gritó soltando lágrimas, el se paralizó –no importa cuánto quiera ignorarlo…no importa cuántas veces me diga a mi misma que no me importas…lo haces y no dejaré que algo te suceda –un escalofrió lo traspaso –ahora…entiendes? –no dijo nada, ella le acarició su mejilla –esta vez tengo la oportunidad de impedir este desastroso acontecimiento y la tomaré…por tu bienestar tienes que alejarte de mi…algo me está pasando y no sé que es… pero lo que sí sé es que no es nada bueno –lo abrazó –se inteligente y aléjate…tu como yo sabemos que nos estamos engañando, tratando de creer en algo que no existe
Bill –seré un idiota entonces –ella se sorprendió ante sus palabras –no me importa
Afrodisia –Bill…por favor
Bill –no –gruñó alejándose de ella –acaso crees que puedes decidir por mí? Já! Ya estás loca…nunca he dejado que alguien tome las decisiones por mi y no empezare ahora…entiendes? Entiendo el dolor que has pasado por tus padres…quisiera que no tuvieras que haberlo hecho pero no puedo entender todo lo que me acabas de decir…no puedo
Afrodisia –pero
Bill –no! –caminó de un lado a otro como si fuera un león enjaulado furioso –alejarme de ti? lo que siento por ti no existe? Es eso lo que quieres decir? –Ella agacho su rostro –no cuestiones mis sentimientos por ti…nunca –se acercó rápidamente a ella –entiendes? No puedo creer que hayas dicho todo esto…no me alejare de ti por que hayas tenido una pesadilla
Afrodisia –no es solo una pesadilla –bufó –crees que haría todo esto por nada? Demonios Bill…solo di gracias y listo
Bill –y debería decir eso por? –Dijo resoplando –si crees que me haces un gran favor con esto, no,…te equivocas…no sabes todo lo que he pasado al no saber de ti
Afrodisia –no sigas –intentó taparse sus oídos como si eso fuera a funcionar –no te escucho
Bill –preciosa –se rió –a veces actúas como una niña que me haces preguntarme si has madurado o no –con cuidado tomo sus manos y las quito de sus oídos –no te gustara oírlo pero te amo –lo miró dudosa –no me importa cuántos riesgos corra por ello…si? La vida es así…hay veces en que tienes que tomar riesgos para estar cerca de lo que más quieres –la abrazó
Afrodisia –eres un suicida –rió suavemente –pero….prométeme una cosa
Bill –dime
Afrodisia –si…por algún motivo…llego a lastimarte o querer matarte
Bill –no lo harás
Afrodisia –si lo hago –dijo ignorando su comentario –no vacilarás en matarme….
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