sábado, 28 de agosto de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulo 11


CAPITULO 11

Tomo de la mano a su esposa y se alejaron de su hija.

Padre –ya es hora de irnos, vamos
Madre –te queremos hija, adiós…

Con sus manos entrelazadas se fueron alejando hasta que tomaron forma de estrellas y volvieron al cielo. No paso mucho tiempo en el cual Afrodisia durmió tranquila bajo el cuidado de sus padres quienes la observaban desde el cielo, como siempre lo habían hecho desde hace años.
La madrugada traía consigo el rocío que poco a poco fue despabilándola logrando sacarla del sueño. Al notar el color que estaba tomando el cielo se levantó, sacudió sus ropas con ambas manos quitando cualquier rastro de tierra que tuvieran. Miró al cielo buscando las dos estrellas, al verlas sonrió.
Afrodisia –volveré pronto…lo prometo –habiéndose despedido de sus padres, volteó y camino de regreso al castillo en donde seguramente todos descansaban en sus habitaciones. Mientras caminaba de regreso, pensaba en todo lo que había vivido a su corta edad. De pequeña perdió a sus padres, años la paso entre el castillo y en las afueras de Alemania, no conoció más amistad que Sindra, una niña que conoció en la lejana Francia. Sindra al igual que ella era mitad vampira mitad lobo pero por las constantes peleas dentro de Alemania tuvieron que huir, pero debido a su lazo regresó junto a ella años atrás.
Ahora, tenía a un clan a su mando como su padre siempre quiso, en cuestión de semanas estaría dirigiendo una batalla por su libertad. ¿Se le olvidaba algo? Claro. El chico a quien beso en el bosque. Por más que no quería darle importancia algo le decía que no lo hiciera, dentro de ella sentía un fuerte presentimiento, ¿el significaría algo en su vida? No lo sabía pero lo descubriría.
Dejando a un lado sus pensamientos noto que ya había llegado al castillo, iba a entrar por la puerta principal pero recordando el ruido que hacía por la antigüedad decidió que sería mejor entrar por la ventana de su habitación, ya lo había hecho antes asique no sería problema. Rodeó el castillo hasta dar con la pared que daba con su habitación. Sigilosa como siempre escalo hasta llegar a la ventana, sosteniéndose de una de las vigas con una mano, abrió la ventana con la otra y sin mirar hacia abajo entro y volvió a cerrar la ventana. Buscó en uno de sus muebles, abrió el primer cajón y saco su ropa de dormir. Con movimientos torpes por el cansancio se cambio de ropa y se recostó tapándose con las frazadas, con la esperanza de no tener la pesadilla que tanto la inquietaba pero esta noche no sería diferente a ninguna de las demás…

Nuevamente, se podía ver a si misma rodeada de cientos de hombres, todos cubiertos en sangre por la pelea, solo ella quedaba de su clan…se acercó hacia donde estaba para mirar mejor y al hacerlo se dio cuenta que se veía diferente…su rostro…sus ojos…su cuerpo…no era ella.
Cerca de ella había un chico tirado, con grandes heridas en su pecho pero aun vivía. Trató de ver quien era pero su rostro era borroso, solo pudo sentir un gran cariño hacia él. Vio como de entre todos los vampiros que la rodeaban uno se acercó y le susurro al oído “Mátalo…el te odia…mátalo” Su corazón se detuvo…matarlo…tan solo escuchar esa orden sintió como su alma se apagaba, negó varias veces mientras veía como “ella” se acercaba lentamente hasta él con sus garras llenas de sangre, lista para atacar. Escuchaba como el gritaba, pedía y suplicaba por qué no lo hiciera…“No…por favor” “Tú no eres así” “No lo escuches” “Mi amor…no lo hagas” “Yo…yo te amo”
Se vio como ignorando aquellas palabras se acercó más hacia él, lo levantó del cuello y de su mano sacó una cuchilla…trato de detener a su “yo” pero al intentar apresarla noto que sus manos traspasaban por todo el cuerpo como si fuera un fantasma…arrodillada enfrente de sí misma, gritó desconsolada esperando poder detener la muerte de aquel chico. Espero y espero pensando en que pasaría lo mismo, en que vería como el cuerpo caía pero no…no paso. Levantó su mirada y vio como ambos abrazados lloraban consolándose mutuamente, el besaba suavemente sus mejillas mientras acariciaba su cabello. Ella podía sentir aquellas muestras de cariño. Se paró y se acercó a ellos, cuando iba a dar un paso más escucho la voz…esa voz que le pedía la muerte de él…de su amor “Ahora morirán los dos”…

Como las anteriores noches despertó agitada, sudando. Su mano fue directa a su pecho, sintió el latir desesperado de su corazón. Se volvió a acostar decidida a contarle a Sindra; sin importar cómo reaccionaría le contaría sobre aquella pesadilla para oír su opinión. Tenía que descubrir su significado y si aquel chico existía, y si ella lo conocía. En la mañana hablaría con Sindra…
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