domingo, 22 de agosto de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulos 8 & 9


CAPITULO 8

Muy adentro del bosque, Afrodisia había alentado sus pasos para poder pensar con tranquilidad mientras regresaba al castillo. Se regañaba a si misma por haber causado tanto problema en la ciudad, no podía andar llamando la atención de esa manera dado que nadie sabía quién era ella y de esa manera era mejor. Pero sonrió al recordar la cara que puso ese chico al “intentar” golpearla. Si claro…como si él pudiera…se lo tenía bien merecido pensó.
Siguió su caminar hasta que escuchó el crujir de unas ramas, se detuvo por unos segundos pero luego reanudo su andar. No paso mucho hasta que nuevamente escucho, pero esta vez fue un ruido por las copas de los arboles.
Afrodisia -¿quién eres? –dijo sin voltearse, pero nadie respondió –pff…no te basto con la herida que te hice? –al no obtener una respuesta empezó a caminar pero se detuvo al escuchar una fuerte caída a unos metros de ella
Xx –creo que hablas con la persona equivocada…no tengo ninguna herida en mi cuello –escuchó una voz dulce, despacio se volteo y sus ojos se fijaron a quien tenía enfrente. Alto, de contextura delgada, cabello largo negro en rastas y ojos…caramelo – ¿Qué paso, el gato te comió la lengua? –sonrió
Afrodisia –y tu…acostumbras a seguir a las personas? –replicó enfurecida
Xx –que enojada, solo quería ver si estabas bien
Afrodisia –y porque no lo estaría? Ah? –Bufó –porque no mejor te largas y me dejas en paz idiota!
Xx –oh vamos…no tienes por qué ser tan arisca
Afrodisia –te hablo como se me da la gana, y para que veas…si estoy bien –dijo dando una vuelta –ves?
Xx –no cabe duda –dijo mirándola desde abajo para arriba
Afrodisia -¿Quién eres? –dijo enojada por como él la había visto
Xx –alguien
Afrodisia –no intentes pasarte de listo que te ira peor que aquel estúpido de la ciudad
Xx –y porque debo decirte quien soy si no se quién eres?
Afrodisia –bah…no perderé mi tiempo –se volteo pero al intentar caminar se vio detenida por él, quien se puso enfrente de ella –te quitas o te quito
Xx –quítame –dijo acercándose a su oído. No sabría el motivo pero la única solución que apareció en su mente fue, con una de sus manos tomarle la mejilla y acercarlo a ella hasta que sus labios se unieran en un suave roce que al paso de los segundos fue transformándose en un cálido y sensual beso. Moviendo lentamente sus manos rodeo su cuello aferrándose más a él mientras, notaba como su cintura era apresada por las manos de aquel desconocido. Poniendo un poco de fuerza fue empujando su cuerpo guiándolo hasta que se toparon con el tronco de un árbol, antes de que se separaran aprovecho un segundo y con saña le mordió su labio y huyo antes que él se moviera.
Xx –auch! –Llevó una de sus manos a la zona herida –me mordió…si será esta –sonrió –ya nos volveremos a ver linda… me encargaré de eso –pensó. Se acomodo su ropa y con una última mirada al bosque se fue de regreso a la ciudad para buscar su moto e irse….


Camino sigilosamente por los pasillos, abrió una puerta y cerrándola con cuidado entró en su habitación. Se sacó su gabardina y la tiro al suelo, iba a sentarse en su cama cuando escucho un golpe, llamaban a la puerta. ¿Quién será? –pensó y se acercó pegando su cara a la puerta para ver si tocaban otra vez. Espero y justo cuando iba a despegarse sintió como su cabeza se golpeaba contra la puerta y unas risas del otro lado, ya sabía quién era, abrió la puerta.
Bill -¡¿Qué quieres?! –dijo apenas abrió la puerta encontrándose con su amigo –no estoy de humor –no obtuvo respuesta excepto por las risas de él –de que te ríes?
Georg –de ti… jajaja…te duele? –dijo señalando el lado que se había lastimado
Bill –idiota…que quieres? –le dio espacio para que pasara al cuarto
Georg -¿Por qué te fuiste? Me tenías preocupado –dijo sentándose en la cama
Bill –si claro… me imagino que teniendo a la chica esa estabas muuuy preocupado por mí –ironizó –mentiroso
Georg –me ofendes… -sonrió –en fin… porque esa cara?
Bill –ah? Por nada…tan solo estoy cansado, es todo
Georg –seguro? Vamos…sabes que puedes contarle todo a tu gran amigo Georg –le palmeó la espalda
Bill –hablamos mañana si? Ahora quiero estar solo
Georg –como quieras –se levantó y se salió del cuarto. Suspiró y se recostó en su cama apoyando su cabeza en sus brazos. Cerró sus ojos y recordó esa mirada, la suavidad de su mano contra su mejilla, sus labios…ese beso
Bill -¿Cómo te llamas? –Dijo recordando que no le había respondido su pregunta cuando estuvieron juntos –espero verte de nuevo –suspiró –has dejado todo mi cuerpo hechizado con el sabor de tus labios…

Lejos, del otro lado del bosque, en la torre más alta se encontraba durmiendo plácidamente Afrodisia hasta que sus sueños fueron interrumpidos por una pesadilla que la venía acechando meses atrás…

CAPITULO 9

Se podía ver a si misma rodeada de cientos de hombres, todos cubiertos en sangre por la pelea, solo ella quedaba de su clan…se acercó hacia donde estaba “ella” para mirar mejor y al hacerlo se dio cuenta que se veía diferente…su rostro…sus ojos…su cuerpo…no era ella.
Cerca de ella había un chico tirado, con grandes heridas en su pecho pero aun vivía. Trató de ver quien era pero su rostro era borroso, solo pudo sentir un gran cariño hacia él. Vio como de entre todos los vampiros que la rodeaban uno se acercó y le susurro al oído “Mátalo…el te odia…mátalo” Su corazón se detuvo…matarlo…tan solo con escuchar esa orden sintió como su alma se apagaba, negó varias veces mientras veía como “ella” se acercaba lentamente hasta él con sus garras llenas de sangre, lista para atacar. Escuchaba como el gritaba, pedía y suplicaba por qué no lo hiciera…“No…por favor” “Tú no eres así” “No lo escuches” “Mi amor…no lo hagas” “Yo…yo te amo”
¿Qué era lo que sucedía? ¿Quién era él? ¿Mi amor? ¿Te amo? Se vio como ignorando aquellas palabras se acercó más hacia él, lo levantó del cuello y de su mano sacó una cuchilla…trato de detener a su “yo” pero al intentar apresarla noto que sus manos traspasaban por todo el cuerpo como si fuera un fantasma…lo último que pudo ver fue como aquel chico caía inerte al suelo….lo había matado….

Afrodisia -¡Noooo! –gritó despertando agitada de su cama. Suspiro fuertemente y llevo ambas manos a su frente, notando pequeñas gotitas de sudor correr por su rostro. Ya habían pasado más de seis meses que aquella pesadilla había tomado parte en cada noche sin ella poder encontrarle respuesta. Por más que se pasara los días meditando sobre ello no le encontraba sentido. Y la angustia crecía cada día más, quería saber porque soñaba eso…de quien era la voz que le ordenaba cometer aquel asesinato…quien era ese chico… ¿porque nunca podía salvarlo? ¿Porque cada vez que lo miraba no podía ver su rostro? ¿Lo conocería? Y….y ¿porque le decía “mi amor”? Lo podía sentir muy real, los gritos, la ira, la tristeza, la traición y el amor… ¿amor? Nunca en su vida había experimentado ese sentimiento, estar enamorada, tener a alguien a su lado y no lo necesitaba…claro que no –¿qué significa? –dijo sintiendo las lagrimas acariciar sus mejillas. Dejo que corrieran libres por su rostro, una de ellas termino en la comisura de sus labios, con cuidado paso su dedo limpiándola…cerró sus ojos y recordó al extraño del bosque…sus labios se curvaron mostrando una leve sonrisa traviesa –que chico más extraño…pero…pude sentir algo…cuando lo bese –suspiró – ¡Ay qué cosas digo! –rió nerviosa. Se acomodo y cogiendo las sabanas se tapó, al girar su cuerpo se encontró en el mueble de noche, con una imagen enmarcada de sus padres, estiro su brazo y la tomo con cuidado debido a su antigüedad. Acaricio la imagen y acomodándola nuevamente en el mueble se durmió.

Las estrellas y la luna ya dejaban paso al sol que lentamente se levantaba iluminando todo a su alrededor anunciando un nuevo día. Dentro del castillo aun todo se encontraba en silencio, poco a poco soldados, sirvientes iban despertando llenando de vida aquel lugar.
En su habitación durmiendo tranquilamente Afrodisia se encontraba, sin saber que pronto sería despertada por su fiel Concejal quien caminaba apresurado por los grandes pasillos del viejo castillo, su pisar era tan fuerte que los ventanales vibraban con cada paso. No falto mucho tiempo para que llegara a una puerta de gran altura, negra bordada con flores. Sin poner fuerza en su puño, toco suavemente esperando a la respuesta pero sabiendo que era mucho desear de ella, toco nuevamente incrementando la fuerza.

Gustav –no otra vez –suspiró –todos los días es lo mismo con ella, cuando será más cooperativa… ¡Afrodisia! –gritó.
Del otro lado de la puerta, con su cabeza hundida en las almohadas rezaba porque aquel que la fastidiaba se fuera inmediatamente pero no fue así y volvió a escuchar a su “tutor”.
Gustav -¡levántate de una vez! –quitó la almohada que “aislaba” el ruido de su cabeza y se levanto de un golpe. Saco del viejo ropero el atuendo que usaría ese día y lo tendió sobre su cama y antes de escuchar otro grito abrió la puerta suavemente fijando sus ojos en los de él –ya era hora, pequeña
Afrodisia –primero...es demasiado temprano, segunda…no soy pequeña…viejo –dijo seria –y por último, sabes que me hablas de lo mismo todas las mañanas…en serio tiene que ser igual hoy?
Gustav –si, seré breve –dijo antes de escuchar la replica
Afrodisia –de acuerdo
Gustav –te estaré esperando en la misma sala –dicho esto se fue. Vio como se alejaba por las escaleras y cuando vio que ya no estaba cerró su puerta. Buscó unas toallas y se fue a la ducha que tenía en su habitación.
Mirándose en el espejo, ajusto su corsé y su jean. Fijando que todo estaba en orden salió del cuarto en busca de Gustav quien la esperaba en la sala principal para discutir “lo de siempre”.

Tal y como él lo había hecho, bajo las escaleras en forma de caracol, camino por el largo y angosto pasillo en donde a cada lado de las paredes estaban enmarcados cada uno de sus antepasados. Abrió una puerta doble y se encontró a él, de espaldas observando como el sol era ocultado por las nubes grises que informaban, lluvia. Se apoyo en una de las columnas y aclaro su garganta dando a conocer que había llegado.
Afrodisia –te escucho –dijo cruzando los brazos
Gustav –bien. Ya es confirmado que ambos clanes se unirán dentro de un par de semanas, lo sabes –ella asintió –estoy informado que sus tropas ya se están alistando para la cacería, no será pronto pero los cabezas del clan Kaulitz quieren estar preparados. Su hijo será su líder
Afrodisia –no me dices nada que yo no sepa
Gustav – ¿qué acciones tomará?
Afrodisia –como ya te dije, no importa si se unen o no. El clan Kaulitz se cuan fuerte puede ser pero no les sirve de nada unirse con los Müller, ellos son patéticos. Enlistare a mis mejores hombres y cuando ellos ataquen responderemos, si guerra es lo que quieren…guerra tendrán.
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