jueves, 19 de agosto de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulo 7


CAPITULO 7

La noche había caído, y con ella la oscuridad reino el bosque. Con dificultad fueron esquivando cada rama que por la oscuridad no podían ver. Pisándole los talones se encontraba Kay y los demás vampiros, quienes tras una orden de Kay se adelantaron hacia ellas mientras el observaba “el espectáculo”. Dos se posicionaron al lado izquierdo y dos al lado de derecho y uno por detrás intentando separarlas. Tras varios intentos, lo único que habían logrado era separarlas segundos pero no fueron suficientes para detenerlas. Kay cansado de la ineptitud de sus acompañantes los alcanzó, los hirió a cada uno y fue tras ellas.
Con rapidez se puso encima de Afrodisia y apresándola con sus brazos la bajo al suelo.

Madre -¡AFRODISIA! –asustada se detuvo y fue tras él. Antes de que llegara junto a ellos vio como la tiraba al suelo y le clavaba sus garras haciendo más profunda su herida en su hombro -¡NOOO!
Afrodisia -¡Aght! ¡Aaaaahhh! –gimió por el ardor que sentía al momento en que el sacó sus garras. Alejándose de ella unos metros, levanto sus dedos observando como la sangre poco a poco corría llegando hasta su brazo, acerco su boca y cerrando sus ojos saco su lengua y lamió la sangre de ella, al abrirlos vio a la madre arrodillada frente a su hija
Kay –que rico –relamió sus labios –sabe a…miedo –lentamente se fue acercando –ahora vera como su madre muere en mis manos –sin dar tregua voló separándolas violentamente. Tomándola de la cintura la embistió contra una roca en forma de punta lastimándole así su espalda, dejando un rastro de sangre en ella –no te mataré rápido, para que así vea como sufres –En solo segundos la había dejado moribunda, Afrodisia desde el otro extremo observaba como su madre gritaba del dolor sin poder hacer nada; la herida que tenía era muy profunda para que pudiera pararse y mucho menos para que peleara. Lágrimas caían silenciosas por sus mejillas, su única esperanza era que alguien llegara. Como una respuesta a sus ruegos se escucho cerca los pasos de los soldados del clan que venían liderados por Gustav, el Concejal. Una pequeña luz creció dentro de ella.
Madre –ahora…que…harás? –Dijo jadeante –en segundos tu único destino será la muerte
Kay –otros irán por tu hija y la matarán…pero antes de irme te irás tú –de sus ropajes saco una pequeña pero filuda daga y sin titubear le atravesó el corazón, ante los ojos de todos…ante Afrodisia. Dejó caer el cuerpo inerte de su madre y antes de que los guardias lo apresaran se clavo a sí mismo la daga, con una sonrisa en su rostro.
Vio como caía el cuerpo de Kay al suelo y los guardias lo rodeaban para aniquilarlo. Sintió como alguien la cargaba, estaba segura que le hablaban pero no podía oírlo. ¿Era una pesadilla? ¿Lo era? ¿Cuándo la despertarían? ¿No era ahora cuando su madre entraba a su habitación regañándola por dormir hasta tarde? No...No era una pesadilla, ya no vendría, ya no escucharía su dulce voz en las mañanas, ni la de ella ni la de su padre…porque no la salvo? ¿No era fuerte? ¿No había entrenado por años? ¿No le prometió protegerla? Debía hacerlo...debió haberse parado y luchar…ella…ella les había fallado…


Un relámpago ilumino la ventana en donde estaba apoyada mirando el bosque en donde años atrás había estado con sus padres, en segundos un trueno la hizo salir de sus recuerdos. Parpadeo un par de veces reaccionando y sintió como una línea fría bajaba por su mejilla. Lágrimas, ¿estaba llorando? Suspiro y con sus dedos se limpio aquella lágrima traicionera.
Afrodisia –no más lágrimas –frunció el ceño y se alejo del ventanal, tomo la manija de la puerta y salió del salón tratando de olvidar esos recuerdos tan dolorosos, recuerdos que la torturaban cada noche, reprochándose así misma por no haber cumplido su promesa.
Paso entre todas las habitaciones que ocupaban los jefes de las tropas, bajo los escalones hacia el salón principal, mientras caminaba miró a las afueras del castillo por una ventana. Se detuvo y cerró los ojos obteniendo una idea –hace semanas que no salgo a divertirme, creo que….hoy saldré –sin perder tiempo fue hacia su habitación, del armario saco su chaqueta, cerró su puerta y atravesando todo el castillo, llego a la puerta principal y salió esperando encontrarse con un poco de diversión, sin saber lo que en realidad se encontraría….

Vampiros jóvenes de todas las edades se encontraban disfrutando de lo que la noche ofrecía en el centro de los bares clandestinos de la ciudad. Borrachos, drogados o buscando una presa a quien llevar consigo. A pesar de las represalias aun la guardia no podía clausurar los bares que desde hace años están ahí.

Afrodisia con unas copas demás en su cuerpo, se encontraba aburrida…Sindra, su amiga de la infancia y compañera en sus travesuras no había llegado ni le había contestado al celular asique sin nadie con quien pasar la velada salió enojada del bar en que estaba y se dirigió a la entrada al bosque en donde peleas callejeras se estaban llevando a cabo.
Por el otro lado, Bill estaba montado en su moto mientras se fumaba un cigarro, vicio que había adquirido tras los años. Observaba con cuidado una pelea, dos novatos peleando por ver quién era “el mejor”, bufó. Al ver que se había acabo el cigarro sacó otro de su gabardina, mientras buscaba su encendedor no pudo evitar mirar hacia enfrente. Una chica, no muy alta, vestida completamente de negro, cabello oscuro y absorta de lo que sucedía a su alrededor se dirigía directamente a donde estaban peleando. Algo “curioso” hacia ella se quedo mirándola…


Sus pensamientos eran únicamente dominados por las palabras que siempre le decía Gustav. “Apenas puedan nos cazaran y los liderará el heredero del clan Kaulitz” “Escuche que el solo ha derrotado a una manada de licántropos”
¿Y a ella que le importaba eso? Ella era tan o más fuerte que ese tal Kaulitz, no tendría por qué preocuparse y para que el “viejo” se callara de una vez por todas, entrenaría para atacarlos antes de la dichosa unión y así ser el único clan dominante en Alemania.

Seguía caminando y escuchó a lo lejos unos gritos.

Xx -¡Tenemos a nuestro nuevo invicto…más de diez peleas consecutivas! ¡¿Quién será el vampiro que lo desafié en una pelea?! ¡¿Quién será?! –el hombre vio por el rabillo del ojo a la chica que estaba pasando -¡¿Qué tal tu?! –Ella siguió su camino -¡Oh vamos…acaso eres cobarde?! –Ignorando aquella ofensa siguió caminando mientras era observada por todo el “publico” y por un par de ojos color caramelo –bah –resopló
Xxx –espera! –gritó el “ganador”. Camino hasta impedirle el paso –vamos…si ganas quizás te deje pasar la noche conmigo…que dices hermosa? –levantó su vista y observó con cuidado al vampiro
Afrodisia –no vales mi tiempo –y lo rodeo. Ofendido por las risas de los demás antes de que se alejara agarro su brazo y la jalo llevándola adentro del circulo
Xxx –perra…aprenderás a no meterte conmigo! –Bill se fijo en los movimientos de aquel joven y vio que iba a torcerle el brazo para dejarla lastimada, se paró inmediatamente de su moto. No sabía la razón pero sentía la necesidad de sacarla de aquella pelea pero se detuvo al sorprenderse por lo que sus ojos veían….

El vampiro quien hace solo segundos la acataría, ahora se encontraba sostenido por la mano de ella quien lo miraba seriamente mientras clavaba más sus uñas cerca de las venas del cuello logrando que hilos de sangre corrieron por el pecho de él.
Afrodisia –yo que tu lo pensaría dos veces antes de atacarme –lo levantó más
Xxx –aght…p…por…por favor –gimió. Escuchó los murmullos de las personas a su alrededor y para no llamar más la atención lo soltó, se arrodillo y se acercó a su oído
Afrodisia –considérate afortunado, próxima vez que te encuentre…date por muerto –se levantó y sin mirar a nadie se encamino nuevamente hacia el bosque, para ir a su casa.
Los que habían estado presenciando la pelea ya no estaban, solo quedaba el anunciador y su “ganador” quien aun estaba tirado en el suelo retorciéndose por el corte que le había hecho Afrodisia al agacharse. Su amigo lo levantó y huyeron del lugar.
Aun parado, Bill miraba hacia el bosque. ¿Quién era ella? Jamás había visto a una vampira con semejantes reflejos y fuerza, cierto que el vampiro no era muy fuerte pero la herida que le había causado y con esa rapidez eran únicas de vampiros mayores, ni siquiera él. Regresó a su moto, la oculto en un callejón y siguiendo los pasos de ella se adentro en el bosque para averiguar quién era ella….
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