lunes, 16 de agosto de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulos 5 y 6


El siguiente capitulo tiene un link de audio, carguenlo y denle play antes de leer ;) Les deje dos caps asique comentan si?


CAPITULO 5


PLAY: http://www.youtube.com/watch?v=g23aeWQIsNg&feature=related

Lo único que pudo ver fue como el cuerpo de su padre se iba alejando con cada paso que daba junto a su madre. Giró su rostro para ver el camino y no tropezarse pero a pesar de sus intentos sus pies tropezaban con raíces salidas de los arboles que rodeaban el camino hacia el castillo.
Su delgada muñeca era jalada por la mano de su madre, quien la tenía agarrada con fuerza para no perderla de su lado y menos disminuir la velocidad…sería un error letal. Sin perder la vista del camino, por el rabillo del ojo miro a su madre; con el ceño fruncido, sin esa sonrisa que la levantada en cada mañana y sus mejillas ligeramente bañadas por las lágrimas que había salido al alejarse de su papá.
Minutos. Solo minutos había pasado desde que había dejado a su padre detrás de ellas, aun con mucho por recorrer solo podía escuchar el latir de su corazón, ni el viento, ni los arboles frotarse entre sí, ningún animal, ni el sonido que causaban sus pies en la tierra. Asustada, tensa, triste, angustiada…un mar de emociones era el corazón de Afrodisia apenas dejándole tiempo para respirar, acaso este era su presentimiento? Aquel presentimiento que tuvo días atrás cuando le dijeron de este acontecimiento, sería posible? ¿Quien para afirmarlo? Justo cuando abría sus labios para romper el silencio que se había creado entre ella y su madre fue callada por gritos, muchos gritos….gritos de batalla.
Sus ojos crecieron, quiso detenerse y volver, volver y estar con su padre pero no pudo. Su madre firme y decidida no soltó su mano y siguieron corriendo.
Una a una las frases de su padre la atormentaban. “Nunca te rindas” “Huir no es de valientes” “Nunca abandones a alguien” ¿Acaso no se estaba rindiendo? ¿No estaba huyendo de la batalla? ¿No lo había dejado atrás a él?...
Un grito. Solo bastó un grito para regresarla a la realidad, por más lejos que hubiera estado podría reconocer la voz de su padre. Esa voz que siempre detestaba oír cuando la regañaban, ahora era la que deseaba volver a escuchar más que nada en el mundo pero no sucedió. Nuevamente lágrimas brotaron de sus ojos, negó cubriéndose sus ojos con sus manos, no quería pensarlo…pero sabía que su padre había muerto. Sintió un jalón, otro y nuevamente uno más pero no se movió, no quería.

Madre –vamos –dijo agitada
Afrodisia –no…no quiero –sollozó –quiero que vengan y matarlos
Madre –no…por favor hija –levantó su rostro quedando ambas de frente –tenemos que ser fuertes, no dejarás que la muerte de tu padre haya sido en vano…o sí? –Negó –bien!

Dejo que tomara su mano y sin poner resistencia dejo que la jalara como lo había estado haciendo segundos atrás. A cada paso que daba sentía como una parte de su alma se iba desvaneciendo, era como si su cuerpo no le respondiera, un vació se quería apoderar de ella.
A escasos kilómetros del castillo noto que su madre se había detenido fijando su vista en los arboles detrás suyos. Sintió como un leve escalofrío corrió por el cuerpo de ella, se le hizo raro que se hubieran detenido tan repentinamente.

Afrodisia -¿mamá? –Jaloneó su brazo – ¿mamá que paso?
Madre –no hay tiempo, rápido…te recuerdas del pasaje que te enseñe hace semanas?
Afrodisia –si
Madre –excelente –le tomo las manos y la miro –solo nosotros conocemos ese camino asique nadie te seguirá…corre, no te detengas, no mires para atrás…hagas lo que hagas no vuelvas…no importa que escuches…de acuerdo?
Afrodisia –pe…pero…mamá
Madre –de acuerdo? –repitió ignorando el ruego de su hija
Afrodisia –no…no quiero que termines como papá –se apegó a ella –no mamá…no me abandones
Madre –siempre estaré contigo, hija mía –le dio un suave beso en su cabello –ahora…ve, al llegar avisa al concejal….dile que era una emboscada, corre! –no le dio oportunidad a decir palabra alguna, con una fuerte palmada en la espalda se fue corriendo por el pasadizo secreto que su madre en precaución le había enseñado y que ahora era la clave para que sobreviviera.
Con pequeñas gotas de sudor estaba llegando ya cerca del castillo cuando escuchó nuevamente los gritos, ya habían llegado con su madre. Un frío recorrió por todo su cuerpo. Por más que quería obedecer las palabras de su madre no lo hizo y emprendió veloz el camino para regresar con ella, no dejaría que muriera, no lo haría…se lo había dicho su padre… “claro que eres fuerte por eso no te separes de tu madre, cuídala mientras llegan”… y eso haría.
Mientras corría al encuentro con ella, su pecho era golpeado por una pequeña cadenita negra, se detuvo y la sacó.
Al verla recordó que años atrás el Concejal se la había entregado ya que ella tendía a perderse, y con ella podría pedir su ayuda este donde este…“Pequeña, no importa donde estés yo escucharé el silbato y llegaré a tu ayuda”, sin dudarlo acercó sus labios al pequeño silbato dorado y sopló dejando escuchar un pitido agudo. Cerró los ojos esperando que aquel llamado funcionase y volvió a correr esperando que no sea demasiado tarde para su madre….
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CAPITULO 6

PLAY: http://www.youtube.com/watch?v=g23aeWQIsNg&feature=related

Poco a poco se fue acercando de donde provenían las voces, escondida tras un arbusto observó con cuidado como su madre era rodeada por quince vampiros. Notó que enfrente de ella se encontraba uno, a diferencia de los demás vestía todo de negro, también pudo ver que la parte superior de su traje estaba cubierta de sangre…la de su padre.

Xx –porque no nos simplificas las cosas y te rindes? –escuchó atentamente mientras veía que se acercaba a su madre quien estaba arrodillada cubriéndose su vientre con sus manos bañadas en sangre –no quiero ser duro con la viuda pero no me estas dejando opción –los demás se rieron
Madre –de verdad crees que te lo diré? Estas muy equivocado Kay… ¿Cómo puedes hacernos esto? ¡Tú no eras así!
Kay –cierto, tú misma lo has dicho...he cambiado…además esto es una pequeña parte que tengo que hacer y me darán tu territorio
Madre –eres un idiota…apenas regreses te matarán…y no habrás logrado nada…te han mentido!
Kay –cállate! –le bofeteó –mi paciencia se está agotando y a menos que quieras terminar como tu esposo dinos donde está la niña!
Madre –púdrete –le escupió
Kay –tu lo quisiste –con sus garras la tomo del cuello, sacó una daga negra con el filo rojo y lo rozó contra la herida que tenía ella en su vientre
Madre –¡¡aaaahh!! –gritó
Kay –lastima, hubieras sido una buena esclava…adiós –alejo su mano con la daga tomando impulso antes de clavársela. Afrodisia asustada, salió del arbusto y cruzando entre dos vampiros llego cerca de ellos y lo empujó antes de que le clavara la daga a su madre, botándolo metros a él y dejándola libre a ella.
Afrodisia –no le pongas la mano encima a ella, estúpido! –Gritó mientras se agachaba y abrazaba a su madre –estas bien? –dijo susurrando
Madre –tonta…eres una tonta….no debiste volver
Afrodisia –vamos –pasando uno de sus brazos por su cuello la ayudo a pararse –no defraudare a papá…yo te cuidaré –escucharon unos aplausos
Kay –que tierno, un momento tan conmovedor…no fue necesario que nos lo dijeras…ella vino a nosotros
Madre –no la tocarás
Kay –no me digas? Y quien me lo impedirá? Tú?…que apenas puedes moverte? O…o quizás su papá muerto?
Afrodisia -¡No te atrevas a hablar de mi papá!
Kay –oh no te preocupes…yo me encargue de que no sufriera…murió bien rápido
Afrodisia –eres un maldito
Kay –y como estoy amable hoy…tú y tu ridícula madre tendrán el mismo destino –se posiciono para atacar al igual que los demás vampiros
Afrodisia –¿puedes pelear? –miró a su madre, ella asintió –bien… ¿cuán fuertes son?
Madre –muy fuertes, tan solo esquívalos…yo puedo irlos matando…no te alejes de mí…Gustav…sabe?
Afrodisia –si…ya vienen en camino
Madre –esa es mi niña –sonrió
Kay -¡Basta de charlas! –gritó acercándose –a todo ustedes…diviértanse con la madre…a mi…déjenme la niña…hora de que te juntes con tu papá...

Nunca los minutos los había sentido tan eternos, para Afrodisia apenas unos minutos los había sentido como horas, en las cuales seguían luchando contra los vampiros sin aun ninguna respuesta al llamado que había hecho a su Concejal. ¿Lo habría escuchado? ¿Estaría ya en camino? ¿Por qué se demoraba? Esas preguntabas se paseaban por su mente mientras esquivaba los golpes de su contrincante quien hasta el momento la había dejado con finas y profundas cortaduras. En vano fueron los intentos de estar pegada a su madre, eran demasiados.
Pasados dos minutos más solo quedaban cinco vampiros más y su líder, Kay.
Ambas en el medio, Afrodisia con una herida en su hombro derecho, de la daga que Kay había querido clavarla en su pecho pero al moverse ella le clavo ahí, más otras cortadas alrededor de su pequeño cuerpo y su madre, con moretes en su rostro y la herida de su vientre por donde cada segundo brotaba más sangre debilitándola más.
En un instante que un vampiro llamo a Kay, la madre jaló a Afrodisia volando con ella lo más rápido que podía, con la esperanza de llegar al castillo a tiempo. Cuando Kay giró su rostro una sonrisa apareció dejando ver sus colmillos.

Kay –¿Con que quieren jugar? Perfecto…vamos a jugar…. ¡Tras ellas y recuerden…la pequeña es mía!

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