Bueno, solo esto faltaba.. jejejeje.. uuuuuh... ya las cosas van descubriendose no? *OOO* he visto que por como voy.. el nudo del fic.. pronto se vera.. *-* a ver que tal queda..
CAPITULO 46
Bill –¡Afrodisia! –gritó al bajarse de su moto –Afrodisia! –corrió hacia ella y al tirarse a su lado vio como estaba tirada, aplastada por la llanta trasera de la moto –demonios... –sintió como liberaran del aprisionamiento a sus piernas –demonios! –oyó gritar. Sintió como la cargaba en sus brazos acomodándola entre sus piernas mientras acariciaba su rostro –me oyes? –Sí –por favor…di algo –Bill... –demonios….estas sangrando –duele mucho – ¿qué te paso linda? –Oyó como suspiraba –no te preocupes, curaré esta herida –lentamente él la dejó recostada sobre la grama y se fue hacia su moto, abriendo el compartimiento trasero. Intentó abrir sus ojos o mover sus brazos pero no pudo. ¿Qué me pasa? Pensó –vamos a ver –sintió como con cuidado él subía su top negro dejando descubierta su cintura –es un pequeño corte, que bueno –tomo unas gasas y lo limpió –listo…con esto cubriéndote te pondrás mejor –gracias –no…no puedes oírme? –si puedo –yo…creo que te desmayaste –no…si te escucho –si tan solo supiera….espera…si es que puedes oírme…intenta…intenta mover tus dedos –junto todas las fuerzas que tenía e intento mover la mano que estaba entrelazada junto la de él –funciono! –se rió –muy bien…mmm…haremos esto, ya que no puedes hablar me contestarás así; si es un si…mueves tu dedo…y si es no…no lo haces –ella lo movió –excelente…sientes mucho dolor? –movió el dedo –si, lamento que haya tenido que botarte de la moto pero iba ser peor con la caída….tu…sabes que te paso? –no movió el dedo –de acuerdo…te ha pasado antes? –lo movió –ok….tu casa queda lejos? –su corazón se altero…él no podía ir al castillo por ninguna manera, rápidamente movió el dedo –mmm…pre…prefieres ir…a…bueno…tu…preferirías quedarte conmigo en la casa subterránea? –Movió el dedo –okey…así podre cuidarte –la beso en la frente –ahora…como hare para irnos –oyó su suspiro –creo que lo mejor será que te cargue, la casa no queda lejos y no puedes estar en la moto…te lastimarías mas –intentó decirle lo contrario pero no pudo –se que no te gustara la idea pero…es lo mejor si? Ya verás que llegamos rápido –en su interior sonrió, estando con él se sentía protegida…
Habían pasado ya unos diez minutos desde que dejaron aquel barranco, sus motos se quedaron ahí debido a que no podía llevárselas. Conforme la noche iba pasando y la mañana avanzaba el frio entumecía cada parte de su cuerpo, al sentir como ella temblaba se detuvo a la mitad de camino y se quito su abrigo de cuero que traía puesto para ponérselo a ella
Bill –casi llegamos –sintió como la abrazaba fuertemente, sonrió –ey…ya puedes moverte más
Afrodisia –cr….creo que…si –dijo agitada
Bill –no hables…será mucho esfuerzo para tu cuerpo –ella asintió –listo…ya llegamos –al escucharlo fijo su vista enfrente –ahí esta, te lo dije…no estaba muy lejos, además soy muy fuerte…podría cargarte por varias horas –ella bufó –ah…incluso estando delicada estas con ese carácter –empujo la puerta y entraron –de verdad que eres única –ella sonrió –que linda sonrisa
Afrodisia –ton…tonto
Bill –que no hables –dijo serio, entraron a su habitación y la recostó en la cama –no debes forzar a tu cuerpo –se sentó a su lado –no harás nada que implique “esfuerzo” si? –le acaricio el rostro –y menos hasta que no sepa porque paso…creo que deberías quedarte aquí –ella intento levantarse –te dije que no te debes mover…se que no será de tu agrado el estar recostada por varios días pero tu cuerpo necesita descansar…no sabes el susto que me diste –agacho su rostro y suspiro –parecías estar en otro lado…no me respondías, no reaccionabas, en serio me asuste.…no puedes moverte ahorita, no hasta que estés mejor si? –se recostó a su lado abrazándola por la cintura –déjame cuidarte…no quiero que te pase algo y no estar ahí para ayudarte –ella suspiro –si? –la miro –me dejas? –Asintió –genial –se acerco y le dio un corto beso en sus labios –ya veras que en un santiamén te curarás y estarás regañándome como siempre –ella se rió suavemente –asique por ahora –se levanto y la cubrió con las mantas –usted señorita –se aclaro la garganta juguetón –no se levantara para absolutamente nada de nada, si necesitas algo me lo puedes pedir a mi –se señalo –ahorita prepare un te relajante…así podrás dormir tranquila –se fue hacia la puerta y la abrió –no me tardo –dicho esto salió del cuarto dejándola sola. Costosamente se acomodo en la cama para quedar sentada contra las almohadas, se quito las mantas dejándolas a la altura de sus rodillas y bajó la intensidad de la lámpara que estaba en el mueble del lado de la cama.“no se levantara para absolutamente nada de nada” recordó las palabras de Bill. ¿Quedarme sin hacer nada?...ni loca, pensó. Fijo su vista en la puerta, se escuchaba el ruido de él en la cocina, no hay moros en la costa, sonrió traviesa. Juntando fuerzas lentamente movió un brazo y se apoyo para quedar al borde la cama. Ahora tengo que levantarme, vamos…tu puedes, se dijo a si misma. Puso sus dos manos al lado de sus piernas sobre la cama, respiro fuertemente e intento pararse, se impulso con sus brazos y también con sus piernas pero no pudo. Su rostro se frunció enojada, no estaba tan mal o ¿si? Negó con su cabeza, ella podía y lo haría. Empuño sus manos nuevamente en la cama y se impulso fuertemente, un dolor sintió por su abdomen debido a la caída que tuvo con la moto pero no le importo y se paro. Agitada sonrió victoriosa, ¿Quién dijo que no podía?, pensó.
Bill – ¡¿que haces?! –escucho la voz de él mientras entraba por la puerta, al verlo perdió el equilibrio y cayo al suelo –rayos! –Dejo la bandeja de madera que traía en una mesita y se agacho para cargarla –ya sabia yo que no me harías caso –dijo serio, la tomo en brazos y la volvió a recostar sobre la cama –que paso por tu cabeza?! –le grito mientras caminaba de un lado a otro –estas mal! No lo entiendes?! –ella miro para otro lado –no entiendes que te lastimaste?! Ni sabes porque fue y quieres ponerte peor al exponer a tu cuerpo a mas esfuerzo? Ah? –no lo miró y siguió jugando con sus dedos nerviosa –que acaso no te importa? ¿Es eso? Ah? –siguió callada –que te cuesta quedarte un rato ahí…tan difícil es?! –se asusto con el grito –no entiendo para que me molesto en cuidarte –suspiró –si tanto quieres…ya…vete –lo miró sorprendida –no quieres eso? Pues eso…no te molestare…vete –se estremeció al oír su voz….triste –que idiota debo ser no? –Se sentó al borde la cama –creyendo que te ayudo…cuando no quieres mi ayuda –negó aunque él no la vio. Quería decirle que no…que si quería…que era una tonta por no hacerle caso en algo tan sencillo…que su orgullo era la razón de su terquedad…y que se odiaba por ser la razón de su tristeza –yo…olvida mejor lo que acabo de decir –antes de que una lágrima cayera sobre sus mejillas se paso su mano y froto sus ojos. Notó que él quería irse, con cuidado de su vientre se acercó empujándose con sus manos hasta que quedo a centímetros de su espalda. Con una sonrisa en su rostro recostó su cuerpo sobre él y lo abrazo de la cintura
Afrodisia –n…no –se aclaró su garganta –te…va…vayas –lo apretó más fuerte –que…date –él se volteó quedando frente a ella
Bill –no me iré –le sonrió –perdón si te grite…yo…no debí hacerlo –ella encogió los hombros –no…claro que no debí…sé que me preocupe pero tampoco tengo el derecho de hablarte así –ella sonrió –pero…tu pondrás de tu parte si? –Ella asintió –que linda –se sonrojo y lo miro seria –si…si…ya sé –se rió –un tonto no? –ella sonrió y asintió –claro…ahora, tienes que estar acostada y descansando –se levantó y la acomodo nuevamente –no te levantes, estas muy delicada –se recostó junto a ella –y me preocupa averiguar qué fue lo que paso…en cuanto puedas hablar mejor lo discutiremos si? –ella asintió y se quedo mirando detrás de él –que pasa? –ella le señalo con la mirada el mueble –cierto! casi me olvido –se rió juguetón, se levantó y tomó la bandeja y la puso sobre la cama –te traje el té que te había dicho, te hará sentir mejor –con una mano tomo la taza de vidrio y se la acercó a sus labios –esta tibio asique no tienes que soplar…a ver –le indico que abriera la boca pero ella lo miró seria –es mejor que yo te lo de…tus manos…tus piernas…todo tu cuerpo está débil…paciencia, estoy seguro que dentro de unas horas estarás bien, vamos se linda... –ella abrió sus labios –muy bien –inclinó la taza y ella fue tomando el té poco a poco hasta que la taza quedo vacía –listo, tardará unos minutos en hacer efecto –dejó la taza en la bandeja y la acomodo en el mueble cerca de la cama. Al volverse a recostar junto a ella paso su brazo detrás de su cuello para que se apoyara en él, le besó la frente –descansa amor –ella se estremeció –estas bien? –dijo asustado –te duele algo? –Ella negó –es que…tienes frío? –volvió a negar –que raro –ella sonrió –dije algo chistoso? –se mordió sus labios, lo miró divertida y le señalo con su mano su boca –tengo algo en mi boca? –ella negó –mmm…dije algo malo? –ella se rió –ah…no te –se quedo callado por unos momentos –no te gusta que te diga…así? Si te molesta lo dejo de hacer –dijo suspirando, ella se acercó, lo beso suavemente y se volvió a acurrucar junto a él –te quiero –sonrió al escucharlo –te quiero mucho… –yo también te quiero….mi amor…cerró sus ojos, estaba sintiendo sueño….
Se podía ver a si misma rodeada de cientos de hombres, todos cubiertos en sangre por la pelea, solo ella quedaba de su clan…se acercó hacia donde estaba para mirar mejor y al hacerlo se dio cuenta que se veía diferente…su rostro…sus ojos…su cuerpo…no era ella.
Cerca de ella había un chico tirado, con grandes heridas en su pecho pero aun vivía. Trató de ver quien era pero su rostro era borroso, solo pudo sentir un gran cariño hacia él. Vio como de entre todos los vampiros que la rodeaban uno se acercó y le susurro al oído “Mátalo…el te odia…mátalo” Su corazón se detuvo…matarlo…tan solo escuchar esa orden sintió como su alma se apagaba, negó varias veces mientras veía como “ella” se acercaba lentamente hasta él con sus garras llenas de sangre, lista para atacar. Escuchaba como el gritaba, pedía y suplicaba por qué no lo hiciera…“No…por favor” “Tú no eres así” “No lo escuches” “Mi amor…no lo hagas” “Yo…yo te amo”
Se vio, como ignorando aquellas palabras se acercó más hacia él, lo levantó del cuello y de su mano sacó una cuchilla…trato de detener a su “yo” pero al intentar apresarla noto que sus manos traspasaban por todo el cuerpo como si fuera un fantasma…arrodillada enfrente de sí misma, gritó desconsolada esperando poder detener la muerte de aquel chico, su corazón estaba latiendo fuertemente, le dolía…no quería verlo morir, lo amaba…¿lo amaba…a él?. No podía ser cierto…ella amaba a Bill….a nadie más. ¿Cómo podía ser que sintiera cariño hacia ese vampiro que estaba a punto de morir? ¿Acaso lo que sentía por Bill era mentira? ¿Se estaría mintiendo a sí misma? Cada palabra, cada pensamiento…era una mentira? Claro que no, lo que ella sentía era real…tenía que serlo pero entonces que significaba lo que estaba viendo? Serían juegos de su mente, su mente quería engañarla…hacerle creer que quería a alguien más…o no? Levantó la mirada hacia ellos; él la miraba tiernamente mientras que “ella” estaba lastimándole la garganta. Sus labios temblaron al ver como un hilo de sangre corría por el cuerpo de él, su cuerpo se estremeció. Rápidamente se levantó acercándose hacia ellos temerosa, estando a su lado poso su mano sobre el hombro de ella intentando transmitirle la calma y paz que necesitaba. Al instante su “yo” cayó al suelo, él sin dudarlo se agacho abrazándola fuertemente y diciéndole que todo estaba bien, que todo estaría bien. Una lágrima corrió por su mejilla al escucharlo…esa voz….no puede ser…esa voz….era…era….
Afrodisia –n…no…no! –gritó sollozando –no! –Se sacudió fuertemente –no más... –lloró, sintió como alguien la abrazaba
Bill –que paso? –la miró asustado –ey…no no…no llores –le fue quitando los mechones de su cabello que caían por su rostro –dime…que paso? –Cerró sus ojos dejando caer más lágrimas –está bien….ssshh….está bien –le acarició su cabello –estoy aquí….estoy aquí contigo –estiró su brazo y prendió la lámpara de la mesa de noche –no pasa nada…tranquila…me puedes decir que paso? –ella negó –una pesadilla?
Afrodisia –no…sé –sollozó –no sé... –será solo…una pesadilla? –es…estoy…confundida –dijo entrecortada por el llanto
Bill –tranquila…si? –Le besó la mejilla –ssh….ya pasó –lo abrazó más fuerte –si? –tomo su mentón y levantó su rostro poco a poco –no llores más preciosa…me destroza verte así –ella asintió y se acurrucó –cierra tus ojos tranquila…yo estoy aquí – ¿cuánto tiempo estarás junto a mí? –no me iré a ningún lado –no? –te quiero –si te lastimo…aún me querrás? –yo te cuidaré –y….quien te cuidará de…mí?
¿Cómo fui tan tonta de no saberlo?...
¿Cómo no me di cuenta antes?....
Aquel a quien veía en mis sueños…ese a quien sentía cariño…a quien no quería lastimar…ese quien robo mi corazón…eres tú...
¿Qué debo hacer?...
¿Quién me puede decir que hacer?...
No quiero lastimarte…y lo haré…porque ese sueño…no es solo un sueño…yo….yo…tendré…que alejarme…de ti mi amor….
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Bill –¡Afrodisia! –gritó al bajarse de su moto –Afrodisia! –corrió hacia ella y al tirarse a su lado vio como estaba tirada, aplastada por la llanta trasera de la moto –demonios... –sintió como liberaran del aprisionamiento a sus piernas –demonios! –oyó gritar. Sintió como la cargaba en sus brazos acomodándola entre sus piernas mientras acariciaba su rostro –me oyes? –Sí –por favor…di algo –Bill... –demonios….estas sangrando –duele mucho – ¿qué te paso linda? –Oyó como suspiraba –no te preocupes, curaré esta herida –lentamente él la dejó recostada sobre la grama y se fue hacia su moto, abriendo el compartimiento trasero. Intentó abrir sus ojos o mover sus brazos pero no pudo. ¿Qué me pasa? Pensó –vamos a ver –sintió como con cuidado él subía su top negro dejando descubierta su cintura –es un pequeño corte, que bueno –tomo unas gasas y lo limpió –listo…con esto cubriéndote te pondrás mejor –gracias –no…no puedes oírme? –si puedo –yo…creo que te desmayaste –no…si te escucho –si tan solo supiera….espera…si es que puedes oírme…intenta…intenta mover tus dedos –junto todas las fuerzas que tenía e intento mover la mano que estaba entrelazada junto la de él –funciono! –se rió –muy bien…mmm…haremos esto, ya que no puedes hablar me contestarás así; si es un si…mueves tu dedo…y si es no…no lo haces –ella lo movió –excelente…sientes mucho dolor? –movió el dedo –si, lamento que haya tenido que botarte de la moto pero iba ser peor con la caída….tu…sabes que te paso? –no movió el dedo –de acuerdo…te ha pasado antes? –lo movió –ok….tu casa queda lejos? –su corazón se altero…él no podía ir al castillo por ninguna manera, rápidamente movió el dedo –mmm…pre…prefieres ir…a…bueno…tu…preferirías quedarte conmigo en la casa subterránea? –Movió el dedo –okey…así podre cuidarte –la beso en la frente –ahora…como hare para irnos –oyó su suspiro –creo que lo mejor será que te cargue, la casa no queda lejos y no puedes estar en la moto…te lastimarías mas –intentó decirle lo contrario pero no pudo –se que no te gustara la idea pero…es lo mejor si? Ya verás que llegamos rápido –en su interior sonrió, estando con él se sentía protegida…
Habían pasado ya unos diez minutos desde que dejaron aquel barranco, sus motos se quedaron ahí debido a que no podía llevárselas. Conforme la noche iba pasando y la mañana avanzaba el frio entumecía cada parte de su cuerpo, al sentir como ella temblaba se detuvo a la mitad de camino y se quito su abrigo de cuero que traía puesto para ponérselo a ella
Bill –casi llegamos –sintió como la abrazaba fuertemente, sonrió –ey…ya puedes moverte más
Afrodisia –cr….creo que…si –dijo agitada
Bill –no hables…será mucho esfuerzo para tu cuerpo –ella asintió –listo…ya llegamos –al escucharlo fijo su vista enfrente –ahí esta, te lo dije…no estaba muy lejos, además soy muy fuerte…podría cargarte por varias horas –ella bufó –ah…incluso estando delicada estas con ese carácter –empujo la puerta y entraron –de verdad que eres única –ella sonrió –que linda sonrisa
Afrodisia –ton…tonto
Bill –que no hables –dijo serio, entraron a su habitación y la recostó en la cama –no debes forzar a tu cuerpo –se sentó a su lado –no harás nada que implique “esfuerzo” si? –le acaricio el rostro –y menos hasta que no sepa porque paso…creo que deberías quedarte aquí –ella intento levantarse –te dije que no te debes mover…se que no será de tu agrado el estar recostada por varios días pero tu cuerpo necesita descansar…no sabes el susto que me diste –agacho su rostro y suspiro –parecías estar en otro lado…no me respondías, no reaccionabas, en serio me asuste.…no puedes moverte ahorita, no hasta que estés mejor si? –se recostó a su lado abrazándola por la cintura –déjame cuidarte…no quiero que te pase algo y no estar ahí para ayudarte –ella suspiro –si? –la miro –me dejas? –Asintió –genial –se acerco y le dio un corto beso en sus labios –ya veras que en un santiamén te curarás y estarás regañándome como siempre –ella se rió suavemente –asique por ahora –se levanto y la cubrió con las mantas –usted señorita –se aclaro la garganta juguetón –no se levantara para absolutamente nada de nada, si necesitas algo me lo puedes pedir a mi –se señalo –ahorita prepare un te relajante…así podrás dormir tranquila –se fue hacia la puerta y la abrió –no me tardo –dicho esto salió del cuarto dejándola sola. Costosamente se acomodo en la cama para quedar sentada contra las almohadas, se quito las mantas dejándolas a la altura de sus rodillas y bajó la intensidad de la lámpara que estaba en el mueble del lado de la cama.“no se levantara para absolutamente nada de nada” recordó las palabras de Bill. ¿Quedarme sin hacer nada?...ni loca, pensó. Fijo su vista en la puerta, se escuchaba el ruido de él en la cocina, no hay moros en la costa, sonrió traviesa. Juntando fuerzas lentamente movió un brazo y se apoyo para quedar al borde la cama. Ahora tengo que levantarme, vamos…tu puedes, se dijo a si misma. Puso sus dos manos al lado de sus piernas sobre la cama, respiro fuertemente e intento pararse, se impulso con sus brazos y también con sus piernas pero no pudo. Su rostro se frunció enojada, no estaba tan mal o ¿si? Negó con su cabeza, ella podía y lo haría. Empuño sus manos nuevamente en la cama y se impulso fuertemente, un dolor sintió por su abdomen debido a la caída que tuvo con la moto pero no le importo y se paro. Agitada sonrió victoriosa, ¿Quién dijo que no podía?, pensó.
Bill – ¡¿que haces?! –escucho la voz de él mientras entraba por la puerta, al verlo perdió el equilibrio y cayo al suelo –rayos! –Dejo la bandeja de madera que traía en una mesita y se agacho para cargarla –ya sabia yo que no me harías caso –dijo serio, la tomo en brazos y la volvió a recostar sobre la cama –que paso por tu cabeza?! –le grito mientras caminaba de un lado a otro –estas mal! No lo entiendes?! –ella miro para otro lado –no entiendes que te lastimaste?! Ni sabes porque fue y quieres ponerte peor al exponer a tu cuerpo a mas esfuerzo? Ah? –no lo miró y siguió jugando con sus dedos nerviosa –que acaso no te importa? ¿Es eso? Ah? –siguió callada –que te cuesta quedarte un rato ahí…tan difícil es?! –se asusto con el grito –no entiendo para que me molesto en cuidarte –suspiró –si tanto quieres…ya…vete –lo miró sorprendida –no quieres eso? Pues eso…no te molestare…vete –se estremeció al oír su voz….triste –que idiota debo ser no? –Se sentó al borde la cama –creyendo que te ayudo…cuando no quieres mi ayuda –negó aunque él no la vio. Quería decirle que no…que si quería…que era una tonta por no hacerle caso en algo tan sencillo…que su orgullo era la razón de su terquedad…y que se odiaba por ser la razón de su tristeza –yo…olvida mejor lo que acabo de decir –antes de que una lágrima cayera sobre sus mejillas se paso su mano y froto sus ojos. Notó que él quería irse, con cuidado de su vientre se acercó empujándose con sus manos hasta que quedo a centímetros de su espalda. Con una sonrisa en su rostro recostó su cuerpo sobre él y lo abrazo de la cintura
Afrodisia –n…no –se aclaró su garganta –te…va…vayas –lo apretó más fuerte –que…date –él se volteó quedando frente a ella
Bill –no me iré –le sonrió –perdón si te grite…yo…no debí hacerlo –ella encogió los hombros –no…claro que no debí…sé que me preocupe pero tampoco tengo el derecho de hablarte así –ella sonrió –pero…tu pondrás de tu parte si? –Ella asintió –que linda –se sonrojo y lo miro seria –si…si…ya sé –se rió –un tonto no? –ella sonrió y asintió –claro…ahora, tienes que estar acostada y descansando –se levantó y la acomodo nuevamente –no te levantes, estas muy delicada –se recostó junto a ella –y me preocupa averiguar qué fue lo que paso…en cuanto puedas hablar mejor lo discutiremos si? –ella asintió y se quedo mirando detrás de él –que pasa? –ella le señalo con la mirada el mueble –cierto! casi me olvido –se rió juguetón, se levantó y tomó la bandeja y la puso sobre la cama –te traje el té que te había dicho, te hará sentir mejor –con una mano tomo la taza de vidrio y se la acercó a sus labios –esta tibio asique no tienes que soplar…a ver –le indico que abriera la boca pero ella lo miró seria –es mejor que yo te lo de…tus manos…tus piernas…todo tu cuerpo está débil…paciencia, estoy seguro que dentro de unas horas estarás bien, vamos se linda... –ella abrió sus labios –muy bien –inclinó la taza y ella fue tomando el té poco a poco hasta que la taza quedo vacía –listo, tardará unos minutos en hacer efecto –dejó la taza en la bandeja y la acomodo en el mueble cerca de la cama. Al volverse a recostar junto a ella paso su brazo detrás de su cuello para que se apoyara en él, le besó la frente –descansa amor –ella se estremeció –estas bien? –dijo asustado –te duele algo? –Ella negó –es que…tienes frío? –volvió a negar –que raro –ella sonrió –dije algo chistoso? –se mordió sus labios, lo miró divertida y le señalo con su mano su boca –tengo algo en mi boca? –ella negó –mmm…dije algo malo? –ella se rió –ah…no te –se quedo callado por unos momentos –no te gusta que te diga…así? Si te molesta lo dejo de hacer –dijo suspirando, ella se acercó, lo beso suavemente y se volvió a acurrucar junto a él –te quiero –sonrió al escucharlo –te quiero mucho… –yo también te quiero….mi amor…cerró sus ojos, estaba sintiendo sueño….
Se podía ver a si misma rodeada de cientos de hombres, todos cubiertos en sangre por la pelea, solo ella quedaba de su clan…se acercó hacia donde estaba para mirar mejor y al hacerlo se dio cuenta que se veía diferente…su rostro…sus ojos…su cuerpo…no era ella.
Cerca de ella había un chico tirado, con grandes heridas en su pecho pero aun vivía. Trató de ver quien era pero su rostro era borroso, solo pudo sentir un gran cariño hacia él. Vio como de entre todos los vampiros que la rodeaban uno se acercó y le susurro al oído “Mátalo…el te odia…mátalo” Su corazón se detuvo…matarlo…tan solo escuchar esa orden sintió como su alma se apagaba, negó varias veces mientras veía como “ella” se acercaba lentamente hasta él con sus garras llenas de sangre, lista para atacar. Escuchaba como el gritaba, pedía y suplicaba por qué no lo hiciera…“No…por favor” “Tú no eres así” “No lo escuches” “Mi amor…no lo hagas” “Yo…yo te amo”
Se vio, como ignorando aquellas palabras se acercó más hacia él, lo levantó del cuello y de su mano sacó una cuchilla…trato de detener a su “yo” pero al intentar apresarla noto que sus manos traspasaban por todo el cuerpo como si fuera un fantasma…arrodillada enfrente de sí misma, gritó desconsolada esperando poder detener la muerte de aquel chico, su corazón estaba latiendo fuertemente, le dolía…no quería verlo morir, lo amaba…¿lo amaba…a él?. No podía ser cierto…ella amaba a Bill….a nadie más. ¿Cómo podía ser que sintiera cariño hacia ese vampiro que estaba a punto de morir? ¿Acaso lo que sentía por Bill era mentira? ¿Se estaría mintiendo a sí misma? Cada palabra, cada pensamiento…era una mentira? Claro que no, lo que ella sentía era real…tenía que serlo pero entonces que significaba lo que estaba viendo? Serían juegos de su mente, su mente quería engañarla…hacerle creer que quería a alguien más…o no? Levantó la mirada hacia ellos; él la miraba tiernamente mientras que “ella” estaba lastimándole la garganta. Sus labios temblaron al ver como un hilo de sangre corría por el cuerpo de él, su cuerpo se estremeció. Rápidamente se levantó acercándose hacia ellos temerosa, estando a su lado poso su mano sobre el hombro de ella intentando transmitirle la calma y paz que necesitaba. Al instante su “yo” cayó al suelo, él sin dudarlo se agacho abrazándola fuertemente y diciéndole que todo estaba bien, que todo estaría bien. Una lágrima corrió por su mejilla al escucharlo…esa voz….no puede ser…esa voz….era…era….
Afrodisia –n…no…no! –gritó sollozando –no! –Se sacudió fuertemente –no más... –lloró, sintió como alguien la abrazaba
Bill –que paso? –la miró asustado –ey…no no…no llores –le fue quitando los mechones de su cabello que caían por su rostro –dime…que paso? –Cerró sus ojos dejando caer más lágrimas –está bien….ssshh….está bien –le acarició su cabello –estoy aquí….estoy aquí contigo –estiró su brazo y prendió la lámpara de la mesa de noche –no pasa nada…tranquila…me puedes decir que paso? –ella negó –una pesadilla?
Afrodisia –no…sé –sollozó –no sé... –será solo…una pesadilla? –es…estoy…confundida –dijo entrecortada por el llanto
Bill –tranquila…si? –Le besó la mejilla –ssh….ya pasó –lo abrazó más fuerte –si? –tomo su mentón y levantó su rostro poco a poco –no llores más preciosa…me destroza verte así –ella asintió y se acurrucó –cierra tus ojos tranquila…yo estoy aquí – ¿cuánto tiempo estarás junto a mí? –no me iré a ningún lado –no? –te quiero –si te lastimo…aún me querrás? –yo te cuidaré –y….quien te cuidará de…mí?
¿Cómo fui tan tonta de no saberlo?...
¿Cómo no me di cuenta antes?....
Aquel a quien veía en mis sueños…ese a quien sentía cariño…a quien no quería lastimar…ese quien robo mi corazón…eres tú...
¿Qué debo hacer?...
¿Quién me puede decir que hacer?...
No quiero lastimarte…y lo haré…porque ese sueño…no es solo un sueño…yo….yo…tendré…que alejarme…de ti mi amor….
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