domingo, 17 de octubre de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulo 42


CAPITULO 42

Bill –no me mires así –suspiró –ya te dije que están exagerando
Afrodisia –de igual manera no deberían llamar tanto la atención –bufó
Bill –deja de comportarte como mi madre –ella abrió sus ojos rápidamente –que? Así te estás comportando
Afrodisia –en…en serio? –se mordió su labio, el sonrió y la abrazo
Bill –que linda
Afrodisia –cursi –dijo burlona
Bill –te gusto así –se rió –te soy tan encantador –dijo dándole un beso en la mejilla –no puedes vivir sin mí –ella solo se quedo sonriendo
Afrodisia –creo que has exagerado lo que yo te dije no? –Rolo sus ojos –creo que tienes muchos problemas de egocentrismo –se volteó mirando a Sindra quien estaba besándose con Tom –mmm…mejor los dejamos ahí y nos vamos
Bill –no sería mejor interrumpirlos? –dijo moviendo sus cejas divertido –si?
Afrodisia –a menos que quieras ser tu quien se enfrente a ella enojada y créeme…no quieres hacerlo y yo no te salvaría
Bill –no se vale
Afrodisia –vamos –tomo su mano y lo jaló alejándose de aquel bar. De rato en rato se volteó para mirar si es que se habían dado cuenta que ya no estaban ahí pero como era de esperarse, seguían “ocupados”
Bill –tu moto?
Afrodisia –luego vuelvo por ella –le guiño el ojo –ya te dije que es
Bill –bueno caminar, si –le sonrió –pero no me gusta mucho –dijo frunciendo sus labios –no podemos hoy ir con moto? –se adelanto ante ella y junto sus manos en ruego –anda di que si?
Afrodisia –jajajaja –negó riendo –tanto te molesta? –el asintió –en ese caso….
Bill –aja?
Afrodisia –seguiremos caminando –se acercó y le dio un beso fugaz en sus labios –no te quedes atrás –dicho esto lo rodeo y siguió caminando por los alrededores de las tiendas de los humanos. Al instante sintió como él la alcanzaba y caminaba a su lado –has entrada a estos lugares?
Bill –no, no suelo venir de día –miró dentro de las tiendas –y tú?
Afrodisia –menos –se detuvo en una tienda de ropas y se quedo mirando la vitrina –sin contar las noches anteriores, hace meses que no vengo a la ciudad
Bill –en serio? Porque?
Afrodisia –bueno –se alejaron y siguieron caminando –digamos que he estado bastante ocupada
Bill –ya veo –suspiró –a lo mucho yo salgo pero a los bares de vez en cuando
Afrodisia –así?
Bill –si, aunque muchas quieren estar conmigo pero solo voy a tomar unos tragos y ya
Afrodisia –aja –dijo seria
Bill –celosa? –la codeo
Afrodisia –quisieras –bufó –pero ya si quieres te vas con ellas no? –intentó caminar más rápido y alejarse pero sintió como rodeaba su cintura con sus brazos
Bill –para que quisiera ir con ellas…si estás aquí conmigo? –Rozo sus labios –ten presente que solo tu estás en mi mente –cruzaron miradas por minutos –no quiero a nadie más –ella suspiró
Afrodisia –más te vale –se sonrojo –sigamos caminando –se dio la vuelta y siguieron recorriendo las tiendas que estaban abiertas ese día. Mientras caminaban se fueron contando partes de su vida; cuando eran pequeños, sus travesuras, las peleas que tuvieron, momentos en los que estaban solos, momentos vergonzosos. Dándose a conocer poco a poco, riendo por las tonterías que se contaban y enojándose por las bromas que se daban el uno al otro.
Pasada la tarde, llegaron nuevamente a la calle en donde Afrodisia había dejado la moto. Tras una “discusión” de quien conducía, se encaminaron hacia el bosque y condujo….Afrodisia. Como no tenían prisa fueron a una velocidad normal mientras Bill la molestaba….dándole cortos besos en su cuello, ella solo se reía. Unos minutos tardaron cuando llegaron a un lago que quedaba del lado este del bosque, pocas personas lo conocían pero porque estaba en el territorio del clan Wendorff.
Bill –segura que quieres estar por aquí? –dijo mirando a los alrededores –deberíamos irnos
Afrodisia –ay vamos, no seas ridículo –bufó –no pasara nada –se sentó a la orilla del lago –siéntate
Bill –no es que sea cobarde ni nada –se sentó
Afrodisia –ah no?
Bill –no
Afrodisia –entonces?
Bill –sabes que este lugar pertenece al territorio del clan Wendorff no? –ella trago saliva
Afrodisia –y que tiene?
Bill –no quisiera que si alguien nos ve te quieran lastimar –si supieras, pensó ella
Afrodisia –lo dudo, ellos no vienen por esta zona –dijo mientras jugaba con el agua cristalina
Bill –como lo sabes? –dijo serio, ella se tensó
Afrodisia –ya he estado por estos lugares y nadie pasa por aquí –respiro fuerte –asique relájate
Bill –bueno –estiró sus piernas –y…has visto como son?
Afrodisia –quienes?
Bill –ellos? –Ella lo miró extrañada –ya sabes, ese clan…no sé porque todos les dan tanta importancia, no es como que en realidad fueran más fuertes –ella bufó –dicen que su clan es liderado por una chica
Afrodisia –en serio? –trató sonar sorprendida
Bill –si –se rió –eso debe ser receta para desastre –se rió aun más fuerte. Ella rápidamente le aplastó la mano –auch!
Afrodisia –ups, perdón –resopló –y porque dices eso? Acaso ya la has visto?
Bill –no pero las mujeres no sirven para ser líderes
Afrodisia –y porque no? –se acomodo mirándolo –que tiene de malo?
Bill –no me malinterpretes –se arrodillo –pero su carácter las hace más vulnerables y así no pueden tomar decisiones duras
Afrodisia –no sabes de lo que hablas –dijo seca
Bill –ey, porque te enojas tanto?
Afrodisia –por nada –suspiró –es…es que no puedo creer que tengas una idea tan errónea! –se levanto –solo porque alguien sea mujer no significa que no tendrá carácter fuerte, es tan machista lo que has dicho…como si los hombres fueran tan buenos –bufó –se han visto tantos lideres hombres que han fallado y encima críticas a las mujeres
Bill –te pones del lado de ella?
Afrodisia –yo…bueno, del lado de nadie –se volteó –tan solo doy mi opinión –en su mente miles de pensamientos la atacaban, el sin saber la estaba criticando duramente…quería decirle quien era para que supiera y se la enfrentará pero…no, era mejor callar…aún si él era de los otros clanes, podría cambiar su idea sobre la “heredera” y quizás decírselo. Se alegraba de que el no fuera de la familia real, sino no podría estar con él. Sería prohibido
Bill –en que tanto piensas? –sintió sus manos alrededor de su cuerpo
Afrodisia –en nada
Bill –para ser nada suspiras mucho –tomo su cintura y la giró quedando frente a él –segura que nada?
Afrodisia –si, nada –lo abrazo fuertemente
Bill –oye…estas bien? –La separo –estas temblando –le acaricio sus brazos
Afrodisia –estoy….estoy bien –titubeó –no te preocupes
Bill –como que no me preocupe si estas mal –la cargo con ambos brazos, se acercó a un tronco y la recostó –has comido algo?
Afrodisia –no
Bill –puede ser eso –se levanto –ahorita vuelvo
Afrodisia –no! –le tomo la mano y lo jaló hacia ella –quédate
Bill –pero
Afrodisia –no…solo quédate…si?
Bill –está bien –se volvió a agachar acomodándose a su lado y dejo que ella se acurrucara en su pecho –sigues temblando
Afrodisia –tan exagerado que eres –se rió débilmente –abrázame –dijo bostezando, él la obedeció –te…te quiero –dijo antes de cerrar sus ojos y rendirse ante el sueño que se apoderaba de su cuerpo. Su respiración se volvió pausada, su rostro se relajo y se aferró más a él. Al sentir ese apretón de su cuerpo, miró su rostro y sonrió
Bill –yo también te quiero –delicadamente poso sus labios sobre los de ella y se recostó en el tronco, sin cerrar sus ojos. No quería dormirse estando en territorio enemigo


Tom –lo prometo –dijo levantando su mano a la altura de su pecho –ahora si…puedo entrar?
Sindra –si tocas algo juro que te mato
Tom –me lo has dicho tres veces –se quejo –a este paso envejeceré más rápido –ella bufó
Sindra –yo nada más te advierto –abrió totalmente la puerta –bueno, pasa
Tom –que linda –dijo burlón –asique…este es –miró alrededor
Sindra –si, este es mi cuarto –cerró la puerta con cuidado, al voltearse vio como él estaba abriendo uno de sus cajones –ey! –se acercó –que te dije? –cerró de un golpe el cajón
Tom –lo siento –se sentó en la cama –mi naturaleza es ser curioso
Sindra –ah sí? Y pues fíjate que la mía es matar a quienes son curiosos –dijo entrecerrando sus ojos y se acercó a él –no puedes cumplir lo que te pido no?
Tom –creo que no –se rió –ay vamos…no hice nada malo
Sindra –no me hiciste caso
Tom –solo es un cajón!
Sindra –es MI cajón
Tom –bueno, bueno…TU cajón, eso qué?
Sindra –tarado –dijo susurrando
Tom –lo escuche –la rodeo con sus brazos –ahora tendré que regañarte –dijo juguetón
Sindra –ah? –Lo miró –aaaah no…no hagas…. ¡TOM! –gritó mientras caía sobre la cama –no! suéltame! Jajajaja…no…para…nooo! No…se…vale! –dijo entrecortada mientras él le hacía cosquillas en su vientre –basta! Jajajaja eso es trampa! –intentó levantarse pero él la tiró nuevamente a la cama, quedando encima de ella
Tom –ves…te tengo dominada –dijo riendo
Sindra –en serio? –se acercó a su rostro
Tom –si
Sindra –ya veremos quien domina a quien –acortando la distancia en segundos junto sus labios, impidiendo que el contestará.
Al instante en que sintió sus labios rozar, fue como si dentro de su cuerpo todo explotará. Aquellos dulces y finos labios que ella tenía eran tan letales sin embargo no podía alejarse de ellos. Lentamente se dejo caer sobre ella sin aplastarla apoyando sus brazos alrededor de ella y sus piernas quedando a los lados de las de ella. Gracias al silencio que ocupaba el cuarto se podían escuchar con claridad sus respiraciones agitadas, los latidos de su corazón desbocado por la pasión y unos suspiros débiles que soltaba cuando por falta de aire se tenían que alejar. Jamás había probado unos labios que le hicieran perder la razón. Su respiración se agito más aún cuando sintió el frió de sus manos recorrer su abdomen por debajo del polo que llevaba. Sus manos se deslizaban a través de todo su pecho acariciándolo, logrando aumentar su calor corporal. Sin quedarse atrás llevo una de sus manos hacia la cintura de ella para apegarla más hacia él, al chocar los cuerpos sintió una descarga eléctrica recorrer desde su cabeza hasta los pies dejándolo completamente anonadado. Fue subiendo su mano lentamente mientras levantaba a su vez el top negro dejándolo a mitad del abdomen
Sindra –n…no –dijo suspirando –eso no –se acomodo el top y rodando de un solo movimiento quedo encima. Se acomodo para que sus piernas rodearan su cintura y estuviera bien sentada. Se agacho y junto nuevamente sus labios con movimientos más fieros y desesperados. Sus manos acariciaban su cuerpo lentamente bajando hasta llegar al tope del cinturón. Mientras jugaba jalando suavemente el cinturón, movió sus caderas frotándolas contra las de él
Tom –ah... –gimió –n…..no –nuevamente frotó con más fuerza sus cuerpos –aah…no…no lo hagas –dijo entrecortado. Ignoró sus palabras y paso ambas manos por encima del jean que poco a poco estaba apretado –aaah…no –gimió, ella volvió a frotar sus caderas –mmm…sí –suspiró dentro del beso –ah…ah –gimió más fuerte –no…no pares
Sindra –seguro? –Se separó de él –mejor no
Tom –no –sus manos rodearon su espalda –no
Sindra –creí que tú eras quien…dominaba? –dijo coqueta
Tom –tú….tu lo eres –suspiró y ella sonrió
Sindra –que bueno que te des cuenta –le dio un beso en la mejilla y se levantó rápidamente de la cama –voy abajo –se rió suavemente y abrió la puerta
Tom –que?! –se sentó –tu…no puedes dejarme así! –dijo señalando su cuerpo
Sindra –si que puedo –le saco la lengua, al instante en que se volteó para salir, él se levanto y cerró la puerta de un golpe, ella sintió su respiración en su hombro
Tom –estás jugando con fuego –le beso el cuello –y…no soy el único que esta así
Sindra –yo estoy bien –dijo cerrando sus ojos y suspirando
Tom –en serio? –tímidamente asintió y no tardo en sentir nuevamente los labios de él besando fugazmente todo el camino de su cuello hasta el escote del top. Empuño sus manos contra el jean, al sentir como su cuerpo temblaba con cada caricia. ¿A quien quería engañar? Estaba más que deleitada con las caricias que él le había dado mientras estuvieron recostados en la cama que su resistencia no iba a durar mucho tiempo. Salió de sus pensamientos al sentir las manos de él acariciar sus piernas rozando levemente su entrepierna, inevitablemente soltó un par de gemidos –creo que no –se rió
Sindra –eres un... –su voz se apago al contacto de sus manos subiendo lentamente por su vientre –dios... –el rió suavemente, agobiada por el calor que su cuerpo emanaba se giró rápidamente, con una de sus manos detrás del cuello lo jaló logrando así que quedaran más juntos, estando a escasos centímetros de besarse él la miró fijamente y le sonrió –que?
Tom –no me matas no? –Ella sonrió –solo…quería decirte….
Sindra –decirme que? –dijo algo asustada
Tom –te quiero –dijo rápido. Al escuchar esas dos palabras sonrió y lo besó suavemente, enredando sus dedos entre las trenzas de él. De un brinco rodeo su cintura con sus piernas y se dejo guiar hacia la cama, con cuidado la recostó y se acomodo sobre ella. Dirigió sus manos hacia el borde del top para levantarlo cuando al levantar la vista sus ojos se fijaron en un dibujo….
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