viernes, 8 de octubre de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulo 39


CAPITULO 39

Volvió a agachar su rostro intentando ocultar a las estrellas que iluminaban esa noche, aquellas lágrimas que cubrían su rostro. Se quedo quieta unos minutos cuando un vibrar en su pantalón la hizo reaccionar, se paro, sacó el celular y vio en la pantalla “Sindra llamando”. Medito si debería contestar la llamada, no se encontraba bien y sabía con certeza que si trataba de mentirle no le funcionaría, respiro fuertemente y se llevo el celular al oído
Afrodisia –que paso ahora? –dijo seria
Sindra –oh…ya ni saludarte puedo? –Suspiró –que sucede mujer?
Afrodisia –nada
Sindra –si claro –se rió –vamos que te conozco
Afrodisia –estás sola?
Sindra –si, voy en camino para mi casa
Afrodisia –voy para allá entonces
Sindra –te espero –colgó.
Se limpio el brillo en sus mejillas y rápidamente se acercó a su moto, tenía que hablar con ella…era la única que la podía ayudar….

Afrodisia –Sindra?! –toco por quinta vez en la puerta de la casa –que pasa? –Bufó –Sindra! –golpeó nuevamente la puerta –la mato sino se aparece –iba a sacar su celular cuando la puerta se abrió –porque tardaste tanto? –dijo entrando a la casa –pensé que te había pasado algo
Sindra –perdón –dijo sonriendo –tuve unos pequeños inconvenientes –se sentaron en los sillones de la sala
Afrodisia –parece que tuviste visitas –dijo cerrando sus ojos mientras sentía un aroma –no?
Sindra –si –se acomodo –digamos que fue una visita –se sonrojo y miró al frente
Afrodisia –fue Tom, cierto? –Le sonrió –no veía una sonrisa así en tu rostro hace mucho tiempo
Sindra –aja –la miró –y tu…porque viniste para aquí? Supongo que no lo podías hablar por teléfono no?
Afrodisia –si pero no me cambies de tema –se froto sus manos –acaso no puedo preguntarte sobre tu vida? –ambas rieron
Sindra –claro que puedes pero…digamos que no es nada sencillo
Afrodisia –créeme que los últimos días nada ha sido sencillo asique…por donde empiezas?
Sindra –creo… -se quedo callada unos minutos –no te reirás, de acuerdo?
Afrodisia –no lo haré, ahora dime que me tienes nerviosa con esa actitud
Sindra –creo que me estoy enamorando de Tom –dijo rápidamente y se levanto del sillón, caminó hasta quedar frente a un cuadro viejo –antes de que te asustes o me grites…te aviso que no estoy segura si?
Afrodisia –sabes? –se paro y se acercó –si me hubieras dicho esto hace unas semanas atrás probablemente haría lo que has dicho –ella se volteó y la miró extrañada –pero no lo haré
Sindra –ah no?
Afrodisia –jajaja…sorprende mucho no?
Sindra –sí, porque ese cambio de parecer?
Afrodisia –digamos que he tenido mucho que pensar estos últimos días
Sindra –y?
Afrodisia –y he llegado a conclusiones que me asustan a mi misma y creo que te entiendo
Sindra –no...En serio? –la miró detenidamente y sus ojos se abrieron completamente –espera…eso significa que…
Afrodisia –si –dijo con una media sonrisa
Sindra –pero tu…tu
Afrodisia –lo negué? –Ella asintió –bueno tampoco es que me haga feliz saberlo –dijo frunciendo el ceño, ella sonrió –y cuidado con los comentarios que hagas…no quiero ni pensarlo
Sindra –oh vamos –la abrazó –al menos por lo que he investigado no es tan terrible como te lo imaginas
Afrodisia –no lo digas si? –Se alejo y se sentó nuevamente –pero primero, antes de que me molestes…quiero saber una cosa
Sindra –y que quieres saber? –se cruzo de brazos
Afrodisia –como te diste cuenta? –preguntó ansiosa –además que yo sepa tú no te besaste con el…cierto? –Ella bajo el rostro –oye…
Sindra –te lo iba a contar –dijo tímida –además fue algo espontaneo y pues…
Afrodisia –no importa –dijo haciendo un gesto con su mano… -pero puedes responder mi pregunta
Sindra –claro –se aclaro la garganta –yo creo que me di cuenta luego de aquella vez cuando él me oyó cantar en el bosque, claro que no me beso esa noche pero hubo algo en el que me cautivo y no podía descifrar que…luego paso que me beso y bueno…fue como si algo en mi explotara pero en el buen sentido –se rió –no paso mucho tiempo en que mis pensamientos, todo lo que sentía…era como si todo se concentrará en el…sentía que quizás tan solo me estaba confundiendo nada más, que a la mañana siguiente cambiaría de parecer y que mi corazón dejaría de latir tan fuerte con tan solo escuchar su nombre…pero no fue así, cuanto más estaba junto a él era como si una fuerza me diera vida…no lo sé –suspiró
Afrodisia –entiendo esa sensación –apoyo sus brazos sobre sus piernas –sabes cual es lo peor?
Sindra –que?
Afrodisia –no sé si odiar esto que siento…o sentirme feliz por ello…tanto tiempo he pasado evitando el no apegarme de esta manera a alguien, crear ese lazo, dejar que alguien sea el dueño de mi corazón…pensando que moriría si lo hacía –su voz se debilito –cuando es al revés…y cada vez que el está lejos de mi…sufro –su amiga se acercó y la abrazo –jamás había sentido un miedo así…tengo miedo a ceder…tengo miedo a no hacerlo…a que podría pasar si alguien se entera…si el se entera…
Sindra –tu eres quien puede controlar esto –la animo –solo tu podrás decidir si se lo dices…de mis labios no saldrá nada
Afrodisia –gracias
Sindra –sabes que para eso estoy –le sonrió –además…no eres la única que esta en este aprieto –se rió –yo también tengo que ver como lo resuelvo
Afrodisia –por como estabas sonriendo al hablar de él creo que ya lo tienes resuelto
Sindra –puede ser –se paró –oye…porque no mejor nos vamos a acostar si? Ya es tarde y de nada sirve que nos desvelemos toda la noche
Afrodisia –tienes razón –se levantó –pero yo me voy al castillo
Sindra –no te quedas?
Afrodisia –no…es mejor –se acercó a la puerta y poso su mano sobre la perilla –estoy segura que quieres estar tranquila y yo…bueno, quiero pensar si? –le dijo suave
Sindra –está bien pero sabes que me puedes llamar –la abrazó
Afrodisia –no sé me olvidara –salió y se montó en su moto –nos hablamos –apenas dicho esto encendió la moto y se fue a toda velocidad hacia el bosque.
Pasaron unos quince minutos y ya estaba bien dentro del espeso bosque y no tan lejos del castillo. Estaba pasando unos árboles con tronco grueso cuando empezó a sentir unos agudos dolores en su pecho y tuvo que detenerse súbitamente antes de estrellarse contra uno de ellos. Dejo encendida la moto y se salió cayendo en rodillas al suelo, apoyo sus manos sobre el suelo intentándose apoyar y no caer. Sentía una gran presión sobre ella, poco a poco le costaba respirar, llevo una de sus manos a su pecho sintiendo la rapidez con la cual su corazón estaba latiendo, era demasiado rápido
Afrodisia –¡¿q…que…demonios me pasa?! –dijo agitada y tratando de respirar -¡Aaaahhh! –Cayó al suelo y quedo boca arriba –te….tengo…que llamar…llamarla –lentamente sacó su celular, lo abrió pero al abrirlo descubrió que su visión se ponía borrosa –aght…vamos –presiono unas teclas y se pegó el celular a su oído. Escucho el tono…una…dos…tres…hasta que contestaron
–alo? –escucho una voz ronca…un bostezo –si?
Afrodisia –Ah!....ven… -dijo retorciéndose –al…al bosque
–quien…-escucho unos ruidos –Afrodisia?...Afrodisia?!
Afrodisia –bosque…–no pudo continuar y se desmayo….

Se cambió de ropa, apenas dejo de escuchar su voz por el teléfono y salió del cuarto. Sin tocar la puerta entro, atravesó la habitación hasta llegar a la cama en donde estaba durmiendo él y prendió una de las luces que estaban incrustadas en la pared, logrando despertarlo
–que haces Bill? –Se sentó en la cama –son las dos de la mañana –dijo frotándose los ojos
Bill –voy a salir…si preguntan por mi inventa algo
Tom –está bien –se volvió a acostar pero al instante se volvió a sentar velozmente –ey…espera, a donde vas?
Bill…–yo –se detuvo antes de cerrar la puerta –voy al bosque….

Luego de haber hablado con su hermano salió del castillo tratando de no llamar la atención, decidió caminar los primeros metros empujando su moto debido al ruido que ocasionaría, apenas estuvo lo suficientemente lejos encendió la moto, arrancando a máxima velocidad se adentro en el bosque esperando encontrar a Afrodisia.
Había recorrido más de la mitad del bosque y aun no la encontraba, se detuvo unos momentos agitados e intento marcar el celular esperando que le respondiera pero no sucedió en cambio le mandaba directo al buzo de voz. Sabía que el camino que seguía adelante era el camino hacia el castillo del otro clan…el clan Wendorff, pero no le quedaba otra opción…podría ser que ella estuviera ahí, que hubiera sido atacada. Sin pensarlo mucho se monto nuevamente y avanzo a gran velocidad mirando a su alrededor, sus ojos se paseaban por todos los árboles, los arbustos pero no la veía…
Pudo distinguir a varios kilómetros hacia delante los picos del castillo, observó detenidamente como el sombrío castillo iba quedando más y más cerca de él. Se detuvo al escuchar un ruido a lo lejos….era una moto. Su corazón se agito y las esperanzas de encontrarla volvieron a él. Siguió manejando hasta ver una luz débil de la moto y un cuerpo tirado frente a ella. A solo unos metros se bajo desesperado y se tiro quedando a su lado
Bill –no… -la observó –Afrodisia…que te paso? –pero no hubo respuesta. Asustado llevo sus brazos a través de su cuerpo para moverla y dejarla sobre sus piernas –abre los ojos…vamos –delicadamente le tomo el rostro y poso sus dedos sobre el cuello –aun estas viva –suspiró, sus ojos miraron todo su cuerpo…no habían rastros de golpes –no fue una pelea –se dijo a sí mismo –no te preocupes, yo te cuidare –con un brazo cargo su espalda y con el otro aferro sus piernas y se levantó. Se acercó a la moto de ella y la apagó –luego la traeremos pero ahora iras conmigo –le dijo suavemente. Antes de sentarse sobre la moto, acostó a Afrodisia en la grama lentamente y fue abriendo un compartimento de la parte trasera de la moto, transformándola en una más grande –listo, así podremos viajar los dos –se acercó a ella y la cargo, con cuidado acomodo su cuerpo sobre la “camilla” que había creado detrás de su moto y se sentó él –en un rato estaremos resguardados…confía en mí –se frotó los ojos antes de partir, estaba cansado pero tenía que mantenerse despierto si quería llegar sanos y salvos a la casa. No podía distraerse sino la llegaría a lastimar y nunca se lo perdonaría. Estuvo manejando sin ir muy aprisa debido que cualquier movimiento brusco de la moto podía despertarla muy rápido y se alteraría. Los vientos congelados erizaban su piel conforme avanzaba por el sendero, de rato en rato giraba su rostro para fijarse en Afrodisia. Tenía que darse prisa, la noche iba avanzando y con ella el frío se iba incrementando, si la exponía se podía enfermar y aun no sabía lo que la había lastimado. Con más de veinte minutos manejando diviso a lo lejos la entrada a una cabaña subterránea que estaba cubierta por unos árboles que estaban entrelazados con el fin de ocultarla, hace años que venía ahí para estar solo. Se detuvo frente a la vieja puerta, se bajo y se acercó a la camilla, fue quitando los broches que había puesto encima de las piernas, en la cintura, sobre su pecho y en los brazos para que no corriera el riesgo de caerse –ven, tenemos que estar adentro –rápidamente la cargó, estando cerca de la puerta libero una de sus manos y ejerció un movimiento circular frente a esta logrando que se abriera sola –ves –dijo mientras entraban –aquí estaremos con calor y te pondrás mejor –cerró la puerta y fue bajando unas escaleras que daban hacia el dormitorio del piso subterráneo. Suavemente la dejo recostada en la cama, le saco las botas y la tapo con las frazadas que estaban en los pies de la cama. Se agacho y quedo cerca de su rostro –¿quién te lastimo? –Acarició sus mejillas –no dejare que te vuelvan a lastimar –acortó la distancia que había entre ellos y deposito un beso en sus labios –estaré aquí…asique despierta pronto….
----- | -----

No hay comentarios:

Publicar un comentario