miércoles, 6 de octubre de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulos 37 & 38


CAPITULO 37

¿Por qué le pasaba esto a ella? Quería que alguien le respondiera esa pregunta. Ahora su mente era un remolino de pensamientos, todos y cada uno de ellos sin respuesta. Tenía enfrente a un chico que ni una semana y se había topado. No sabia porque ni como pero quería estar mas tiempo con el, conocerlo pero…tenia miedo. No le gustaba aceptarlo pero tenía miedo de lo que podría llevarla ese camino. Se había prometido no darle mas espacio y segundos después dejo que la besara. ¿Qué acaso no tenia voluntad? Miro nuevamente a Bill, quien seguía parado frente a ella, con una mirada seria…esperando una respuesta
Afrodisia –te pregunto…que ganaras con todo esto? –el se quedo callado –no sabes quien soy…podría hasta matarte y tu quieres que me quede contigo?
Bill –no me matarías –le dijo seguro
Afrodisia –ah no?
Bill –ya lo habrías hecho antes –ella miro al suelo –se que sonara extraño pero…solo quiero conocerte
Afrodisia –solo eso? –lo miro extrañada –y tu conoces a las personas besando con ellas?
Bill –no –bajo el rostro, tratando de ocultar el color que habían tomado sus mejillas –yo…perdón si te molesto eso –subió su mirada –no volverá a pasar, solo…solo conversaremos
Afrodisia –como se que puedo confiar en ti?
Bill –no lo sabes –dijo tranquilo –pero…ese es el riesgo cuando conoces a alguien no? –suspiro. De alguna manera había logrado calmar su mirada, no le gustaba la idea de quedarse junto a el pero era cierto…no importaba uno siempre corría riesgos, y a veces para ganar algo…te tienes que lanzar al abismo sin saber como caerás
Afrodisia –que pesado que eres –resopló –pero…en eso tienes razón asique, esta bien…me quedo pero solo un rato
Bill –muy bien, vamos por tu moto?
Afrodisia –no…daño no te hará caminar –rieron
–y ustedes son amigos ahora? –escucharon unas voces detrás de ellos. Al voltearse vieron a
Afrodisia –Sindra?
Bill –Tom? Que haces acá? –ellos se acercaron
Tom –escuchamos unos ruidos de pelea y psss…
Sindra –decidimos venir a ver que pasaba –dijo sonriente
Afrodisia –y tu que haces con el? –Lo señalo –creí que estabas en…bueno en tu casa
Sindra –larga historia, verán…

Me fui dejando a doña “déjame hablar un rato si?” sola, ya que aparentemente la llamada era muy importante. Una vez estando fuera decidí caminar un poco por el bosque, ya que no estaba cansada…además que no se…sentí unas fuertes ganas de hacerlo asique, porque no? Iba a entrar al bosque cuando escuche como una moto era encendida, al voltearme vi que era Afrodisia. Sonreí, en todos los años que la conozco nunca la he visto tan distraída, confundida, desconcentrada…es como si no supiera que hacer, lo cual es raro en ella. Siempre ha sido de las que saben que tienen que hacer, lo que no y que hacer en situaciones de emergencia. Suspire y volví a lo mío, que era ir al bosque. Mientras caminaba a quien sabe donde, puesto que no tenía un camino elegido estuve pensando en el dibujo que había creado la otra noche. Aun no entendía como después de tanto tiempo que he pasado sin tocar ese cuaderno, de la nada me nacieron las fuerzas para dibujar otra vez. Bueno, quizás de la nada no fue… a quien quiero engañar; fue el. Por más raro que pueda parecer, fue ese encuentro que tuve con Tom. Durante el trayecto de aquella noche a mi casa, fue algo gracioso podría decir, con Tom nos la pasamos gastándonos bromas mientras manejábamos, algunos lo tomarían como algo inmaduro y peligroso pero en ese momento no me importo mucho, solo quería ser libre. Y creo que la cereza del pastel fue que cuando nos estábamos despidiendo, el…me beso Jamás olvidare ese beso, al principio me enoje porque me tomo por sorpresa y no pude evitarlo al instante pero luego, fue como un sedante. Como si todo mi cuerpo se adormeciera con ese beso, no sabría como explicarlo, quizás es mas detallado si digo que fue como si mi cuerpo tuviera tranquilidad, un sentimiento de paz. Y bueno lo demás es historia, entre y no pude dormir hasta que plasme lo que sentía en ese dibujo…
Seguí caminando hasta que decidí treparme en un árbol, estando ya arriba fui saltando de rama en rama hasta que escucho un ruido, alguien andaba por ahí. Me quede detrás de unas ramas grandes que lograban cubrirme, y espere. En segundos pude distinguir ese olor tan particular que caracteriza a los humanos, que asco. Paso unos minutos y vi como un humano caminaba por ese sendero, tan desprevenido…tan indefenso. No lo pensé dos veces y sonreí ante lo fácil que había sido conseguir una presa en quien saciar mi sed. Sin hacer ruido me fui acercando al final de la rama justo cuando el estaba pasando por mi lado, espere a que estuviera unos metros más y salte cayendo enfrente suyo. Al verme se quedo asustado y retrocedieron unos pasos
Xx –quien….quien eres? –me pregunto titubeando y solo sonreí –que…que quieres? –fui caminando hacia el, logrando que retrocediera más quedando acorralado entre unas rocas grandes –q…que quieres? –pregunto por segunda vez, vi como su cuerpo temblaba…tenia miedo.
Sindra –nadie oirá sus gritos, no te preocupes…no lo sentirás –estaba por acercarme a su cuello cuando note una presencia a metros de mi, me voltee para ver quien era y me sorprendí al verlo –que haces tu aquí?!
Tom –siempre eras tan educada? –me sonrió –hola Tom, como estas?...yo bien gracias por preguntar
Sindra –si no notas, estoy algo ocupada –dije señalando al humano –asique esfúmate
Tom –de hecho, no puedo –resople –porque yo lo vi primero –no pude evitarlo y me reí fuertemente
Sindra –y eso a mi que?
Tom –vamos, no me hagas perder el tiempo
Sindra –lamento decepcionarte pero aquí no hay ninguna ley de “lo vi primero”, lo siento querido pero búscate otro
Tom –y tu te conformaras con eso? –se acerco más y quedo frente mío –te mereces algo mejor no?
Sindra –ay si…y tu tan bondadoso que eres te sacrificaras por mi y lo tendrás no? –lo mire seria –en serio, ve con alguien que se trague tu cuentito
Tom –que necia!
Sindra –miren quien habla! –le grite
Xx –oigan…yo
Sindra –tu cállate!
Tom –tu cállate! –dijimos al mismo tiempo y se callo asustado, claro…no todos los días dos vampiros se pelean por beber su sangre –ya…no me hagas pelear contigo
Sindra –pff… es en serio? –mientras lo miraba se me ocurrió una idea, que no tarde en aplicarla.
Aproveche unos segundos en que Tom poso su mirada analizando al humano a quien tenia agarrado del cuello y me acerque rápidamente hacia él, con la mano libre que tenia rodee su cuello y lo jale hasta que quedamos a centímetros de distancia. El se quedo inmóvil, mirándome fijamente mis ojos, me fui acercando cada vez más hasta casi rozar nuestros labios y sin que el notara, solté al humano. Al instante hecho a correr pero Tom ni quisiera lo noto, claro esta, hasta que yo retrocedí sabiendo que ese humano ya estaría entrando a la ciudad –bueno…yo me voy –le dijo sonriendo
Tom –que?! –Gritó –aaah no…tu no te vas! –me tomo del brazo –lo hiciste a propósito!
Sindra –din din din…tenemos un ganador!
Tom –eres una….
Sindra –una que? –lo encare –ah? Una que!?
Tom –eres –me jalo hasta que quede pegada a él –una diosa…
Sindra –ah? –me sorprendí con lo que me había dicho –que dices?
Tom –me escuchaste –acomodo unos mechones atrás de mi oreja –fue una buena movida
Sindra –ah que si?
Tom –pero…
Sindra –pero? –pregunte animándolo a seguir
Tom –me dejaste con las ganas de mi beso –QUE?! Ay no…
Sindra –que?...no, claro que no –trate de soltarme pero el me sostuvo –suéltame
Tom –me dejaste sin el humano, eso te lo puedo dejar pasar pero…lo otro no –me sonrió
Tom –no –la voz que uso fue tan profunda que me hipnotizo. Con cuidado el camino haciéndome retroceder hasta que tope con la misma piedra en donde minutos antes tenía acorralado al humano. Mi corazón latía fuertemente y estaba algo agitada, cuando el apego su cuerpo al mío pude comprobar que mi corazón no era el único que estaba latiendo rápidamente, el suyo también. Dejo de presionarme con sus brazos y con su mano acaricio suavemente mi rostro lentamente hasta dar con mi mentón, lo levanto y quede cerca de su rostro, el se termino de acerca y cerré mis ojos esperando sentir ese contacto otra vez…el cual no tardo en llegar. Conforme el beso se iba prolongando moví mis brazos logrando así rodear su cuello, el rodeo mi cintura con sus brazos y así quedamos por unos minutos. Sentir sus labios sobre los míos era tan adictivo que me asustaba. Se que estos días le había estado conversando a Afrodisia sobre esa leyenda pero creo que ahora entendía cuando ella me lo negaba. Pero…no descartare esa opción, no por ahora…además cuanto tiempo podría negar que me siento atraída por el en tantos aspectos…a pesar que el tenga esa actitud de creído y ególatra, sonreí dentro del beso por mis pensamientos. Ya me estaba faltando el aire por el beso cuando escuchamos unos gritos que provenían de un área muy cerca de donde estábamos… –escuchaste? –Me dijo separándose de mis labios –venia de allá
Sindra –si –dije suave –vamos?
Tom –si, ven –me sorprendí al sentir su mano entrelazada con la mía pero no la quite, me gustaba ese contacto y mucho –estas bien? –me pregunto mientras nos acercábamos hacia un gran agujero que aun botaba polvo
Sindra –si, estoy bien –quite mi vista de él y la enfoque enfrente y me quede sorprendida al ver quienes estaban ahí…

Sindra –y bueno, lo demás ya lo saben ustedes –dijo mientras sonreía –y yo que creí que era muy temprano para andar peleando
Tom –miren quien habla –dijo pícaramente
Sindra –te recuerdo, fuiste tú quien empezó
Tom –si pero
Bill –basta –lo interrumpió –luego se ponen a discutir eso –resopló
Sindra –en fin, y ustedes a donde iban? –Ambos se miraron y se quedaron callados –uy…entiendo
Afrodisia –no, es que…
Sindra –está bien –le guiño un ojo –solo, recuérdate que luego tienes que regresar no si no se pondrá enojado –se rió y se volteo y miro a Tom –bueno…creo que solo somos tu y yo…ven que todo esto me dio sed –él la miro sonriendo –no esa sed tontón, vamos
Tom –pff…ahí nos vemos Bill –con un gesto de mano se despidió y se dio media vuelta para ir al lado de Sindra…

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CAPITULO 38

En minutos volvieron a estar solos, ella suspiró y se acomodo su ropa. Antes de caminar pensó unos momentos en a dónde irían. El bosque no tenía algún lugar en especial asique no importaría mucho si es que se quedaban ahí mismo pero quería caminar un rato, así quizás podría despejar su mente
Afrodisia –tienes algún lugar en mente? –dijo alejándose un poco y viendo el hoyo en donde habían estado
Bill –pues, no he caminado mucho por este bosque…al menos no por aquí –dijo encogiendo sus hombros
Afrodisia –entonces por aquí –ambos rodearon el hoyo y siguieron un camino contrario al de Tom y Sindra. Permanecieron en silencio los primeros minutos que estuvieron caminando, cada uno distraído en sus pensamientos sin saber que no eran tan diferentes uno del otro. Cuando estuvieron pasando unos matorrales, ella decidió ser un poco más flexible y ser la primera en hablar –asique…no eres tan débil como pensé
Bill –ya te convencí? –Pregunto dudoso y ella asintió –vaya
Afrodisia –es que…digamos que a simple vista no lo pareces
Bill –las apariencias engañan –suspiró –supongo que diría lo mismo de ti
Afrodisia –a que te refieres? –dijo mientras quitaba unas ramas del camino
Bill –cuando te vi aquella noche, recuerdas?
Afrodisia –si
Bill –bueno, no creí que fueras así
Afrodisia –así como?
Bill –aparentas ser dura y fría con quien te topas pero por dentro no eres así
Afrodisia –no me conoces lo suficiente para decir como soy –dijo seria –yo soy fuerte porque los débiles no sobreviven en este mundo, son fría porque si te apegas a alguien eres vulnerable y te traicionan –dijo rápidamente –si te confías de los demás y te pones amigable –dijo irónica –en cuanto puedan te darán la espalda…el mundo funciona así
Bill –no todos son así –dijo tranquilo –es cierto que habrán quienes traicionan pero no todos
Afrodisia –por eso prefiero no relacionarme con nadie, así no tengo porque andar viendo quien lo es y quien no…es ser practica
Bill –y como conociste a Sindra?
Afrodisia –con ella es diferente, ambas tenemos un carácter parecido y tan solo…estábamos juntas en una pelea…yo estaba por mi lado y ella por el suyo pero de un momento a otro note que ella era de mi misma ra…bueno, era igual a mi –dijo alegrándose de no haber de que raza era –y pues decidí ayudarla y ella a mi…desde entonces somos inseparables
Bill –ya veo…entonces de toda la ciudad solo con ellas te juntas?
Afrodisia –si, no necesito ser amiga de todos…para qué? –Dijo frunciendo el ceño –todos son un montón de interesados
Bill –tienes razón
Afrodisia –y tu como conoces al tonto numero dos? –el la miro extrañado –ese tal Tom –él se rió –no me reiría tanto que tu eres el numero uno
Bill –ey! –la empujo con su brazo bromeando –ahora porque soy tonto? Creí que ya estábamos bien
Afrodisia –aun no te lo has ganado asique…seguirás con ese título –se rió –pero bueno, volviendo a la pregunta
Bill –bueno, digamos que lo conozco de toda la vida –sonrió –es mi hermano gemelo
Afrodisia –es tu hermano? –se detuvo y lo miro –pero…no se parecen
Bill –jajaja supongo que ahora no tanto pero de pequeños éramos más parecidos
Afrodisia –a si? –se quedo unos momentos callado tratando de imaginárselos –bueno y…qué tal te llevas con él?
Bill –es difícil pero nos llevamos bien –la miró –tenemos nuestras peleas, no siempre concordamos en lo mismo –se rió –es tan terco
Afrodisia –en eso se parecen –se rió –pero…de eso será eso de tener hermanos no?
Bill –tu no tienes?
Afrodisia –no, soy hija única
Bill –y tus padres no quisieron tener más hijos? –ella bajo la mirada
Afrodisia –la verdad que no sé –dijo seria
Bill –y qué tal te llevas con ellos?
Afrodisia –no sé
Bill –y como no sabes? –le sonrió
Afrodisia –están muertos –respiro profundamente y evito las lagrimas que querían salir –igual ya paso hace mucho
Bill –lo siento
Afrodisia –no importa, su muerte no será en vano…mataré a quienes les quitaron la vida –dijo sin mirarlo y sonriente. Después de ese comentario nadie dijo nada, siguieron caminando hasta que llegaron a un pequeño río que atravesaba el bosque y se sentaron en el borde del río –y tus padres?
Bill –me tardaría mucho en hablar de ellos –cruzo sus brazos –digamos que no me llevo de lo mejor, tienen una idea muy diferente para mi vida de la que yo tengo y son de los que creen que su voluntad es la única que cuenta
Afrodisia –pero ya eres grande asique puedes decidir por tu vida…solo si fueras pequeño podrían decidir por ti –miró al frente –cada quien es el dueño de su vida…depende de ti nada más
Bill –si...a ver si ellos lo entienden
Afrodisia –por más que no lo hagan…tú haz con tu destino lo que quieras sino solo serás una marioneta esperando que le den la siguiente orden
Bill –que no se te suba el ego pero…eres bastante lista –ella sonrió
Afrodisia –ya que te habrá costado decir eso te diré nada más…gracias
Bill –y que más me puedes contar?
Afrodisia –sobre?
Bill –sobre ti –dijo mientras jugaba con sus dedos dentro del agua –que haces…las cosas que te gustan, las que no…no sé…cualquier cosa
Afrodisia –pues…normalmente entreno todos los días, digamos que soy quien ve todas las tareas que se tiene que hacer en mi casa –ni loca le digo que vivo en el castillo, pensó –visitó la ciudad algunas noches. Cosas que me gusten…pelear, caminar…y de preferencia en las noches
Bill –porque?
Afrodisia –siento que puedo estar tranquila y meditar sin tener que estar consternada por ruidos –suspiró –estar sola –dijo mirándolo –no te ofendas
Bill –está bien
Afrodisia –es que…sino es con Sindra…prefiero estar sola
Bill –por lo que me dijiste de las personas?
Afrodisia –si…creo que si
Bill –y ahora que estás conmigo? –ella se quedo callada –te molesta?
Afrodisia –no –dijo sin pensarlo mucho y luego se mordió los labios –bueno…es tolerable –dijo tratando de ocultar su respuesta
Bill –ya es un progreso –dijo riendo –no es tan malo como crees
Afrodisia –si claro
Bill –es cuestión de que me conozcas y verás que luego no querrás irte –ella se rió fuertemente –que?
Afrodisia –siempre eres así de creído?
Bill –al menos te hice reír –ella se quedo pensando
Afrodisia –si…entonces serás mi payaso personal –le sonrió –me parece
Bill –Ey! –La empujo suavemente –tampoco me refería a eso –dijo frunciendo el ceño
Afrodisia –que lindo que eres…–dijo y el la miro –digo…no era…eso lo que quería decir –dijo nerviosa
Bill –pero lo dijiste –la miro y ella se volteó –no hagas eso
Afrodisia –hacer qué? –dijo sin mirarlo
Bill –cada vez que dices algo que implica tus sentimientos lo contradices o lo intentas
Afrodisia –no es cierto
Bill –lo estás haciendo ahorita –dijo serio –mírame
Afrodisia –no tengo porque –dijo nerviosa
Bill –mírame –volvió a pedirle, espero unos segundos, estiro una de sus manos y delicadamente tomo su barbilla y la giro para que quedaran frente a frente –no tienes que avergonzarte de las cosas que dices porque tu corazón las manda –dijo tiernamente
Afrodisia –no sabes que hay dentro de mi corazón –dijo enojada
Bill –y tu tampoco –sintió como si la hubieran golpeado dentro de ella…como era posible que el sin conocerla diera con la verdad…aterrada se paro y se alejo de él. Intento responderle…gritarle pero la voz no le salía…lo miro por última vez y se fue corriendo, alejándose lo más rápido que sus piernas le permitían. Con cada paso que daba sentía como su cuerpo gritaba que se detuviera pero esta vez no le haría caso. Solo se detuvo cuando encontró su moto, se monto y la encendió para retomar el camino al castillo. A mitad del sendero se detuvo bruscamente, sintió como pequeñas gotas iban cayendo sobre su cuerpo con más rapidez hasta que la lluvia se hizo presente dejándola mojada completamente. Cerró sus ojos por unos momentos y al abrirlos sonrió por la idea que se le había cruzado, ya no regresaría al castillo….
Dejo su moto cerca de un árbol y se dejo caer en las orillas del árbol. Estaba intranquila, suspiró fuertemente y cerró sus ojos dejando caer unas lágrimas. No podía creer que había huido de él…si había huido. Ella no era ninguna cobarde –pensó, sin embargo no pudo contradecir lo que él había dicho……simplemente no pudo. Hace días que no era ella misma, actuaba y decía cosas sin premeditarlo pero más le costaba aceptar el hecho que todo había empezado desde que había conocido a Bill. El tener presente su presencia había alterado sus pensamientos, sus sentimientos y su cuerpo.
¿Cuánto más podría negarlo? –sollozó. Cada segundo que pasaba las palabras de Sindra tomaban más y más sentido. Entonces…Bill…era…él era
Afrodisia –no…no puede ser –se abrazó fuertemente –esto no puede ser…no quiero! –Su rostro estaba bañado en lágrimas –demonios –se limpió sus lagrimas –yo no soy así…tengo que ser fuerte –suspiró –pero como serlo si estoy con él…es tan difícil –miró al cielo –es como si él tuviera poder sobre mi y no pudiera contra él... –se froto sus manos –el tiene razón…no sé lo que mi corazón quiere –agacho su rostro –o….o quizás si lo sepa pero…no quiero aceptarlo –se mordió el labio –que tonta que soy –subió el rostro –por más que quiera negarlo no podre ocultarlo por tanto tiempo…no algo de esta magnitud pero…¿qué haré cuando no pueda más? –Se preguntó a sí misma –no puedo decírselo…no puedo…tengo que olvidarlo a como sea –suspiró –no puedo dejar que él lo sepa…
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