CAPITULO 36
Silencio, no pudo decir nada. ¿Salir? ¿Ella con él? ¿Hoy? Estaba soñando, pensó…eso tenia que ser. El no la estaba invitando a salir…o si? Quizás no era así y ella estaba malinterpretando la pregunta, pero como preguntarlo sin que sonara tonto. El no podía estarle preguntándole eso, no era posible. Pero claro, era una tonta, acaso había olvidado la noche anterior…
Bill –te puedo volver a ver? –su corazón se detuvo –digo, uno de estos días…sin una pelea de por medio
Como olvidar aquella propuesta, se maldijo así misma por haber aceptado. Por un momento pensó en largarlo por el teléfono e ignorar lo que ella había dicho anteriormente pero no podía, ella había aceptado y ella era una mujer de palabra
Bill –mmm…alo? –al escucharlo volvió en si
Afrodisia –perdón, bueno… está bien –suspiró –en donde?
Bill –en serio?
Afrodisia –que si –se rió –en donde? –no escucho nada –no has pensado en el lugar?
Bill –que tonto pero no
Afrodisia –encuéntrame junto al bar en que nos topamos la otra noche, adiós –colgó la llamada –en que me estoy metiendo –resopló. Dejó los vasos usados en el lavaplatos y se fue hacia su cuarto. Subió de dos en dos la escalera, camino por el pasillo y entro a su habitación. Sin perder tiempo se paro frente a su armario y se cambió de ropa por unos jeans ajustados, un top negro y su usual chaqueta de cuero. Estando ya lista se encamino a la puerta pero antes paso por el espejo y se detuvo. Se paro enfrente y se observó como iba vestida, frunciendo sus labios –mejor no me pongo el top? –se preguntó a si misma girando para ver como se veía. Fue a su armario y saco otra blusa que tenia y la sobrepuso sobre su cuerpo mirando como quedaría –esta quedara mejor? –dejo la blusa en su cama y volvió al espejo –no…estoy bien así –sonrió –pero...que me pasa? –Dijo nerviosa –no debería preocuparme tanto esto...mejor me voy ya –salió de su cuarto y corriendo bajo las escaleras sin importarle el ruido que hiciera. Miro antes de salir y no vio a nadie asique se fue tranquila pensando en que nadie la había visto…sin embargo atrás de un pilar del salón de entrada estaba Gustav observando como ella se iba en su moto
Gustav –que ilusa –llevo sus manos hacia atrás y tranquilamente se fue a su habitación. Al entrar dejo su capa en su cama y se sentó en la silla que tenia frente a su escritorio en donde se encontraba un libro abierto en una hoja que titulaba Maldiciones…
En la ciudad el ambiente era tranquilo a pesar de la noche tan movida que habían tenido. Algunos bares estaban abiertos y otros cerrados, las personas caminando tranquilamente sin imaginar que a sus lados pasaban vampiros.
Afrodisia estaba cerca del bar en donde había quedado con Bill, quien ya se encontraba sentado en una de las mesas de fuera del local jugando con sus dedos mientras esperaba. Al escuchar el rugir de una moto se volteo con la espera de que fuera ella pero su sonrisa se borró al ver que era solo un humano pasando por la calle. ¿Será que viene? –pensó, se paso suavemente una mano por su cabello y resopló. Debido a los nervios había llegado apenas había terminado de hablar con ella y ahora estaba aburrido de esperar. Estaba a punto de regañarse mentalmente cuando sintió a alguien llegar cerca de el
Afrodisia –estas hace mucho? –al escuchar su voz sonrió pero antes de voltear a verla se obligo a no sonreír tanto
Bill –llegue hace unos minutos –dijo dudoso
Afrodisia –que bueno –dijo sentándose frente el –y… –se quedo callada…que se supone debería preguntar?
Bill –quieres algo de tomar? –agradeció que el hubiera preguntado
Afrodisia –si…un vino semi-seco –el asintió y se fue dentro para hablar con el barman –relájate…vamos relájate –se dijo a si misma y se acomodo en la silla, al ver que ya venia se quedo callada
Bill –aquí tienes –le dejo el vaso –estas bien?
Afrodisia –si porque? –dijo mientras se llevaba el vaso a sus labios
Bill –es que…pareces algo sonrojada –se atoro al escucharlo –ey…cuidado, tómalo despacio –paso dificultosamente ese trago y respiro profundamente
Afrodisia –debe ser por el entrenamiento que hice esta mañana –volvió a tomar otro trago
Bill –entrenas?
Afrodisia –claro…tu no? –Lo miro detenidamente –creo que no –se rió
Bill –a ver y porque? –dijo molesto
Afrodisia –pues no aparentas del ser del tipo que hace ejercicio todos los días –dijo señalando sus brazos y pecho –es más…pareces algo débil –dijo burlona
Bill –si fuera débil no hubiera peleado la otra noche junto a ti, no crees?
Afrodisia –por favor –bufó –son humanos…que esfuerzo es ese?
Bill –y tu acaso eres tan fuerte?
Afrodisia –por supuesto –dijo segura –apuesto que te ganaría con los ojos cerrados
Bill –así? Entonces acepto tu apuesta –ella lo miro sorprendida –elige el lugar y pelearemos a ver quien gana…aunque ya sabemos quien será –dijo sonriendo
Afrodisia –no tengo nada que probarte –dijo terminando su vaso
Bill –cobarde –susurró, sin embargo ella logro escucharlo y se levanto de un golpe de la silla y se acercó a él y lo miro con furia
Afrodisia –voy a hacer que te tragues tus palabras –el se levanto –vamos al bosque y te daré la paliza de tu vida
Bill –claro…solo hay un detalle –le dijo mientras salían del bar
Afrodisia –arrepintiéndote tan rápido?
Bill –no, es que yo no vine en mi moto –dijo señalando la moto de ella
Afrodisia –y eso es mi problema porque…?
Bill –iré contigo –dijo acercándose a ella. Al instante se alejo de el y repitió en su mente lo que le acababa de decir…eso significaba tenerlo pegado a ella todo el rato hasta el bosque, se mordió sus labios pensando en tenerlo de esa formar tan…ALTO! Cerró sus ojos con fuerza y quito ese pensamiento
Afrodisia –no –dijo montándose a su moto –por mi te puedes ir corriendo si quieres pero no en mi moto
Bill –porque? No le veo nada de malo –si de malo no hay nada, pensó –que…te pones nerviosa cerca mío?
Afrodisia –ya quisieras galán –suspiró –esta bien, súbete…pero cuidado en donde apoyas tus manos
Bill –de acuerdo –le dijo cerca de su oído sensualmente, un escalofrió recorrió su cuerpo y el lo sintió –tienes frio? –se rió
Afrodisia –cállate –dijo seria. En los diez minutos que se tardaron para llegar al área del bosque que había escogido ella, fueron los mas eternos que había tenido. Su mente no la había dejado tranquila, no teniéndolo a él detrás de ella. Trato de concentrarse en manejar pero sus sentidos se perdían, sus ojos por ratos lo miraban por el rabillo del ojo observando su rostro junto al de ella, su cuerpo temblaba ante el contacto de su pecho contra su espalda, al sentir esos brazos alrededor de su cintura, podía sentir el aroma tan embriagante que emanaba su cuerpo. ¿Por qué?, se preguntaba. De todos los vampiros que había conocido en los años que llevaba, ninguno le había afectado. Pero el, que apenas si lo conocía le daba tanta confianza, hacia que su cuerpo temblara ante su suave voz y sentía una conexión fuerte. Le daba miedo pero las palabras de Sindra podrían ser ciertas. Acaso el seria… ¿seria esa mitad que le falta a su alma? No quería admitirlo, tenía que haber algún error, eso esperaba.
Cuando llegaron ella apago rápido la moto y ambos se bajaron. Se quito su chaqueta para que no le obstruyera en la pelea y se paro enfrente de el.
Afrodisia –listo para perder?
Bill –listo para ganarte –ambos se pusieron a la defensiva –te doy ventaja por ser mujer?
Afrodisia –no –le dijo seria. Se quedaron en silencio unos segundos observándose, analizando sus posibles movimientos, ella sonrió. En menos de un segundo y desapareció delante de él
Bill –pero que…
Afrodisia –que paso…el bebe no puede? –susurró apareciendo tras de el, se volteo y antes de que pudiera atacarla ella lo tiro hacia un tronco y lo acorralo
Bill –AH! –grito
Afrodisia –te rindes? –dijo presionando sus rodillas contra su pecho
Bill –nunca –dijo. Libero uno de sus piernas y la empujo, estrellándola contra una roca –tu serás quien se rinda –se acerco rápidamente a ella y la cargo apresándole los brazos –llevemos esto a otro nivel, si? –y sin darle tiempo a responder se elevo con ella entre sus brazos –a ver si puedes
Afrodisia –volar? –se rió –que tonto eres –lo golpeo en el estomago y se soltó, mientras veía como el se retorcía por el golpe –acaso creías que eres el único vampiro que puede volar?! –se alejo unos metros –a ver si me puedes seguir el paso!
Bill –ya veras –y fue tras ella. En cuestión de segundos la alcanzo y sonrió pícaro por la idea que se le había cruzado por la mente, estando ya a su lado se lanzo contra ella y quedo debajo de ella y la abrazo fuertemente
Afrodisia –pero que…?! –no pudo continuar debido a que sus labios fueron presas de él, sus ojos se abrieron sorprendida por el beso que le acababa de robar pero sus ojos se cerraron disfrutando de esos segundos en que sus labios estuvieron unidos…y luego reacciono mordiéndole el labio
Bill –aght! –se separo de ella
Afrodisia –eres un desgraciado! –se lanzo contra el y lo intento golpear en el rostro pero fallo
Bill –ups, fallaste!
Afrodisia –no volverá a pasar te lo aseguro! –y dicho y hecho, le golpeo su mejilla dejándolo mareado, aprovecho ese momento para apresar su cuello y llevarlo abajo. Al impactar contra el suelo dejaron un hoyo por la velocidad que llevaban –que te duela…no me volverás a besar nunca! –le clavo su rodilla entre las piernas –ya veras lo que te pasa por darte las de idiota –antes de que pudiera darle un puñetazo el le tomo la mano y rodando quedo encima de ella –suéltame!
Bill –ni loco –se acomodo quedando con ambas piernas a cada lado y tironeo sus brazos hasta que la dejo inmovilizada –admite que no puedes conmigo –dijo agitado. Ella estaba igual que el, respirando fuertemente y seria –y…te rindes? –ante el?... suspiró, porque estaba tan empecinada en no hacerlo. El era fuerte no había duda pero no era ese tema lo que estaba en duda para ella. Rendirse significaba bajar sus guardias y exponerse tal y como es ella, el temor de dejarse llevar por los sentimientos que crecían dentro de ella cada minuto que pasaba junto a él, era inconcebible. Pero quien dictaba que ella no podría cambiar lo que estaba escrito en un libro antiguo, no se dejaría vencer y nada mas seria un conocido para ella, solo eso –estas bien?
Afrodisia –si…si estoy bien –lo miro –me dejas levantarme?
Bill –no me has respondido
Afrodisia –no tengo que
Bill –quien gano? –le pregunto canturreando
Afrodisia –pff...tu, ganaste tu…contento? –rolo sus ojos
Bill –no
Afrodisia –y que más quieres? Que te felicite…te haga venias?! –grito furiosa, el no dijo nada y se fue acercando hasta que quedaron frente a frente –que…haces? –pregunto nerviosa, se quedaron mirando unos segundos y el cerro sus ojos cuando ya estaba rozando sus labios. El corazón de ella latía de tal forma que sentía como si se le fuera a salir del pecho. En los segundos que tardo en presionar sus labios, se cuestiono si debería impedirlo o no…pero por más que su mente quiso…por más que tratara de apartarlo y botarlo de encima de ella, no pudo…a pesar de que no solo minutos atrás había concluido que solo seria alguien mas en su vida. Apenas sintió el calor del roce, algo en ella despertó, puso fuerza y liberando uno de sus brazos lo llevo hacia su cuello para apegarlo más a ella. Disfruto cada segundo; el sabor tan dulce de sus labios, la manera en que se movían sutilmente robándole las fuerzas de su cuerpo, entre abrió sus labios y sintió como tímidamente sus lenguas se juntaban…
Sintió una punzada dentro de ella y bruscamente se separo de el, al mirarlo pudo ver como sus labios están rojos y su mirada era dulce. ¿Qué me pasa?, pensó. No debía haberse besado con el, pero como impedirlo si había sentido como todo su cuerpo reclamaba estar junto a él –yo… -asustada se levanto empujándolo y salió del hoyo en el que seguían, se limpio su ropa y se acomodo su chaqueta –tengo que irme –el rápidamente subió y se puso frente a ella –no digas nada
Bill –no te vayas, por favor –le tomo la mano –no…no sé que esta pasando pero no quiero que te vayas –se volteo y lo miro, sabia con solo observar sus ojos que decía la verdad pero no podía…no quería –no te vayas, perdón si…si te molesto pero
Afrodisia –se que me crearas loca por dejar que me beses e irme luego de separarme pero…no puedo…tengo que irme en serio
Bill –pero
Afrodisia –no me conoces…apenas me has visto hace unos días…estoy segura que si me besaste fue solo por hacerlo y ya –dijo dolida, esperaba que no fuera así –asique mejor lo dejamos así y cada quien a lo suyo
Bill –y si no quiero?....
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