jueves, 9 de septiembre de 2010

Fic Enemys or Lovers Capitulo 18


CAPITULO 18

Vio como el sol ya estaba en lo alto del cielo asique pensó que ya era hora de levantarlo y eso mismo hizo.
Tom –¡hoooooooooooooora de levantarse! –gritó cerca de su oído pero él no se movió –mmm…de sueño pesado no? –cuidadosamente se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero en un movimiento rápido giro su cuerpo y corrió hacia la cama y saltó –¡levántate! ¡A levantarse hermanito! ¡Ya! ¡Ya! El sol brilla, los pájaros cantan, hoy estarás todo el día conmigo –le dijo luego de aplastarlo
Bill –es una pesadilla…es una pesadilla –susurró
Tom –ay vamos…que aguafiestas! –lo abrazó –vamos…vamos…arriba! –el menor asomo su cabeza entre las sabanas y lo miró serio –despierto?
Bill –por tu culpa… ¡¿quién te dio derecho para entrar a mi cuarto?! –bruscamente se sentó –idiota
Tom –que tratos son esos con tu hermano mayor ah?
Bill –tú no eres mi hermano…él…él se fue años atrás…yo ya no tengo un hermano
Tom –pero
Bill –vete
Tom –no hablarás… ¿no hablarás en serio? –bromeó
Bill –¡que te vayas! –Gritó golpeándole en el brazo –¡¿acaso no escuchas?! –se levantó sin mirarlo y estando frente a la puerta se volteó
Tom –te espero abajo junto a las motos –bufó –no me importa lo que pienses ahora…asique más te vale llegar
Bill –no lo haré –se paró acercándose a él –no me mandas
Tom –tengo que hablar contigo y aunque te ate a un árbol me escucharás –no dijo más y se fue.
Bill –¡AH! ¡Quién se cree! –golpeó el ropero –no iré…no lo haré!......

Se deslizo al final de los pasillos para llegar al inicio de la gran escalera en caracol que daba hacia la salida. Sin perder su rapidez bajo cada escalón cuidando de no tropezarse. Estando cerca de la puerta se miró en el espejo que estaba contra la pared del recibidor y se dio unos pequeños toques y abrió la puerta. Los rayos de sol dieron directo a su rostro, llevo su mano a su bolsillo derecho y saco unos lentes. Bajo los delgados escalones que adornaban la puerta del castillo y fijo su vista unos metros más adelante. Ahí estaba, apoyado al manubrio fumando un cigarro. Con cautela se acercó pero no fue suficiente, puesto que él se volteó dejando ver una sonrisa.

Tom –entonces? –dijo riendo
Bill –unos minutos…te escucharé unos minutos y luego me largo –dijo mientras se montaba en su moto al igual que su gemelo
Tom –de acuerdo…sígueme –apenas dicho esto arrancó alejándose del castillo
Bill –y este…que se cree –bufó y encendió su moto tomando el mismo camino.

Mientras conducía, pensaba en el porqué habría aceptado el hablar con Tom si al principio le había dicho que no, pero ahora…ahora se encontraba montado en su moto siguiéndolo a algún lugar en donde escucharía lo que le tuviera que decir. La pregunta era ¿qué?
Cuando era pequeño y las esperanzas de que Tom volviera se fueron cayendo, se prometió a sí mismo en no volver a confiar en él ni en nadie. Le había mentido asique no valía la pena seguir esperándolo.
Aun hasta el día de hoy mantiene fiel sus palabras, para que confiar en personas que tarde o temprano te defraudarían. El único que había logrado ganar su confianza fue Georg a quien conoció a los pocos años en que Tom se fue. Pero de ahí nadie. Ni hombre ni mujer. Pero ¿porque tuvo que regresar? ¿Por qué no se quedo allá? ¿Se habría cansado de vivir allí? O es que acaso extrañaba algo o…a él? Se sacudió la cabeza negando lo que acababa de pensar. Pero por más que quisiera negarlo le era imposible, por más mínima que fuera siempre tuvo la esperanza que el regresara y volvieran a estar juntos como los hermanos que eran. Un ruido hizo que saliera de sus pensamientos, se había detenido. Se quito los lentes y pudo observar que estaban a los pies de un árbol gigante, reconoció el lugar.
Tom –te acuerdas? –dijo mientras se bajaba –cuando éramos pequeños…una vez nos perdimos por estar jugando todo el día y llegamos hasta aquí…hasta este árbol
Bill –como olvidarlo…ese día mamá nos buscó desesperada y no fue hasta la noche que llegó aquí y nos encontró dormidos
Tom –si…me acuerdo que siempre que podíamos, nos escapábamos de casa y veníamos aquí a jugar o a hablar
Bill –si –suspiró –y bien, de que me ibas a hablar? –cambiando su voz a una enojada
Tom –te acuerdas el día que me fui?
Bill –que tiene?
Tom –si o no?
Bill –si…si me acuerdo, solo eso querías saber?...Me voy –quito el seguro de su moto y subió
Tom –perdóname…–se detuvo al escucharlo –se que no querrás ni verme pero tengo que aclarar lo que pasó después de ese día
Bill –a mi no me importa Tom…si es por eso a que venías…te aviso que no me interesa escuchar nada de lo que tengas que decir
Tom –te dije que escucharías…y lo harás –se acercó y le agarró fuertemente el brazo
Bill –¡oye!
Tom –yo no quería irme y tú lo sabes…pero…que esperabas que hiciera?...ah?! ¿Que dejara que tú fueras? ¡¿Eso?!
Bill –¡suéltame!
Tom –siempre te he cuidado Bill…le prometí a mamá que te cuidaría y eso hice…si yo no iba te mandarían a ti…y yo era el más fuerte…yo podría aguantar todas las batallas que hubieran
Bill –¡que me dejes idiota!
Tom –pero cuando quise regresar…me lo impidieron…siempre había una batalla…a alguien a quien matar…para cuando me di cuenta habían pasado muchos años y luego a papá se le ocurrió la brillante idea de comprometerme
Bill –¡no quiero escucharte! –dijo sacudiéndose
Tom –que no entiendes Bill?! Quise regresar…quería cumplir la promesa que le hice a mi hermano pequeño pero no pude….solo ahorita lo logre…a costo de que me cortaran la cabeza si no aparecía en esa boda
Bill –d…déjame! –Se soltó, se bajo de la moto y lo empujo –¡MENTIROSO! –Lo volvió a empujar –¡MENTIROSO! …no te creo NADA!! –alejó su brazo y acercándose más lo golpeo con su puño en la cara –¡¿por qué crees que me importara lo que me digas?! ¡¿AH?! ¡No me importa si te quedas o te vas! Yo…yo ya no tengo hermano…mi hermano murió hace años para mí…murió! –se volteó tratando de ocultar las lágrimas acumuladas en sus ojos
Tom –Bill –susurró
Bill –¡NO! ¡No puedes! No puedes venir como si nada y pensar que te abrazaré… acaso sabes lo que pase? ¡¿Lo sabes?! ¡Yo te creí! ¡Te CREÍ Tom! Espere a que volvieras…a que volvieras y jugáramos todas las tardes como siempre lo hacíamos…a que peleáramos por cualquier cosa…no me importaba! Pero…pero no lo hiciste…te quedaste ahí y me abandonaste…abandonaste a tu gemelo! –las primeras lágrimas corrieron libres por sus mejillas –te odio…te odio –se giró y lentamente quedo frente a él, Tom apenas levantó su rostro y cruzaron miradas y se asusto al ver el rostro lleno de tristeza de su hermano
Tom –no te culpo…puedes desquitarte… -por el rabillo vio como Bill se posicionaba para darle un puñetazo y cerro sus ojos y espero al dolor pero…no llego. Sin embargo sintió unos brazos rodearlo –pero…
Bill –sigues siendo tan idiota… -sollozó –te eche de menos Tom
Tom –y tu sigues siendo tan sentimental…hermanito –respondió el abrazo, al instante una sonrisa se apodero de su rostro…
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