O.O eh..para quienes comentaron..el papa no se puede casar hombre, que ya tiene esposa! xD jajajajaja.. ahi veran como va avanzando la historia..lero lero.. e_e
uuuh.. lo que dijo Gustav, que pasen unos capitulos y veran de que habla.. *O*
CAPITULO 23
Un silencio se creó en aquella sala, la madre angustiada a donde estaba llevando aquella discusión se levantó y se puso enfrente de su pareja
Madre –querido…por favor –la miró –déjame hablar con ellos
Padre –no veo que lograrás pero está bien –se levantó y se fue dejándola con sus hijos
Madre –Bill, Tom acompáñenme –dijo con voz suave mientras se dirigía a las afueras del castillo…
Estando afuera se dirigió a la parte trasero del castillo en donde estaba el jardín que tanto cuidaba. Se sentó en una de las bancas que había y suspiró
Madre –se que no es fácil lo que les pide su padre pero…por favor no desobedezcan –les dijo tranquila
Bill –mamá…pídeme otra cosa pero no que me case, no lo haré…si tanto quiere que dirija la batalla lo haré y regresaré victorioso pero no me casaré
Madre –Tom?
Tom –tampoco lo haré –ella agacho su rostro
Madre –hemos dejado que no te cases con la otra chica…y a ti no te hemos presionado en nada…has andado sin reglas…correspóndannos en esto que les pedimos
Bill –esto lo quiere el…no tú –la miro serio –y lo sabes
Madre –no quiero pelear con su padre además ya es tiempo que asienten cabeza para que pueda tomar nuestro puesto como jefes del clan
Tom –pero porque casarnos? Acaso no podemos hacerlo así nomás?
Madre –sin una esposa como crees que habrá herederos? –Iba a decir algo pero ella lo interrumpió –y no me digas ese método de ustedes tan libertino –ellos rieron –estoy hablando en serio
Bill –mamá
Madre –por favor, al menos compórtense cuando llegue el otro clan…conozcan a las chicas y luego me dicen, quizás pueda hacer algo pero necesito que lo intenten –suspiró –además…no tienen a nadie como pareja
Tom –si pero Bill tiene a esa chica de sus Auch! –miró a su gemelo –eso dolió!
Bill –te lo mereces –dijo enojado
Madre –me he perdido algo? –los miro a ambos –niños?
Bill –no somos niños
Madre –Bill…que chica?
Bill –nadie –se levantó –no hay nadie –sin despedirse se fue hacia dentro del castillo
Madre –Tom que está pasando?
Tom –yo no sé nada –dicho esto se fue corriendo al castillo
Madre –que me estarán ocultando….
Apenas llegar a su cuarto abrió la puerta y de un golpe la cerró dejándose apoyar en ella. Llevo sus manos hacia sus ojos restregándolos y suspiró. Su hermano era un bocón, y de primera. De la pura rabia que poseía en esos momentos empezó a destruir todo lo que tenía a su alrededor hasta que se dejo caer agotado en su cama. Tenía que pensar en que haría con lo que su madre le acababa de pedir. Era cierto lo que había dicho, una pelea no era gran problema y más si era cierto que la heredera era una chica, no sería tan fuerte y seria una derrota rápida pero casarse? Tan solo pensar en la palabra le daba escalofríos, por alguna razón sabía que no debía casarse, simplemente no podía hacerlo.
Toda su cabeza daba vueltas, como era posible que un sueño afectara tanto su vida. Era solo un sueño. No había ninguna noche que no lo hubiera soñado, siempre lo mismo. Las mismas miradas, mismas palabras. ¿Acaso le estaría tratando de decir algo? ¿Quién era esa chica? ¿Existía? No importaba cuanto pensará no había ninguna chica del clan que cumpliera con las características de ella, nadie era tan perfecta. ¿Perfecta? Si, ella era perfecta. Sacudió su cabeza al darse cuenta de lo que había pensado.
En su mente también rondaba la chica del bosque, ella. Si bien no sabía su nombre, en donde vivía, de que clan podría ser, estaba seguro que había algo en ella que lo tenía hipnotizado. No conocía a ninguna chica que fuera tan difícil y en especial con él. Todas siempre se lanzaban a sus brazos sabiendo quien era y el poder que poseía. Sin embargo ella lo había rechazado a la primera y hasta lo había insultado. Sonrió al recordar la manera en que ella le había gritado. Pero ¿qué haría? Primero sería avisar que aceptaba conocer a su futura “esposa”, juntaría y entrenaría al ejército para la venidera batalla y averiguaría quien era esa chica tan extraña.
Mientras tanto en el cuarto aledaño una parecida decisión acaba de tomar su hermano mayor. Al igual que el aceptaría la decisión de sus padres de casarse con una de las hijas del otro clan sin embargo mientras ayudaría a su hermano a buscar a aquella chica, aprovecharía para saber más de su acompañante. Quería saber quién era aquella chica que lo rechazó. Algo le decía que no sería en vano conocerla más a fondo. Además que no era ciego, si bien cuando se toparon con ellas era de noche aun así pudo apreciar sus delineadas curvas y el suave movimiento en que se movían.
Con una sonrisa en su rostro se quedo dormido en su habitación por unas horas hasta que escuchó que alguien tocaba su puerta estruendosamente como si quisiera botarla. Se desperezó, frotó sus ojos por el sueño que aún tenía y a paso lento se acercó a su puerta y quito el seguro para luego regresar a su cama. Ya sabía quién era
Tom –que paso hermanito? Aun en crisis?
Bill –claro que no y tú?
Tom –yo nunca
Bill –no importa…en fin, que decidiste?
Tom –lo mismo que tú
Bill –y como lo…
Tom –por favor, somos gemelos –sonrió –me extraña que preguntes
Bill –pfff… claro, como olvidarlo
Tom –seguirás buscándola? –Asintió –bien…te seguiré ayudando
Bill –y eso?
Tom –que acaso no puedo? Luego dices que no hago nada por ti
Bill –esa ni tú te la crees…oooh ya veo –rió
Tom –que?
Bill –quieres saber quien la acompañaba no? –levantó juguetonamente las cejas –te gusta ella, no es así?...
Tom –casi cerca pero no…aceptas mi ayuda sí o no?
Bill –está bien…pero ten cuidado y le dices algo a mamá y mucho menos a papá
Tom –ya…solo se me escapó
Bill –si claro…
Encerrados en el cuarto del menor estuvieron por horas mientras trazaban un plan para buscar a aquellas chicas y tener tiempo para entrenar con los soldados. Cuando terminaron decidieron bajar y hablar con sus padres anunciándoles su decisión. Salieron del cuarto, bajaron por las escaleras y se encontraron con sus padres en el gran salón. Al hablarles, su padre contento, le dio un abrazo a cada uno asegurándoles que estaban haciendo lo correcto mientras que su madre miraba dudosa a sus hijos. Desde que había hablado con ellos estaba intrigada. Tom había dicho que Bill ya tenía a alguien. ¿Sería cierto? Últimamente había estado extraño y más con la llegada de su hermano. ¿Habría ella estado tan ciega para no notarlo? Sus hijos cuando eran pequeños le contaban todo a ella, era su confidente pero ahora, ya no era lo mismo. Pero todo cambiaría, ella descubriría que ocultaban y hablaría seriamente con ambos…
Gustav –dime dónde estabas? –preguntó mientras caminaba junto a ella
Afrodisia –por ahí
Gustav –donde estabas anoche?! –la jaló del brazo –no puedes salir a donde se te plazca!
Afrodisia –claro que puedo! –Se soltó –no eres quien para enjaularme
Gustav –que crees que pasara si te topas con uno de los otros clanes? Ah?
Afrodisia –mmm no se…quizás nos tomemos un cafecito –sonrió
Gustav –te matarán, no puedes salir y lo sabes
Afrodisia –no me voy a esconder dalo por hecho, además ellos no saben cómo soy físicamente y no notarían que estoy en frente de ellos ni porque les golpeara, asique no me des sermones…sé lo que tengo que hacer y lo que no…déjame de mandar
Gustav –bueno...y ahora a donde ibas?
Afrodisia –a entreno...asique si no tienes nada bueno que decir me voy –paso delante de él y bajo las escaleras
Gustav –solo tendré que aguantar un poco más…solo un poco más y estarás bajo mis órdenes…
----- º -----
uuuh.. lo que dijo Gustav, que pasen unos capitulos y veran de que habla.. *O*
CAPITULO 23
Un silencio se creó en aquella sala, la madre angustiada a donde estaba llevando aquella discusión se levantó y se puso enfrente de su pareja
Madre –querido…por favor –la miró –déjame hablar con ellos
Padre –no veo que lograrás pero está bien –se levantó y se fue dejándola con sus hijos
Madre –Bill, Tom acompáñenme –dijo con voz suave mientras se dirigía a las afueras del castillo…
Estando afuera se dirigió a la parte trasero del castillo en donde estaba el jardín que tanto cuidaba. Se sentó en una de las bancas que había y suspiró
Madre –se que no es fácil lo que les pide su padre pero…por favor no desobedezcan –les dijo tranquila
Bill –mamá…pídeme otra cosa pero no que me case, no lo haré…si tanto quiere que dirija la batalla lo haré y regresaré victorioso pero no me casaré
Madre –Tom?
Tom –tampoco lo haré –ella agacho su rostro
Madre –hemos dejado que no te cases con la otra chica…y a ti no te hemos presionado en nada…has andado sin reglas…correspóndannos en esto que les pedimos
Bill –esto lo quiere el…no tú –la miro serio –y lo sabes
Madre –no quiero pelear con su padre además ya es tiempo que asienten cabeza para que pueda tomar nuestro puesto como jefes del clan
Tom –pero porque casarnos? Acaso no podemos hacerlo así nomás?
Madre –sin una esposa como crees que habrá herederos? –Iba a decir algo pero ella lo interrumpió –y no me digas ese método de ustedes tan libertino –ellos rieron –estoy hablando en serio
Bill –mamá
Madre –por favor, al menos compórtense cuando llegue el otro clan…conozcan a las chicas y luego me dicen, quizás pueda hacer algo pero necesito que lo intenten –suspiró –además…no tienen a nadie como pareja
Tom –si pero Bill tiene a esa chica de sus Auch! –miró a su gemelo –eso dolió!
Bill –te lo mereces –dijo enojado
Madre –me he perdido algo? –los miro a ambos –niños?
Bill –no somos niños
Madre –Bill…que chica?
Bill –nadie –se levantó –no hay nadie –sin despedirse se fue hacia dentro del castillo
Madre –Tom que está pasando?
Tom –yo no sé nada –dicho esto se fue corriendo al castillo
Madre –que me estarán ocultando….
Apenas llegar a su cuarto abrió la puerta y de un golpe la cerró dejándose apoyar en ella. Llevo sus manos hacia sus ojos restregándolos y suspiró. Su hermano era un bocón, y de primera. De la pura rabia que poseía en esos momentos empezó a destruir todo lo que tenía a su alrededor hasta que se dejo caer agotado en su cama. Tenía que pensar en que haría con lo que su madre le acababa de pedir. Era cierto lo que había dicho, una pelea no era gran problema y más si era cierto que la heredera era una chica, no sería tan fuerte y seria una derrota rápida pero casarse? Tan solo pensar en la palabra le daba escalofríos, por alguna razón sabía que no debía casarse, simplemente no podía hacerlo.
Toda su cabeza daba vueltas, como era posible que un sueño afectara tanto su vida. Era solo un sueño. No había ninguna noche que no lo hubiera soñado, siempre lo mismo. Las mismas miradas, mismas palabras. ¿Acaso le estaría tratando de decir algo? ¿Quién era esa chica? ¿Existía? No importaba cuanto pensará no había ninguna chica del clan que cumpliera con las características de ella, nadie era tan perfecta. ¿Perfecta? Si, ella era perfecta. Sacudió su cabeza al darse cuenta de lo que había pensado.
En su mente también rondaba la chica del bosque, ella. Si bien no sabía su nombre, en donde vivía, de que clan podría ser, estaba seguro que había algo en ella que lo tenía hipnotizado. No conocía a ninguna chica que fuera tan difícil y en especial con él. Todas siempre se lanzaban a sus brazos sabiendo quien era y el poder que poseía. Sin embargo ella lo había rechazado a la primera y hasta lo había insultado. Sonrió al recordar la manera en que ella le había gritado. Pero ¿qué haría? Primero sería avisar que aceptaba conocer a su futura “esposa”, juntaría y entrenaría al ejército para la venidera batalla y averiguaría quien era esa chica tan extraña.
Mientras tanto en el cuarto aledaño una parecida decisión acaba de tomar su hermano mayor. Al igual que el aceptaría la decisión de sus padres de casarse con una de las hijas del otro clan sin embargo mientras ayudaría a su hermano a buscar a aquella chica, aprovecharía para saber más de su acompañante. Quería saber quién era aquella chica que lo rechazó. Algo le decía que no sería en vano conocerla más a fondo. Además que no era ciego, si bien cuando se toparon con ellas era de noche aun así pudo apreciar sus delineadas curvas y el suave movimiento en que se movían.
Con una sonrisa en su rostro se quedo dormido en su habitación por unas horas hasta que escuchó que alguien tocaba su puerta estruendosamente como si quisiera botarla. Se desperezó, frotó sus ojos por el sueño que aún tenía y a paso lento se acercó a su puerta y quito el seguro para luego regresar a su cama. Ya sabía quién era
Tom –que paso hermanito? Aun en crisis?
Bill –claro que no y tú?
Tom –yo nunca
Bill –no importa…en fin, que decidiste?
Tom –lo mismo que tú
Bill –y como lo…
Tom –por favor, somos gemelos –sonrió –me extraña que preguntes
Bill –pfff… claro, como olvidarlo
Tom –seguirás buscándola? –Asintió –bien…te seguiré ayudando
Bill –y eso?
Tom –que acaso no puedo? Luego dices que no hago nada por ti
Bill –esa ni tú te la crees…oooh ya veo –rió
Tom –que?
Bill –quieres saber quien la acompañaba no? –levantó juguetonamente las cejas –te gusta ella, no es así?...
Tom –casi cerca pero no…aceptas mi ayuda sí o no?
Bill –está bien…pero ten cuidado y le dices algo a mamá y mucho menos a papá
Tom –ya…solo se me escapó
Bill –si claro…
Encerrados en el cuarto del menor estuvieron por horas mientras trazaban un plan para buscar a aquellas chicas y tener tiempo para entrenar con los soldados. Cuando terminaron decidieron bajar y hablar con sus padres anunciándoles su decisión. Salieron del cuarto, bajaron por las escaleras y se encontraron con sus padres en el gran salón. Al hablarles, su padre contento, le dio un abrazo a cada uno asegurándoles que estaban haciendo lo correcto mientras que su madre miraba dudosa a sus hijos. Desde que había hablado con ellos estaba intrigada. Tom había dicho que Bill ya tenía a alguien. ¿Sería cierto? Últimamente había estado extraño y más con la llegada de su hermano. ¿Habría ella estado tan ciega para no notarlo? Sus hijos cuando eran pequeños le contaban todo a ella, era su confidente pero ahora, ya no era lo mismo. Pero todo cambiaría, ella descubriría que ocultaban y hablaría seriamente con ambos…
Gustav –dime dónde estabas? –preguntó mientras caminaba junto a ella
Afrodisia –por ahí
Gustav –donde estabas anoche?! –la jaló del brazo –no puedes salir a donde se te plazca!
Afrodisia –claro que puedo! –Se soltó –no eres quien para enjaularme
Gustav –que crees que pasara si te topas con uno de los otros clanes? Ah?
Afrodisia –mmm no se…quizás nos tomemos un cafecito –sonrió
Gustav –te matarán, no puedes salir y lo sabes
Afrodisia –no me voy a esconder dalo por hecho, además ellos no saben cómo soy físicamente y no notarían que estoy en frente de ellos ni porque les golpeara, asique no me des sermones…sé lo que tengo que hacer y lo que no…déjame de mandar
Gustav –bueno...y ahora a donde ibas?
Afrodisia –a entreno...asique si no tienes nada bueno que decir me voy –paso delante de él y bajo las escaleras
Gustav –solo tendré que aguantar un poco más…solo un poco más y estarás bajo mis órdenes…
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