El capitulo es cortito perdon pero es lo que hay, espero que sepan que estas semanas ando sin internet en mi casa asique solo subire capitulos de lunes-viernes.. ok?
CAPITULO 24
Sindra –ya pensé que no llegarías
Afrodisia –problemas con el viejo, ya sabes
Sindra –aun quiere que te escondas no? –Ella asintió –no entiendo porque lo hace
Afrodisia –créeme que yo tampoco pero el de por si es raro
Sindra –si
Afrodisia –no importa, ahora…ya están todos listos?
Sindra –si, solo estábamos esperándote
Afrodisia –excelente, comencemos entonces!
Pasaron horas entrenando arduamente a todos los soldados que estaban en el clan y a los novatos. Si bien era por ordenes del concejal, ella sabía que si o si tendría que hacerlo. Era su deber el controlar que todo marchara bien y que el ejército siempre estuviera listo para cualquier batalla. Hace años que los dos clanes querían exterminarlos y por ello, ella fue mandada por unos meses fuera para esconderla mientras Gustav luchaba con algunos vampiros que se aventuraban al castillo pero ninguno regresaba. Y ahora podía sentir más cerca la batalla asique estarían listos. Se jactaba de lo fuerte que era pero bien sabía los poderes del clan Kaulitz y Müller.
Años atrás escuchaba por boca de los mismos clanes los estragos que el mayor de los Kaulitz había causado en clanes enemigos y conocía los poderes que poseía el menor de ellos. Por más que le disgustara no podía subestimarlos.
Mientras peleaba con uno de los novatos en su mente rondaba varias dudas. Conocía los poderes, sus peleas pero ¿cómo serían los hermanos Kaulitz? Al igual que ellos no la conocían a ella, ella tampoco los conocía. Ambos clanes habían protegido tanto a sus herederos que eran pocos los que eran los afortunados en conocerles. Tenía que averiguarlo. No podía no saber quiénes serían sus adversarios. Tenía que descubrirlos y observarlos para saber cuan buenos eran en batalla y tendría una idea de a lo que se estaba enfrentando. Hablaría con Sindra luego de las prácticas…
Luego de darles un pequeño sermón a los soldados por su falta de entrenamiento, uno a uno fueron saliendo del salón dejándolas solas, aprovechó ese momento para conversar con ella.
Sindra –¿quieres buscar a los Kaulitz?
Afrodisia –si
Sindra –ya veo, no será fácil –cruzó sus brazos –podrían ser cualquiera de los que hemos visto en la ciudad
Afrodisia –lo sé pero
Sindra –si, si…no te preocupes –se acercó –de que los encontramos…lo hacemos
Afrodisia –gracias
Sindra –entonces, pongamos manos a la obra. Primero lo primero hay que ir a la ciudad y ver si conseguimos información
Afrodisia –dudo que alguno de su clan sople la información muy fácil
Sindra –querida…para eso tengo mis métodos –sonrió…
Xx –lo juro! –gritó mientras era alzado por el cuello –no los he visto!
Sindra –no me mientas –clavo sus uñas en el cuello
Xx –aght…en…en serio! –gimió –yo no los he visto nunca!
Sindra –odio que no me digan la verdad –lo tiro golpeándolo con la barra del bar –a ver…te lo preguntaré una vez más…dinos como son los hermanos Kaulitz!
Xx –aaaaaah!!!… -gritó al sentir los vidrios clavados en su vientre –yo…yo…
Sindra –habla inútil! –lo agarro de los hombros y lo alzó
Xx –por favor –sollozo –no sé nada…lo juro
Sindra –sabemos que ellos visitan tu club asique más te vale decirnos la verdad o te vas despidiendo de este mundo –dijo demostrando sus colmillos
Xx –yo…yo nunca los atendí en persona…mis hombres los atendían siempre que vienen…yo…yo no sé cómo son en realidad –ambas suspiraron –digo la verdad!
Afrodisia –que desperdicio de tiempo –la miró –vámonos de aquí…y mátalo
Xx –¡¿QUE?! NOOOO!!! Esperen...yo…!!!!AAAAAHHH!!!! Aght!! –sus quejidos fueron apagándose conforme clavaba más profundo sus colmillos, hasta que cerró los ojos. Se pasó la mano por sus labios y lo tiró detrás de unas mesas
Afrodisia –espera –la detuvo antes de que saliera
Sindra –que?
Afrodisia –tienes una mancha aquí –le señalo la mejilla
Sindra –oh –se limpió –gracias, ahora a donde?
Afrodisia –vámonos a la plaza central
Sindra –de acuerdo
Se alejaron de la entrada de aquel club en busca de sus motos que las habían dejado a unos metros adelante. Montaron cada una y se fueron al centro de la ciudad hacia una de las calles menos transitadas. Parquearon las motos y se adentraron en un callejón.
Afrodisia –tenemos que ver en donde más buscar
Sindra –hemos recorrido toda la ciudad y nadie ha dado información de ellos
Afrodisia –demonios! –Pateó la pared –no es posible que no hayamos conseguido nada
Sindra –aparentemente tienen muy buenos compañeros
Afrodisia –tiene que haber una manera
Sindra –bueno, no crees que es hora de cambiar la táctica?
Afrodisia –te escucho
Sindra –por lo que hemos visto nadie nos dirá nada sobre ellos cierto?
Afrodisia –cierto
Sindra –bueno, y si nos vamos a la verdadera fuente? –sonrió juguetona
Afrodisia –déjate de rodeos y dilo de una vez
Sindra –que enojada –rió –a lo que me refiero es de ir a su castillo, esperar y ver quiénes son
Afrodisia –tú hablas en serio?
Sindra –claro!
Afrodisia –estás loca jajajaja
Sindra –quieres saber quiénes son no?
Afrodisia –si pero
Sindra –oh vamos…tienes miedo?
Afrodisia –por supuesto que no –frunció el ceño –no tengo miedo de ellos ni de entrar ahí
Sindra –entonces? Que dices…iras o no?...
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