sábado, 20 de marzo de 2010

Fic "Mein Engel" Capitulo 67 (+18)


NOTA: Para este Capitulo necesito que carguen la Cancion October and April de The Rasmus pero version INSTRUMENTAL. No tengo el Link por falta de Internet asique favor de cargar la cancion y antes de leer darle play.





No podía creer que lo que hace horas había sucedido, ella y yo somos marido y mujer. ¿Puedo ser más feliz? ¿Qué puede superarlo? Nada. Como superar toda la felicidad que se ha adueñado de mí, la alegría de saber que es mía al igual que yo soy de ella y nadie más.
Gire la perilla de la habitación y abrí la puerta dándole espacio a ella para que pasara primero luego de ella entre yo y sin hacer ruido cerré la puerta. Vi como llevaba sus manos a su boca ahogando un pequeño grito, su mirada recorría cada rincón de la habitación. Me miró y yo solo sonreí, lo cierto es que antes de entrar yo en la mañana había decorado el cuarto, pétalos blancos iban dejando ver un camino hacia la cama, pequeñas y delgadas velas ya encendidas eran lo único que nos iluminaba, en la cama habían unos pétalos y en el centro se encontraba una rosa. Escuché un leve sollozó, me acerque a ella y la abrace por detrás y bese su cuello.

Aqua: tu…tú hiciste todo esto?
Tom: si, te gusta? –se soltó de mis brazos y quedamos frente a frente
Aqua: me encanta….te amo

Quedamos unos segundos sin movernos, solo nuestras miradas, la apegue más y agachándome pose mis labios sobre los de ella, sentí unas raras sensaciones en mi estomago, como si pequeñas mariposas revolotearan a diestra y siniestra; sus brazos rodearon mi cintura jugando con la camisa que tenía puesta. Aun no nos movíamos de ese punto, no sabía si ella se negaría, respire profundo y me separé de ella. Tome ambas manos y suavemente camine con ella hasta topar con el borde la cama, antes de seguir quise tener su consentimiento…

Tom: Aqua…yo…si tú no quieres…no importará –lo dije bajito, vi como ella aun me miraba y una sonrisa apareció en ella
Aqua: si quiero…yo….quiero compartir esto contigo

Se acercó y me dio un corto beso, al alejarse vi como sus mejillas iban tornándose rosadas, levante mi mano y acaricie una de ellas. Nunca había estado así con una chica, quería ser lo más delicado posible; juntamos nuestros labios una vez, movía mis labios lento a cada lado tratando de profundizar cada vez más el beso. Mientras lo hacía pase uno de mis brazos por su espalda, con el otro lo pose sobre su hombro y la fui “empujando” hasta que estuvo recostada por completo. Con un poco de timidez mis manos fueron descendiendo acariciando sus brazos, su cintura y roce sus muslos, sentía como su cuerpo reaccionaba al contacto de mis manos estremeciéndose. Sus manos no tardaron en recorrer mi cuerpo; sus pequeños dedos acariciaban en círculos mi pecho una vez jugando con los botones de mi camisa. Fui bajando mi boca dejando leves roces por su cuello hasta llegar al nacimiento de este, su pecho subía y bajaba al igual que el mío. Fije mis ojos en su rostro, tenía los ojos cerrados y sus labios entre abiertos, al sentir mis manos sobre su mejilla abrió sus ojos, sonreímos y al unísono dijimos “te amo”.
Deje de reír al sentir nuevamente sus labios sobre los míos aunque esta vez era diferente, no eran lentos ni suaves, eran besos desesperados, como si fuera la última vez que me fuera a besar, eran más deseosos, cargados de pasión, su lengua rozando con la mía luchando por ver quién ganaría. El calor iba creciendo y la necesidad de mis manos sobre su cuerpo más, tome una de sus manos y la guíe al primer botón de mi camisa, juntos fuimos desatándola y ella con cuidado de no deshacer la unión de nuestros labios me quitó la camisa dejando mi pecho al descubierto. Me estremecí al sentir sus dedos delinear una línea imaginaria por todo mi abdomen. Con cuidado pase una de mis manos por su espalda y busque el cierre de su vestido, mis dedos tanteaban pero no conseguí bajarlo y un leve suspiro salió de mi boca, y una risita de la de ella. Nos separamos, vi como dirigió sus manos a su espalda y un “clic” se escuchó en toda la habitación, solo moviendo mis labios di un “gracias” a lo que ella respondió con un beso. Mis manos volvieron a su espalda y delicadamente fui bajando su vestido; lento su vestido iba descendiendo hasta que cayó a los pies de la cama. Subí mi mirada y mis ojos fueron recorriendo su figura, como describir tal belleza, no se puede. Al volver a mirarlo note que tenía sus manos tapando su rostro, pose mis manos sobre las suyas y las quite. Acercándome a ella le di un corto beso…

Tom: eres preciosa…

No sabía qué color tendría mi rostro, pero sobrepasaba el de un tomate eso es seguro. Ya mi vestido no lo tenía puesto ahora yacía en el suelo y yo solo con las únicas prendas que me quedaban cubriendo mi cuerpo. Sentía ganas de salir corriendo pero no, tal y como se lo había dicho yo quería compartir este momento solo con él, quería sentirme totalmente suya. Trate de retomar aquella confianza que tenía al principio y me lance a sus labios, atraje su cuerpo al mío, quería sentirlo junto a mí.

Mi mente desvariaba con las caricias que eran propiciadas por sus manos que recorrían cada parte de mi cuerpo, el frío de la noche no se hizo presente en nosotros en cambio mi cuerpo iba adquiriendo calor a medida que los minutos pasaban, era como estar a solo centímetros del sol ardiente. Deje sus labios para ir dejándole besos húmedos por todo su pecho, fui bajando mientras lo besaba mis manos rozaban su marcado abdomen; pequeños suspiros salieron de sus labios. Subí mi vista y lo miré, todo mi cuerpo se lleno de una seguridad que solo él me podía dar dándome así el valor para dirigir mis manos a su cinturón. Bajo su mirada fui sacando sin prisa su cinturón, jale de él y lo deje caer a un costado de la cama, ayudándome un poco el se levanto y sin quitar su vista de mí se terminó de bajar su pantalón. Instantáneamente mis ojos subieron a su rostro y vi como el sonreía, al parecer por la expresión que habrá hecho con mi cara. Gateando sobre la cama se fue acercando quedando junto a mí, estábamos iguales. Acomodándose encima de mí sin poner su peso, volvimos a acariciarnos mutuamente, como ya no tenía el vestido para que “estorbara” sus labios tomaron posesión de todo mi cuerpo subiendo más la temperatura del mismo.

Entre caricias dimos una vuelta quedándome encima de él, me senté con mis piernas a su alrededor, trate de hacerlo sentir las mismas emociones que él me había dado con cada roce. A medida que iba bajando pude sentir como su cuerpo reaccionaba, dejando ver lo excitado que estaba. De un movimiento rápido quedo nuevamente encima de mí, una de sus manos se coló por mi espalda buscando el seguro de mi brasier, me tense un poco, tiernamente me besó y deje que lo hiciera. Por mis brazos pasaron las tiras y vi como lo dejaba caer al suelo, reaccione al sentir una de sus manos bajar por el medio de mi pe/cho, cerré mis ojos dejándome llevar por sus caricias, mi respiración volvió a ser agitada, con un poco de temor abrí mis ojos y lo vi, estaba a unos centímetros de mi nariz sonriendo, no pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro. Entre más besos nos deshicimos de las únicas prendas que nos cubrían quedándonos desnud0s. Una guerra se desató, en donde nuestras armas eran nuestras manos, luchando por no dejar parte alguna de nuestro cuerpo sin tocar, los besos eran más largos quitándonos la respiración, en momentos sentía como el mordía levemente mi labio inferior sin lastimarme.

Tenía mis brazos alrededor de su cuello sin dejarlo alejarse mientras saboreaba sus labios con sabor a miel, se separó de mi y fue dejando besos húmedos hasta llegar a el nacimiento de pecho, una corriente eléctrica corrió por todo mi cuerpo cuando sentí sus labios posarse sobre uno de mis senos, mordí mi labio intentando reprimir los gemidos que sus labios estaban provocando. Deje ir un suspiro y nuevamente sentí sus labios y esta vez no pude evitar callar, era como si algo creciera dentro mío, subiera por mi garganta y saliera por mis labios dejándome agotada. Fue rozando sus labios sin besar, torturándome con solo un roce, siguió bajando pasando mi cintura; mis manos estaban aferrándose a la sabana, cerré mis ojos y deje ir un gran suspiro al sentir sus labios sobre mi entrepierna. Volví a abrir mis ojos al sentir sus labios en los míos, lleve mis manos a su espalda, ambos cuerpos con pequeñas gotitas de sudor, nos miramos y juntamos las frentes, me beso mi mejilla y se acercó a mi oído, al escuchar su pregunta asentí levemente. Sus manos se pusieron a cada lado de mi cuerpo, poco a poco note como se acomodaba moviendo mis piernas, mi corazón latía fuerte, me acerque a él y lo abracé.

Lentamente sentí como iba entrando en mí, el dolor fue creciendo junto con un ardor que se esparció en todo mi cuerpo, lo apegue más, una lágrima cayo al cerrar con fuerza mis ojos, sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo y con un último movimiento pude sentir que algo dentro de mí se rompía. Un silencio inundó la habitación solo nuestras respiraciones se escuchaban, seguía abrazada a él, me separé un poco y nos miramos, con sus labios fue borrando todo rastro de mis lagrimas. Aun podía sentir aquel ardor dentro, me acerque y lo bese tratando de olvidar ese dolor que sentía, respire profundo y anticipándome a sus pensamientos asentí. Suavemente salió de mí y volvió a entrar, poco a poco fue moviendo sus caderas chocando contra las mías, siguió así hasta que el dolor y aquel ardor iban quedando atrás dejando lugar a un sentimiento único, el placer. Mis manos recorrían libres su cuerpo queriendo adueñarse por completo, mis labios no se alejaban de los suyos ahogando los gemidos en su boca. Con el pasar del tiempo sus movimientos eran más rápidos, ya nuestros labios se habían separado para dejar salir suspiros y gemidos por el placer que estábamos experimentando. Con dificultad abrí mis ojos y lo primero que vi fue su rostro, sus ojos cerrados, sus mejillas coloradas, se mordía fuertemente sus labios y pequeñas gotas corrían por sus mejillas perdiéndose en su cuello.

De un momento a otro sentí como aquel calor iba creciendo, mis músculos se iba contrayendo, me aferre más fuerte a él clavándole mis uñas en su espalda, acelero sus movimientos y cuando creía que iba a explotar fue como si algo en mí se liberará y ambos dejamos salir un grito de éxtasis. Nuestros cuerpos se juntaron dejando sentir nuestros corazones latir al mismo ritmo, nos dimos un beso y sentí como nuevamente salía de mí pero esta vez dejándose caer al lado mío. Quede mirando al techo unos segundos antes de sentir sus brazos alrededor mío, con cuidado se levantó y me cargó acomodándome dentro de las sabanas, entro el también y quedando enfrente mío acaricio mis mejillas quitando los pequeños cabellos que caían tapando mi rostro. Se apegó quedando a solo unos escasos centímetros y rodeo con uno de sus brazos mi cintura, mis parpados fueron cayendo haciéndome entrar en un profundo sueño, antes de caer rendida escuche que me decía “te amo, mi ángel”….



En todas las casas la gente dormía plácidamente, Yareth subió al cielo para acompañar a su amada. En la casa de los Kaulitz, Bill se encontraba dormido en los brazos de Pau quien se había quedado acompañándolo debido a que era una de las primeras noches que se sentía sin su hermano.

En las afueras del cielo se encontraban los tres Arcángeles, callados, sin poder mirarse a los ojos, buscando las palabras correctas para decir sin poder encontrarlas, la unión de un ángel y un humano….en sus corazones el miedo habitaba temiendo por las consecuencias de ese amor. Rafael fue el primero en retirarse sin decir palabra seguido por Miguel dejando solo a Gabriel quien sonrió, aunque para todos esa unión debió ser, él sabía las bendiciones que más adelante darían fruto. Dando paso a los ángeles nocturnos se retiró a su habitación para descansar y estar a la espera del cumplimiento del plazo de los tres días.

Las estrellas iban apagándose, cada segundo pasaba y se iba aclareciendo más gracias a los rayos del sol, dando inicio a un nuevo día. Jueves.
Lejos en el campo, los rayos de sol se iban colando por la ventana de un balcón iluminando los rostros de Tom y Aqua quienes seguían durmiendo. Las pequeñas aves que habitaban en un árbol cercano a la habitación despertándose y viendo el amanecer iniciaron su canto matutino. Con leves movimientos se fue despertando, abrió sus ojos y observo que ya había amanecido, froto sus ojos y girar su rostro pudo ver el de ella que todavía no se había despertado. Se quedo viendo como dormía tranquilamente, acomodo unos cabellos atrás de su oreja y se acercó dándole un beso en los labios.

Se veía tan hermosa, tenía unos cuantos cabellos que se había caído, respiraba pausadamente, una de mis manos se poso sobre su rostro y fui acariciándolo suavemente, no quería despertarla no todavía. Estuve unas dos horas así, recostado solo mirándola dormir, podía pasar todo el día así pero sabía que por más que quisiéramos no teníamos todo el tiempo del mundo, tres días…tres días para nosotros.
Me acomode cerca de ella y le empecé a dar pequeños besitos alrededor de su carita para que fuera despertando. De rato en rato se movía o fruncía sus labios, reí internamente. Vi el reloj marcaba las diez, definitivamente era hora de levantarse. Decidí ser más persuasivo y ya no sería pequeños besos, me volví a acercar y pose mis labios sobre los suyos y lentamente los moví, no pasaron segundos y sentí como poco a poco me iba respondiendo el beso. Con una de mis manos tome su rostro y lo acerque más, con la otra rodee su cintura acercándola por completo a mi cuerpo. Lentamente nos separamos, junte nuestras frentes y juguetee con nuestras narices de una manera cariñosa.

Tom: buenos días mi querida esposa –sonreí- como amaneciste?
Aqua: excelente…mi esposo –nos miramos y reímos- y tú, que tal amaneciste?
Tom: junto a la mujer más hermosa del mundo –le robe un beso
Aqua: tramposo –me aleje un poco de ella y note que en medio de nuestro beso la sabana se había corrido dejando ver su cuerpo, no pude evitar morderme el labio, me miró extrañada y bajo su mirada, se sonrojo y rápidamente se tapo- ya…no me mires así
Tom: qué?...-me miró enojada- amoooor –dije alargando la palabra y la abracé- ya te he visto con menos que una sabana –sonreí
Aqua: pero…
Tom: no tiene por qué darte vergüenza….eres hermosa –nos acomodamos y ella quedo recostada sobre mí
Aqua: tú también eres hermoso –baje mi mirada y vi como se sonrojaba
Tom: si lo sé…lo sé
Aqua: pero que tampoco se te suba a la cabeza –reímos
Tom: sabes –me miró- ayer…en la noche…fue lo mejor que me haya pasado…-se quedo sorprendida- jamás había sentido algo tan fuerte como lo que siento por ti, te amo –dije mirándola a sus ojos que ya tenían pequeñas lágrimas
Aqua: yo también te amo Tom…y…bueno…para mí también fue lo mejor…me gusto y…más haberlo hecho contigo –nos dimos un beso
Tom: que te parece si preparo algo de desayunar?
Aqua: tostadas quemadas? –dijo riendo
Tom: ja-ja aunque no lo sepas…las tostadas quemadas son un platillo muy exquisito –trate de parecer serio pero no pude y me reí- bueno, entonces que será en vez de las tostadas quemadas?
Aqua: no sé, vamos a ver que hay

Me levanté y de mi maleta que había traído saque una bata larga, mientras la sacaba vi por el espejo que ella me miraba por el rabillo del ojo, terminé estirar la bata y me voltee para ponérmela quedando enfrente de ella, al instante miró para otro lado.

Tom: con que mirando eh? –vi que abría sus ojos y se ocultaba en la sabanas- ocultarte no servirá
Aqua: no te estaba mirando –sacó su cabeza de la sabana
Tom: admítelo, no puedes quitarme los ojos de encima –reí
Aqua: no
Tom: si
Aqua: no y mejor pásame mi bata, están en mi maleta si? –miré a donde apuntaba con su dedo, sonreí para mis adentros. Habiéndome atado el lazo de la bata caminé hacia la maleta de ella, la abrí y saque su pequeña bata, camine hacia la cama pero en vez de dársela me regrese a donde estaba antes y me quede con la bata –ey…
Tom: no…creo que mejor vienes por ella –dije levantando una ceja
Aqua: eso no se vale –se quejo
Tom: claro que sí –vi como se cruzaba de brazos. Me quede parado, espere unos minutos y vi como se iba levantando pero como astuta que es antes de que pudiera ver algo jalo la sabana y se cubrió alrededor y camino hacia mi
Aqua: bien, dame mi bata –dijo estirando una mano mientras la otra sostenía la sabana
Tom: está bien pero primero…dame mi besito de buenos días –frunció el ceño, se puso de puntitas en sus pies y con la mano libre jalo de mi cuello para poder besarme ya que ella es más pequeña. Pase mis brazos por su cintura mientras nos besábamos, fui acariciándola en forma de círculos por toda su espalda hasta que no pude y con la mano que sostenía la sabana la puso atrás de mi cuello para aferrarse más. Instantáneamente la sabana que la cubría cayó al suelo dejándome rozar su suave piel con mis dedos; sentí que poco a poco arqueaba la espalda separándose de mí. La miré sonriente y le hice una seña para que bajara su mirada, eso hizo y dio un brinco al notar que estaba sin la sabana- que sexy…
Aqua: ¡Tom! –se agacho y se volvió a tapar, agarro la bata de mis manos y se alejo. Ya con la bata puesta se volteo- ahora te daré café con sal ya verás –se fue “indignada” bajando por las escaleras, yo…solo reí. Cerré mi maleta y fui bajando por las escaleras, al entrar a la cocina la vi de espaldas frente a la estufa. No dije nada y me quede viéndola, estaba preparando panqueques, camino hacia las alacenas y sacó los granos para hacer el café. Aproveche que seguía de espaldas y con pasos suaves me acerque y rodee su cintura
Tom: no te enojes…si? Perdón, no pensé que te enojarías
Aqua: ya… -le di un besito- ahora, acomoda las cosas en la mesa ahorita estarán listo los panqueques y el café
Tom: con sal?
Aqua: que gracioso…te salvaste por esta vez, con azúcar –me frunció el ceño y saco su lengua. Reí y me dirigí a la alacena, saque dos tazas y unos platos para los panqueques, los lleve a la mesa y los acomode tal y como me lo había dicho. Espere sentado unos minutos y ella entro con los panqueques y la jarra de la cafetera, serví el café mientras ella repartía los panqueques –listo, cuidado con el café que esta…
Tom: ¡Auch! –me lleve mi mano a mis labios
Aqua: caliente…
Tom: algo tarde tu advertencia –me queje, me ardía un poco el labio- si estaba bien caliente –hice un pucherito igual como cuando era pequeño para convencer a mi mamá, la miré de reojo y vi que se acercaba
Aqua: ooowww…mi amor… -me dio un beso- mejor? –sonreí, siempre funciona
Tom: mucho mejor
Aqua: que bueno, próxima vez los pucheros no funcionarán
Tom: porque no?
Aqua: pues, porque si quieres un beso, solo me lo tienes que pedir –sonrió
Tom: aah…ok –terminé de pasar el bocado que tenía y la mire- quiero mi beso –me miró y se echo a reír, suspire. Vi como se levantaba y se paraba al lado mío, me miró pidiendo permiso y solo corrí un poco mi silla para que ella pudiera sentarme en mis piernas, se sentó con una pierna a cada lado.

Llevo sus brazos a mi cuello y estando cerca de mis labios cerró sus ojos, automáticamente también cerré los míos y sentí como sus labios buscaban los míos, no tardó en encontrarlos. Suavemente me acomode en la silla sin separarme de ella, lleve mis brazos a su espalda para sostenerla.
La comida y el café para los minutos que nos seguíamos besando ya se habrían enfriado pero no nos importó, sabíamos que eso era de menos, ninguno de los dos quería desperdiciar cada segundo que teníamos para estar juntos; como nos prometimos estaríamos juntos. Tuvimos que separarnos unos segundos por la falta de aire pero ni bien di un respiro volvimos a juntar nuestros labios, el calor de mi cuerpo iba creciendo cada vez más rápido y pude notar que el de ella también. Estaba excitado para que mentir, me aleje unos segundos para ver si podía calmarme pero al hacerlo escuche una risa, era ella, como no si lo había notado –no te rías, que esto –dije señalando mi entrepierna- lo has causado tu
Aqua: lo sé y…que puedo hacer para solucionarlo –me dijo coqueta, iba a responderle pero me gano levantándose de mí, no entendí porque lo hizo; vi como se dirigía a las escaleras y antes de subir me miró de reojo y se mordió los labios, no espere otra señal y al igual que ella fui hacia las escaleras.

Con un poco de más confianza que ayer la recosté en la cama, como solo estábamos con nuestras batas no tardamos mucho en quedar desnud0s; ella más desinhibida con más fuerza acariciaba mi cuerpo, rozando sus dedos cerca a mi entrepierna que con cada roce crecía mi excitación. Entre caricias rodamos y ella quedo encima de mí; nos miramos unos minutos, mis ojos recorrían todo su cuerpo como si fuera la primera vez, el color de su piel, las curvas de su cintura, saliendo de mis pensamientos note que se había agachado, lleve una de mis manos a su carita, jale de ella para besar esos labios que tanto ansiaba. Nos seguíamos besando, de un momento a otro sentí como empezó a dar leves movimientos encima de mí, inevitables suspiros salieron de mi boca, si seguía así moriría. Con un movimiento rápido quede encima de ella, me acerque a ella y fui deslizándome dándole pequeños mordiscos.
Con cuidado me adentre en ella y empecé con suaves movimientos, es cierto que ayer hicimos el amor pero no quería ser rudo, sino que se siente segura en mis brazos. En toda la casa se podían escuchar nuestros gemidos, me sentía en las nubes.

Me acerque a su cuello y le di pequeños besos, en susurros me dijo –más…más rápido- me voltee para verla y al mirarnos se sonrojo, yo…obedecí. Ahora mis movimientos eran más rápidos, sentí que me perdería de tanto placer que sentía…
Aqua: aah…Tom
Tom: aght…te…te amo –dije en jadeos
Sigamos así hasta que mis músculos se tensaron y pude sentirlo, juntos soltamos un gemido. Trate de no caer en ella y deje caer mi cuerpo a su lado. Ambos estábamos agitados, tratando de recuperar el aliento, tenía los ojos cerrados al abrirlos me voltee para verla, tenía achinados los ojos y al igual que yo su pecho subía y bajaba pausadamente. Me acomode y jale las sabanas para cubrirnos, se acercó a mí, me dio un beso en mi frente y se recostó junto a mí, no tardamos en dormir…..
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